Arturo Pérez Reverte en Buenos Aires: «»Todo novelista quiere alcanzar su obra maestra y en realidad nunca lo logra»
Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) es uno de los escritores más populares del mundo en habla hispana. Y más también: sus libros han sido traducidos a 43 idiomas y publicados en países de Europa, América, Asia y Oriente Medio. Licenciado en Periodismo, desarrolló una extensa carrera como reportero de guerra antes de dedicarse por completo a la literatura. Es miembro de la Real Academia Española desde 2003. Su obra combina con sagacidad géneros como la novela histórica, el thriller y la aventura, con una prosa directa y precisa y un lenguaje rico en matices. Se distingue por una mirada crítica, a menudo provocadora, sobre la sociedad y la historia española. Lo leen millones de personas en todo el mundo.
Hasta aquí una breve y pulcra biografía del personaje en cuestión, de visita en Buenos Aires para cumplir los compromisos de un autor bestseller (que por peso específico es una de las estrellas de la Feria del Libro de Buenos Aires 2025). Es dable de pensar que Pérez Reverte, gentil y notablemente jovial a sus 73 años, vino a la capital argentina para hablar de su nueva novela, La isla de la mujer dormida (Alfaguarada – Penguin Random House). Pero la conversación toma otros caminos que conducen a otros destinos y apelan a Pérez Reverte-el polemista, o Pérez Reverte-el cronista de nuestro tiempo. También hay lugar para un poquito de Pérez Reverte-el provocador.
O sea, Pérez Reverte jugando el juego que mejor juega y que más le gusta.
Arturo Pérez Reverte presenta en la Feria del Libro de Buenos Aires, su nueva novela «La isla de la mujer dormida»
A continuación, el testimonio de su diálogo con Infobae Cultura. Una breve pregunta oficia como disparador y a eso le sigue una larga respuesta, florida en su lenguaje y profunda en su concepto, que permite acordar, disentir, reflexionar. O simplemente aprender.
—Cada vez que uno tipea Arturo Pérez Reverte en Google, siempre aparece alguna polémica en redes, algún tweet suyo que desata pasiones…
—Pero no por culpa mía. Es que en España han tomado la mala costumbre de cada cosa que digo convertirla en polémica.
—¿Y cómo se lleva con eso?
—Yo no lo busco.
—¿Entonces?
—La explicación es muy simple. Ahora todo es clics, hay que sumar clicks a cualquier cosa. Yo a lo mejor digo, no sé, “el agua que tomé ayer no estaba bien”. El título es “Pérez Reverte critica el agua” para tener clics. Soy consciente de eso. Soy mayor y tengo ya mucha vida en la espalda. Entonces lo tomo con naturalidad. Lo que nunca hago es alentar la polémica e intervenir en ella. Nunca debato en las redes con nadie. Digo, lo tengo que decir y desaparezco. Entonces, bueno, lo llevo como un complemento, como un daño colateral inevitable en el mundo en el que vivimos. Pero no le doy importancia ni cuántos están a favor ni cuántos en contra. Nunca.
—¿Y no ha tenido la tentación de retirarse por completo?
—No, al contrario. Vamos a ver… Mis redes sociales, Instagram y Facebook no lo llevo yo. Hay alguien que lo lleva por mí. Yo solamente llevo personalmente Twitter. Y Twitter es una herramienta estupenda. Yo tengo 2 millones y medio de seguidores, lo que significa que es una herramienta muy potente. Cuando yo quiero mandar un mensaje sé que va a ser un mensaje eficaz. ¿Entonces, por qué voy a renunciar a esa herramienta poderosa? La utilizo, no abuso de ella. Yo no vivo en Twitter, De hecho, en mi teléfono no tengo Twitter.
—¿No lo tiene?
—No, yo tuiteo con el ordenador cuando estoy en casa. No tuiteo desde un teléfono móvil y sería una esclavitud… Tengo otras cosas más importantes que hacer en la vida. Para mí Twitter es una herramienta que está bien y tal, a la que recurro cuando necesito, que me divierte cuando entro en ella y cuando hay polémica y tal. Pero no le doy más importancia. Eso en un tipo que escribe novelas, es una actividad fundamental.
Fuente: Infobae