Desde leyendas de la talla de Cher a Sting; pasando por actores como Jamie Foxx y Sarita Choudhury; artistas como la pintora Chloe Wise y Fab 5 Freddy; diseñadores top como Isaac Mizrahi, Brian Atwood y Prabal Gurung; figuras relevantes del mundo de la comunicación, como la escritora Carole Radziwill (la mejor amiga de Carolyn Bessette, la mujer de John John Kennedy) o como Tina Leung, editora de estilo del New York Times; empresarios de todos los rubros, como la emprendedora de beauty Cassandra Grey o el marchand Jeffrey Deitch…

El 8 de septiembre, más de 150 invitados hicieron pie en West Chelsea, el vibrante distrito ubicado en Manhattan, para participar en la fiesta más alucinante: la del opening de Faena Nueva York, el tercer hotel de lujo que Alan Faena (61) abre junto con su socio, Len Blavatnik, después del Faena de Puerto Madero (2004) y el Faena District Miami Beach (2015). Ubicado al 500 West de 18th Street, fue diseñado por el grupo de arquitectura danés Bjarke Ingels; y el interiorismo fue un trabajo compartido entre el equipo de Faena y el estudio del británico Peter Mikic. El hotel, que tiene una vista increíble al río Hudson y al High Line, promete convertirse en un hit.


EL ESPÍRITU DE LOS PIONEROS
La fiesta, que empezó a las siete de la tarde, vibró con el espíritu del descubrimiento, la creatividad y la conexión, los pilares que han definido al fundador de Faena Group.

“Este es un sueño que comenzamos hace veinte años en Buenos Aires, en una franja de tierra llamada Puerto Madero. Después, desembarcamos en otra tierra olvidada y creamos el Faena District, en Miami. Y ahora, dos décadas después, llegamos a la ciudad de la magia: Nueva York fue construida por pioneros y continúa prosperando gracias a la innovación, la creatividad y la audacia. Faena New York abraza y amplifica ese espíritu, ofreciendo experiencias que honran y enriquecen el legado de la ciudad”, dijo a sus invitados Alan Faena desde la escalera dorada que, junto con el descomunal mural realizado por el argentino Diego Gravinese, domina el lobby, llamado La Catedral.

Después de la emotiva interpretación de “Don’t Cry For Me Argentina”, del musical Evita, que hizo la cantante Dee Roscioli, los invitados pasaron a La Boca, el restaurante que está a cargo del chef argentino Francis Mallmann. Y, luego de la comida, que incluyó su célebre “siete fuegos”, el corazón de la fiesta se trasladó al área social de Faena New York: The Living Room. Todos bailaron hasta la madrugada.







