La Fundación Tejido Urbano, un espacio de encuentro e investigación de profesionales especializados en hábitat, ha lanzado un informe crucial «Estudiar y habitar: El eslabón habitacional en la trayectoria universitaria«. Este estudio exhaustivo pone de manifiesto cómo la cuestión habitacional es una pieza estructural en la construcción de ciudadanía y movilidad social en Argentina, especialmente para los jóvenes universitarios.
Principales ejes del informe:
1. Diagnóstico de la situación habitacional universitaria:
◦ El informe caracteriza la situación habitacional de más de 1,5 millones de jóvenes universitarios entre 17 y 29 años en Argentina, destacando que el acceso a la vivienda no es homogéneo y depende de factores como la migración, la convivencia familiar o el tipo de mercado de alquiler.
◦ Desvela el «triángulo de tensión»: en muchos casos, «estudiar, trabajar y alquilar» resulta inviable, poniendo en riesgo la sostenibilidad habitacional y la continuidad educativa.
◦ Aporta datos concretos sobre las trayectorias residenciales: mientras el 89% de los universitarios son residentes, la migración interna por estudios, aunque significativa, muestra una tendencia a la baja (de 131.000 en 2019 a 118.000 en 2024), influenciada por el fortalecimiento de la oferta educativa en el interior y las dificultades económicas en el AMBA.
◦ Subraya que la elección de una carrera a menudo va de la mano de una decisión residencial: «Estudiar, en numerosos casos, implica también moverse».
2. Análisis del vínculo entre estudio, trabajo e ingresos:
◦ El estudio muestra que los jóvenes universitarios inquilinos tienen una mayor participación en el mercado laboral y, en promedio, ingresos individuales significativamente mayores. Sin embargo, esta mayor inserción laboral a menudo se debe a la necesidad de sostener su autonomía residencial, lo que puede implicar una entrada más temprana al trabajo o más horas, a costa de la dedicación académica.
◦ Revela una polarización en los ingresos de los inquilinos, con una concentración tanto en los deciles más bajos (indicando precariedad) como en los más altos (perfiles profesionales consolidados).
3. Evaluación crítica de las políticas de acompañamiento existentes:
◦ El informe ofrece una visión crítica de los dispositivos de apoyo, señalando que la beca Manuel Belgrano, el único programa nacional activo y sostenido, tiene un alcance limitado, cubriendo a menos del 10% del universo potencial de estudiantes de bajos ingresos debido a sus estrictos requisitos y el monto de la beca en comparación con el Salario Mínimo Vital y Móvil.
◦ Expone la alarmante escasez de residencias universitarias públicas: solo 25 de 61 universidades nacionales cuentan con ellas, ofreciendo apenas 3.189 plazas. Casos como el de la UBA, con solo 10 camas en una facultad, contrastan con universidades como la UNaM, que concentra casi un tercio de la capacidad total.
4. Identificación de tendencias emergentes y buenas prácticas:
◦ Destaca el creciente protagonismo de gobiernos provinciales y locales en la gestión de políticas de vivienda estudiantil, con iniciativas como las de Misiones (compromiso interprovincial y la mayor cantidad de plazas residenciales del país), Río Negro (intermediación laboral activa y convenios inmobiliarios), y Neuquén (proyectos de ley para residencias provinciales).
◦ Pone en valor el rol del tercer sector, ejemplificado por el programa de Residencias Universitarias de Fundación Sí, que aloja a más de 740 estudiantes en 24 casas, demostrando el potencial de las alianzas con la sociedad civil para generar soluciones sostenidas.
◦ Advierte sobre un desafío estructural: los municipios que financian residencias para estudiantes que migran enfrentan tensiones de arraigo y fuga de talentos, si no se acompañan con políticas de generación de empleo calificado.
5. Llamado a la acción:
◦ Tejido Urbano propone abrir el debate sobre «qué políticas públicas necesitamos para garantizar el derecho a estudiar sin que el acceso a un techo se transforme en un obstáculo».
◦ El informe concluye con una pregunta clave: ¿Puede este movimiento incipiente de provincias y municipios transformarse en una política de Estado más estructural, con presencia federal y una mirada integral que articule la mejora de la empleabilidad juvenil, el acceso a soluciones habitacionales y la continuidad de las trayectorias educativas?