Corría el año 1922 y el Parque Nacional Iguazú les ofrecía a sus visitantes a partir de ese momento el Hotel Cataratas. Su primera construcción era de ladrillos montados sobre una estructura de concreto con su techo de chapas de zinc. Las puertas y ventanas y todo lo construido en madera de cedro fue fabricado en Buenos Aires y trasladado en barcos.
Este hotel precursor tuvo sus instalaciones abiertas hasta 1976, manteniéndose erguido como un baluarte, desafiando la naturaleza que por las razones obvias de ver invadía sus tierras. Le mostró principalmente al cedro de sus aberturas, el rigor húmedo que una vez cesadas sus actividades deterioró a la noble madera. La vegetación avanzó también sobre paredes y pisos, producto de su abandono.
Sus galerías externas fueron el deleite de los ilustres visitantes que disfrutaban principalmente en primavera o verano las magníficas caídas de agua formadas en el rio Iguazú.
Este edificio de estilo inglés de una sola planta y tan solo 24 habitaciones, y tenía salón comedor, bar, sala de música, usina eléctrica y otros adelantos de real jerarquía en la época. La edificación es una reliquia que forma parte de la historia misma, desde donde ilustres pasajeros admiraron las Cataratas del Iguazú desde las barandas en forma de terrazas de los largos corredores en la inmensidad selvática.
En 1985, parte de las habitaciones se transformaron en oficinas de los guardaparques y, cuatro años después, se habilitaron tres salones como Centro de informes, Audiovisual y Museo. Posteriormente, en 1997 los departamentos de guardaparques se convirtieron en el Centro de Investigaciones Subtropicales (CIES)
Poco tiempo atrás, el edificio fue reinaugurado con un sector destinado a la promoción y venta de los distintos destinos turísticos de la provincia de Misiones.
En las renovadas instalaciones del “Viejo Hotel Cataratas”, se ofrecen a la venta artesanías de los pueblos originarios de las comunidades Mbya Yryapu, Mbororoé, Kaavy Porá y Guapoy.
En otro sector se aprecia parte de la vajilla utilizada en la época dorada del hotel, junto a trajes y recuerdos de los primeros guardaparques. En otro de los salones, se exhiben cuadros y pinturas que muestran los distintos atractivos que ofrece el Parque Nacional Iguazú.
Como fiel reflejo a exponer al edificio tal como fue construido, se preservaron la fachada original y el diseño arquitectónico.
El Viejo Hotel Cataratas, a 101 años de su inauguración volvió a integrarse al desarrollo del turismo en los parques nacionales. Las obras realizadas le devolvieron al edificio su antiguo esplendor adaptando su funcionalidad a las necesidades del presente.
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Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico