El don de María Teresa Narváez Delmás: servir al prójimo con talento y optimismo

Por Diana Arias, periodista y escritora, especial para DiariodeCultura.com.ar. En la imagen, una de sus últimas fotos con Alejandro Roemmers.

En la ciudad de Buenos Aires falleció este sábado María Teresa Narváez Delmás, colaboradora de este medio y referente de actividades culturales en Argentina y el mundo.

Resulta duro escribir en tiempo pasado estas palabras, que dan cuenta de su desaparición física pero que no condicen con la presencia infinita que María Teresa tendrá en los corazones de quienes tuvimos la fortuna de conocerla.

Su eximia carrera diplomática, de la que estaba retirada desde hacía varios años, fue siempre la plataforma para las actividades que hasta ayer diseñaba con rigor profesional y un apasionamiento admirable.

En 2021 —lo menciono por ser una de sus últimas acciones — fue autora del encuentro que tuvo lugar en el Vaticano, llamado «Vivere e guardare il mondo come un poema bellisimo». En éste, el poeta Alejandro Roemmers y el sacerdote con una misión en África, Jorge Bender, expusieron su labor humanitaria.

María Teresa confió: —Mi sueño es que Alejandro (Roemmers) sea reconocido en el mundo por sus letras poéticas que desbordan de amor—. Y ese era sin dudas, uno de los fundamentos de su esfuerzo, dedicación y proyectiva.

Pero su manera especial de dar y conectar intenciones, representan su mejor versión. María Teresa siempre encontraba la manera de abrir puertas: ante un problema, eran puertas que llevaban a soluciones (la recuerdo hablando con personas de países distantes, resolviendo sanitarios); ante un nuevo proyecto que alguien le comentaba, repetía su máxima: que los objetivos sean claros y la idea muy grande.

Y ella, mientras preparaba su excelsa mesa de cubiertos de plata, hacía magia con su teléfono y siempre sorprendía a sus interlocutores con avances concretos y su optimismo contagioso.

De la misma manera, María daba calidad a las experiencias que prodigaba: exposiciones de arte donde todos la conocían, eventos multitudinarios para resaltar las cualidades de una ciudad —su amado Tres Arroyos, por ejemplo—, o un encuentro íntimo con amigos, en el que un violoncelo deleitaba en el living de su casa.

Pero esta faceta sociable, profesional y capaz de María Teresa solamente puede entenderse en el marco del más significativo éxito: su familia. Con la misma dedicación que María Teresa organizaba un concierto al otro lado del mundo; procuraba la atención para Carlos, su compañero de vida. Y lo hacía con la frescura de los amores jóvenes y la fuerza de los amores eternos. María Teresa, pendiente de sus hijos y sus sueños, María Teresa —en palabras de su amiga Marilis Luna Dávila—un canto a la vida.

Días después de haber padecido una afección de salud en uno de los lugares que más disfrutaba, Claromecó, fue trasladada a Buenos Aires, donde este sábado falleció.

¿Cómo te habla la vida? ¿Con la dulzura de un oboe o la ansiedad del violín?, escribió María Teresa en su última nota para Diario de Cultura.

Recordándola, podemos responderle que hoy la vida nos habla con notas tristes por su partida, pero que esas mismas notas musicales ya comienzan a esbozar la sinfonía que dará cuenta de su eternidad.

============================================================

Diana Arias es escritora y periodista.

Imagen: Diana Arias y María Teresa Narváez Delmás.