Enamorados de la Argentina: 10 extranjeros cuentan por qué eligen vivir en nuestro país

Hombres y mujeres de distintas partes del mundo comparten las razones que los trajeron hasta aquí

Aun en un contexto de crisis, son cada vez más las personas de diversos rincones del mundo que eligen nuestro país para volver a empezar.

El último censo, del año 2022, indicó que el número de extranjeros en la Argentina fue de 1.941.862, lo que representa un 4,2% de la población total del país. A eso se suman quienes llegaron en los últimos años y hoy residen en distintas provincias y regiones; gente que no se cansa de ponderar las bondades de nuestro suelo.

Sucede que la mayoría de ellos tienen razones muy claras –muchas veces personales– para quedarse en un país que, pese a sus claroscuros, prefieren sobre el resto de las naciones.

Lejos de los inmigrantes que arribaron en tiempos pasados huyendo de las penurias sociales, estos hombres y mujeres dejaron sus vidas atrás por elección propia: llegaron de los Estados Unidos, Alemania, Francia, Países Bajos, Rusia, Brasil, Chile y Colombia, entre otros, y hoy alzan su voz para recordarnos la belleza argentina.

A continuación, diez extranjeros destacan cinco motivos para instalarse en nuestro país.

David English: del horror en Nueva York al paraíso en Mendoza

"Mendoza me pareció un lugar excelente para aprender a vivir de otra forma", dice David
«Mendoza me pareció un lugar excelente para aprender a vivir de otra forma», dice David

Del 11 de septiembre de 2001 David (53) recuerda poco: que la explosión lo dejó en el suelo, aturdido; no veía nada y solo escuchaba gritos. Recuerdos horribles que quedaron en la Gran Manzana junto con su puesto como consultor en una empresa de tecnología, que se encontraba justo debajo de una de las Torres Gemelas. “Quise empezar de nuevo en un destino con valores más enfocados en las relaciones humanas y pensé en la Argentina. Mendoza me pareció un lugar excelente para aprender a vivir de otra forma, y hoy para criar a mi hijo, nacido en esta tierra”, cuenta.

¿Qué te enamoró del país?

◗ Oportunidades: “Mendoza es una tierra de oportunidades para cualquier extranjero emprendedor, como yo.”

◗ Pequeña escala: “La sociedad mendocina es muy chica y eso es una gran ventaja para alguien de afuera que quiere insertarse, hacer amigos y negocios.”

◗ Calidez de la gente: “Puede ser que algunos mendocinos sean ‘cerrados’, pero una vez que te abren las puertas, te tratan como a un miembro de la familia”.

◗ Diseño de la ciudad: “Las avenidas son anchas, los árboles abundantes y los parques gigantes (el parque San Martín es más grande que el Central Park). Es una ciudad diseñada para sus ciudadanos, donde se puede caminar fácilmente por todos lados”.

◗ La gastronomía: “Desde el tomaticán hasta las tortitas raspadas y los pastelitos fritos, Mendoza tiene una tradición culinaria rica y variada”.

Aleksandra Dzgoeva: un brindis en Rusia que terminó en Belgrano

Aleksandra se declara fan de Buenos Aires
Aleksandra se declara fan de Buenos AiresHernan Zenteno – La Nacion

Aleksandra, oriunda de la ciudad de Sochi, en Rusia, llegó a la Argentina por amor. En 2017 conoció a Francisco en una feria de vinos de su ciudad. Él, un valenciano que vivía en la Argentina desde los nueve años, estaba presentando los productos de la bodega. Ella, en una casualidad del destino, arribó junto a un grupo de amigos para degustarlos. Luego de las miradas llegaron los encuentros, y la joven rusa y el español devenido argentino se enamoraron. Finalmente, después de un año y tres meses de aeropuertos, Aleksandra y Francisco decidieron vivir juntos en Buenos Aires, en Belgrano.

¿Qué te enamoró del país?

◗ Ritmo vibrante: “Buenos Aires es una ciudad cosmopolita, elegante y caótica, donde encuentras mucha historia y modernidad, en un ritmo muy vibrante y lleno de matices; es una ciudad llena de vida”.

◗ Vida cultural: “Hay muchos museos, teatros, arte y librerías. Me encantan el Teatro Colón, el Malba y la librería El Ateneo.”

◗ Ciudad foodie: “A los clásicos bodegones con sus infaltables milanesas y empanadas, se suman restaurantes de autor. Aquí hay platos para todos los gustos y preferencias”.

◗ Puro verde: “Es una ciudad muy verde, con muchos árboles. Adoro el Rosedal y el Jardín Japonés”.

◗ La gente: “Me gusta mucho la gente, muy buena y cálida. Adoro las reuniones familiares y con amigos: la parrilla, todos juntos charlando y disfrutando”.

Alessandro Figueira Brega: la alegría no es solo brasilera

Alessandro se instaló en la Ciudad de Córdoba, donde tiene su propia familia
Alessandro se instaló en la Ciudad de Córdoba, donde tiene su propia familia

Alessandro (38) nació en Brasil, pero creció escuchando hablar de la Argentina, tierra natal de su padre, quien emigró en los 80 y ponderaba las bondades de aquel país “lleno de cosas que no se encontraban en suelo brasilero” . Fue tal vez por eso que Alessandro eligió la Ciudad de Córdoba para estudiar gestión ambiental. Los años pasaron: se recibió y la pregunta acerca de su regreso emergió fuerte. Pero aunque podría haber vuelto a trabajar a Brasil, Argentina ya se había metido en su piel. “Me quedé en Córdoba y formé mi familia. Hoy, lo veo como un lugar privilegiado”.

¿Qué te enamoró del país?

◗ Clima de otoño: “El sol por la tarde brinda la calidez justa, a la noche hace un frío lindo para tomar algo calentito y te permite moverte, salir o hacer deportes”.

◗ Alegría: “La gente de Córdoba es muy alegre y el humor está presente en forma constante. Casi es necesario en las relaciones de amistad ese constante ejercicio de hacer bromas o un remate con un chiste”.

◗ Entorno natural: “En menos de una hora podés estar en lagos, arroyos, parques y sierras”.

 Servicios accesibles: “Aquí tener tu casa, mantener un auto o salir a un lindo restaurante es mucho más accesible que en otros lugares del continente o que en Buenos Aires”.

◗ Vida deportiva: “Es posible practicar trekking, ciclismo y escalada. Yo juego al básquet en un club de Villa Allende y con mi familia comenzamos a acampar”.

Emily Miller: adiós Texas, hola San Bernardo

Emily pateó el tablero de su vida en Estados Unidos y echó raíces en la costa atántica
Emily pateó el tablero de su vida en Estados Unidos y echó raíces en la costa atántica

En Austin, Texas, Emily tenía una vida ideal, pero la invadía esa sensación de que podía elegir otras maneras de construir un camino: “Estaba siguiendo el recorrido de todos: estudiar afuera y volver, elegir dónde vivir, trabajar, casarte, tener hijos, jubilarte y morir”, dice. “Entonces hice un clic: renuncié a mi trabajo, dejé mi casa, vendí todo, dejé a mi novio”.

Emily llegó en 2008 y, a partir de entonces, trató tres veces de dejar la Argentina para dedicarse a viajar por el mundo, pero algo siempre la incitaba a quedarse. En 2020, en plena cuarentena, alquiló una casa en San Bernardo, donde sin buscarlo, conoció al amor de su vida. Un día le compró pescado a Adrián en el muelle y así comenzó el romance que la llevó a radicarse en la costa: “Sentí que conocí al hombre que quería, lo que estaba buscando”, dice Emily.

¿Qué te enamoró del país?

◗ Tranquilidad: “Durante dos meses se llena de gente y el resto del año ‘no hay nadie’. Y si bien tenemos tranquilidad, también hay cosas para hacer: restaurantes, cafés, eventos y teatro”.

◗ Vida social: “Mucha gente vino en la pandemia y se sorprende de que tengamos mucha vida social. Por un lado, Adrián es pescador socio del muelle de La Lucila e hicimos amistad con otros pescadores y sus parejas. Solo hay que pisar la calle Rebagliatti, en La Lucila, y te cruzás con medio mundo”.

◗ Naturaleza: “Tener el mar cerca es un regalo. Aprecio los días donde el viento sopla desde el sur y el agua se pone verde esmeralda, o las salidas de la luna llena sobre el mar. También tenemos bosque, como el Pinar de La Lucila”.

◗ Miniturismo: “Tenemos muchos pueblos en la ruta 11, a distancias cortas, cada uno con su personalidad. Es fácil ir a tomar un café a otro pueblito y sentir que estás ‘viajando’”.

◗ Entretenimiento: “Me encanta poder hacer todo lo turístico que ofrece la costa, pero durante el año. Ir al bingo y a los videojuegos, comer rabas, pescado y mariscos, ir a visitar a los duendes en Danny Boy, ir al muelle de La Lucila y a las termas de San Clemente”.

Julia Wobken: de Alemania a Tucumán

Cuando Julia llegó de Alemania a la Argentina, casi no hablaba español
Cuando Julia llegó de Alemania a la Argentina, casi no hablaba español

Julia (33), no conocía mucho de la Argentina cuando pisó Ezeiza en 2010, con 19 años. Apenas sabía algunas palabras en español y contar de uno a 100. Conocidos de sus padres la alojaron durante una noche para luego llevarla a la terminal, donde abordó un micro hacia Tucumán para trabajar como voluntaria en la Fundación León. Allí aprendió la lengua, absorbió la cultura local. y decidió que este sería su lugar en el mundo. Poco después de instalarse encontró el amor, escribió un libro (Un puente) y echó raíces definitivas en nuestro país.

¿Qué te enamoró del país?

◗ Los vínculos: “La amabilidad de la gente que me ayudó sin conocerme. Me llevaron a conocer lugares, me introdujeron en sus costumbres y me incluyeron en sus vidas”.

◗ El cerro y las yungas: “La primera vez que subí al cerro y pasé por las yungas me sentí en una película. Era una mezcla de verde, flores, mariposas, picaflores y plantas que no conocía”.

◗ Ingenio colectivo: “Viví en un barrio que aún no tenía puestos comerciales, entonces varias familias pusieron kioscos y atendían a través de la ventana”.

 Clima: “Amaicha, en especial, me encanta. El clima más templado es maravilloso”.

◗ La comida: “Las empanadas, el sándwich de milanesa, el asado, la humita: todo fue nuevo para mí”.

Oscar Fontalvo: el artista colombiano que se instaló en San Juan

Oscar, que llegó de Colombia, apostó a San Juan contra todos los que insistían con que se fuera a una gran ciudad
Oscar, que llegó de Colombia, apostó a San Juan contra todos los que insistían con que se fuera a una gran ciudad

Oscar (58) no quería vivir más en la incertidumbre social de Santa Fe de Bogotá. Corrían los años y ellos, los civiles, estaban a merced de varios frentes que disputaban el poder: narcotráfico, guerrilla, paramilitares, militares y gobierno: “Incluyendo la presión de Estados Unidos”, asegura Oscar. Como artista plástico, él recorría diversas ferias y exposiciones; conversaba con sus compatriotas.

Fue allí, en una de sus giras, que entabló amistad con una pareja argentina oriunda de Córdoba y muy entusiasta: “Ellos me motivaron a venir a la Feria Internacional de Córdoba”, cuenta Oscar. “Me quedé en la Argentina y recorrí bastante. Para entonces, yo vivía solo, estaba soltero y eso motivó mi decisión de vivir en San Juan, sumado a que mi hermana mayor había anunciado que se mudaba a la misma provincia”.

¿Qué te enamoró del país?

◗ Tolerancia e inclusión: “Cuando llegué a la Argentina, una de las primeras cosas que noté, después de recibir maltrato en las fronteras latinoamericanas (Ecuador, Perú, Chile), es que la xenofobia y racismo son relativamente escasos respecto al resto de los lugares; quizás, por el hecho de ser un país construido por inmigrantes”.

◗ El valor del tiempo: “Vivir en San Juan, después de venir de una capital, me hizo reconsiderar varias cosas en mi vida, entre ellas el valor y disfrute del tiempo. Al principio fue difícil bajar el ritmo, pero el día a día me hizo entender que esta es la forma correcta de vivir”.

◗ Oportunidades: “Con la mayoría de las opiniones en contra, recomendándome ir a una gran ciudad,en San Juan encontré un nicho que me permite decir con orgullo: ¡vivo de mi arte!”.

◗ Pequeña escala: “Cuando vives en una ciudad pequeña como San Juan suceden cosas muy buenas: no corres, no consumes excesivamente, tienes más contacto con tus afectos y tu familia”.

◗ Identidad: “Después de 25 años, aquí soy Oscar Fontalvo, artista, ‘el Colombiano’. Aquí soy una persona, no un desconocido, un número, ni un DNI. Siempre digo: es mejor ser cabeza de ratón que cola de león”.

Peter Schouten: un neerlandés en San Telmo

Peter dejó los Países Bajos y hoy no imagina una vida fuera de San Telmo
Peter dejó los Países Bajos y hoy no imagina una vida fuera de San Telmo

Sus estudios en Relaciones Internacionales y Periodismo le permitieron a Peter aventurarse por caminos impensados, trabajar para los primeros ministros neerlandeses y ser testigo de eventos como la asunción del rey Guillermo, en 2013. Tras su primera experiencia en Buenos Aires, el país quedó grabado en su corazón. Las travesías continuaron, pero nada menguaba su anhelo de regresar al suelo porteño. Fue así que, en noviembre de 2018, canceló sus asuntos en los Países Bajos y tomó una decisión: dejar todo y mudarse a Buenos Aires.

¿Qué te enamoró del país?

◗ Diversidad: “Para mí, San Telmo simboliza a toda la Argentina. La diversidad de personas lo vuelve colorido, creativo, emprendedor, vibrante”.

 Ambiente: “Las calles se sienten como una extensión del hogar. La buena onda general es maravillosa”.

◗ Movida: “De pronto escuchás música detrás de la puerta de un bar o hay un DJ tocando en un lugar inesperado. Y cada día se abren tiendas y restaurantes”.

◗ Identidad barrial: “Me gusta ir de visita a Almagro y Chacarita, o pasear por Palermo. Cada barrio me parece una ciudad, con su historia.”

◗ El afuera de la ciudad: “A veces la ciudad ofrece muchos estímulos y necesito ir a la naturaleza para recargarme. Nunca vi paisajes tan diferentes en un mismo país.”

Noa Schlesinger: la israelí que llegó a Los Cocos

Noa nació en Israel, pero estudió en Francia. Los caminos de la vida la llevaron a Los Cocos, en Córdoba, donde actualmente tiene un emprendimiento de viviendas sustentables
Noa nació en Israel, pero estudió en Francia. Los caminos de la vida la llevaron a Los Cocos, en Córdoba, donde actualmente tiene un emprendimiento de viviendas sustentables

Noa (37) nació en Israel, se crio en Venezuela, a los 18 voló sola a París y se graduó de ingeniera en Francia. Luego de recibirse, le llegó una oferta laboral para una multinacional francesa dedicada al tratamiento de aguas. Le dieron a elegir entre Suecia o Argentina y no lo dudó: ¡odiaba el frío! “Jamás imaginé que pasaría de vivir en la icónica capital francesa a un pueblito de 1600 habitantes”, cuenta Noa, quien tiene en Los Cocos, Córdoba, un emprendimiento dedicado a viviendas sustentables.

¿Qué te enamoró del país?

◗ Accesibilidad: “Tenés todos los servicios cerca, pero a la vez estás en el medio de la nada, rodeado de naturaleza”.

◗ Clima: “A diferencia de otras provincias, tenemos un clima templado que es muy ameno, no es tan extremo como Salta o la Patagonia argentina.”

◗ Propuestas educativas: “Para mis hijos hay muchas propuestas educativas alternativas, como escuelas Waldorf y Montessori”.

◗ Valores: “Esta es una comunidad con mucho calor humano y valores: se prioriza la calidad de vida por sobre lo material.”

◗ Oportunidades: “Con mi marido pudimos reinventarnos, crear nuestra propia empresa de casas sustentables y lograr una clientela sólida.”

Priscilla Heiss: una chilena que en Bariloche halló la felicidad

Nacida en Chile, Priscilla se enamoró de la Patagonia argentina para siempre
Nacida en Chile, Priscilla se enamoró de la Patagonia argentina para siempre

Cierto día, Priscilla (45), periodista chilena casada con un argentino del interior, le anunció a su entorno que se iría a vivir a la Argentina. Como residentes chilenos y viajeros frecuentes gracias a sus respectivos estudios y trabajos, el anuncio no sorprendió a sus padres, mientras que algunos amigos consideraron que estaban “un poco locos”.

A su llegada a la Argentina, Priscilla sintió cierto temor. Le preocupaba la adaptación de sus hijos con el cambio de colegio. Sin embargo, allí los esperaban con brazos abiertos y bienvenidas cálidas. Las seños vieron a los chicos y los saludaron por su nombre y entonces Priscilla lloró de emoción.

¿Qué te enamoró del país?

◗ El cariño y la vocación: “La calidez de las personas que viven en Bariloche, partiendo por el colegio Primo Capraro donde van mis hijos. Apenas llegamos me encontré con personas cariñosas, risueñas, con una vocación gigante por educar y ayudar a los chicos desde el momento que pusieron el primer pie en el colegio”.

 Los paisajes: “La majestuosidad del paisaje que a ratos te deja pensativo: el lago, las montañas, los caminos, la luz y por supuesto la nieve que silenciosamente en el invierno lo cubre todo y se transforma en protagonista. Creo que la belleza del paisaje en este lugar te conmueve”.

 La naturaleza: “Me encanta cómo las personas de la Patagonia disfrutan del entorno haciendo trekking, esquiando, subiendo cerros, andando en bici, kayak, caminando… Siempre al costado de la ruta hay alguien conectado con la naturaleza a través de algún deporte. Esa conexión me parece muy bonita y creo que es parte de la receta que tienen para vivir más felices”.

◗ La buena onda: “Como vengo de Chile, me impresiona mucho la buena onda con que vive la gente. Siempre te dejan pasar cuando vas manejando, te sonríen… Yo vengo de una sociedad más fría, entonces eso realmente me enamoró, me hace muy bien”.

◗ La solidaridad: “Hay mucha gente que viene de otros lugares, entonces se arman lindos grupos de amigos y de personas que se ayudan y se acompañan. Eso ayuda mucho cuando no tienes familia y has decidido recomenzar en un lugar nuevo. Aquí tengo amigas que me parece que conozco desde los 5 años, y que se instalan en tu vida de manera especial, te hacen más feliz”.

◗ La vida sencilla: “En el frío del invierno, nos encanta también disfrutar dentro de la casa: cocinar, leer, jugar con los chicos, salir a caminar con los perros, disfrutar de las cosas sencillas. En un lugar así, de belleza tan imponente, se da ese tiempo también para meditar sobre la vida, sobre el lugar increíble donde tenemos la suerte de vivir”.

Kata Munnes: la alemana que buscaba aventuras y se quedó con el sol mendocino

Kata dejó atrás su Alemania natal y se radicó en Uspallata, donde desarrolló un emprendimiento propio y tuvo a su hija
Kata dejó atrás su Alemania natal y se radicó en Uspallata, donde desarrolló un emprendimiento propio y tuvo a su hija

Kata (42) llegó de Alemania a la Argentina en el 2005, cuando el kilo de pan estaba dos pesos y su espíritu aventurero vivía su apogeo. A pesar de los años transcurridos, los precios en las panaderías quedaron grabados en su memoria, así como los paisajes y las personas impactaron en su corazón. Su Alemania natal había quedado lejos, aunque por aquellos días jamás hubiera imaginado que en la Argentina estaría a punto de hallar una tierra con sabor a “para siempre”.

Por aquel entonces tenía apenas 22 años, pero viajar ya formaba parte de su esencia. Venía de recorrer Brasil, un lugar atractivo, pero que por algún motivo no la hacía sentir a gusto. Fue entonces que recordó las palabras de una amiga brasilera que conoció en Leipzig, Alemania, quien veneraba a la Argentina, en especial Mendoza y, más específicamente, Uspallata.

En Mendoza, la alemana conectó con la tierra para comenzar a transitar un nuevo recorrido en su vida. Comenzó con un emprendimiento textil, le sumó productos de cosmética natural, y ahora se dedica al desarrollo de salsas, donde fusiona sus raíces alemanas. También le dio la bienvenida al mundo a su gran amor, su hija nacida en la Argentina.

¿Qué te enamoró del país?

◗ El sol: “El maravilloso sol me permite hacer muchísimas actividades, que la vida misma transcurra afuera, ¡me encanta!. No es comparable con Alemania, donde hay niebla, lluvia, demasiado clima gris”.

 La gente: “Llegué primero a la famosa Casa de Emilio, todos se conocían y sabían que aquella familia, la de Emilio, alojaba a los visitantes. Allí conocí gente hermosa y, lo que era algo pasajero, se convirtió en una estadía de cinco años. Desde el primer momento la gente me abrazó con su corazón sin mirar quién soy o de dónde vengo”.

 El espíritu emprendedor: “Mendoza es una tierra que me permitió romper con las estructuras y tener la posibilidad de desarrollar mi espíritu emprendedor. La adrenalina de hacer un proyecto con mi propio esfuerzo me genera más vida que un sueldo seguro”.

◗ La amplitud: “Antes viajaba mucho, Sin embargo, algo distinto me sucedió con Argentina, y aquí estoy, el país me conquistó para siempre. Desde Mendoza puedo salir a recorrer la Argentina, un suelo enorme, con mucho para descubrir”.

 La cocina y los vinos: “Fue la abuela argentina de mi hija la que me transmitió una receta de una salsa thai, la cual adapté y se convirtió en el producto estrella de mi emprendimiento. Obviamente, todo se acompaña con un buen vino. Me gusta que en Mendoza tenemos la cultura del vino para deleitar nuestros paladares”.

Fuente: Carina Durn, La Nación