De viernes 19 al sábado 27 en el CCK
Este viernes 19 a las 18, cuando la música de Violentango haga tronar el escarmiento en el Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151), la tercera edición del Festival de Bandoneón “Osvaldo Ruggiero” será realidad. Organizada por la Fábrica Argentina de Tango -Asociación Civil comandada por Daniel y Adrián, dos hijos del connotado primer bandoneón de la orquesta de Osvaldo Pugliese-, la movida se extenderá hasta el sábado 27 cuando su cierre confluya con el del FACAFF, en el CAFF (Sánchez de Bustamante 772) con las actuaciones de dos orquestas: Sentimental y Canyengue y –necesariamente- la Típica dirigida por Daniel Ruggiero.
Entre medio, noche a noche, pasará de todo. Desde una charla sobre la mujer y el bandoneón a cargo de Ayelen Pais, Eleonora Ferreyra y Milagros Caliva el sábado 20 a las 18 en el CCK hasta la presentación de tango y rock unidos por el bandoneón a cargo de Federico Biraben y Martín Cecconi (viernes 26, 21.30, en el Je Suis Lacan de Balcarce 749), pasando por las presentaciones de Julio Coviello y la japonesa Natsuki Nishihara (CCK, sábado 20 a las 19), un taller de luthería a cargo Bilbao Bandoneones, y la presentación del Cuarteto de Daniel Ruggiero, el día de la primavera a las 18 en el Kirchner. “Destacamos especialmente la charla de mujeres bandoneonistas, donde las expositoras hablarán de la actualidad del instrumento y de la historia desde Paquita Bernardo hasta hoy. Es fundamental para el desarrollo del instrumento tener esta mirada”, destaca Adrián Ruggiero. “También el taller de luthería online, un servicio a la comunidad bandoneonística sin dudas, y las presentaciones de los discos de Coviello (Musetta y la Peste, Scarlatti en bandoneón) y de Nishihara (Camino)”, agrega su hermano.

-¿Por qué la realización de este homenaje a Osvaldo? ¿Qué significa para ustedes, más allá de los lazos familiares?
Daniel Ruggiero: -En principio, creemos que es fundamental que en este país y especialmente en esta ciudad exista un festival dedicado al bandoneón, nuestro instrumento emblema. Y la figura de Osvaldo es justamente una de las más importantes del instrumento y del género, porque creó un estilo irrepetible. Él es una figura de la época de oro del tango que por supuesto sigue vigente.
Adrián Ruggiero: -Fue un verdadero creador dentro del tango, sí, y, sobre todo si hablamos del bandoneón. Una de las figuras excluyentes que tuvo nuestra cultura, porque representa uno de los estilos más actuales y seguidos como el de la Orquesta de Pugliese, donde mi padre permaneció 30 años como primer bandoneón. Luego, bueno, el Sexteto Tango, con el que continuó en el camino de vanguardia junto a Julián Plaza, Víctor Lavallén, Alcides Rossi, Emilio Balcarce y Cacho Herrero. Un verdadero equipazo que grabó muchos discos, incluido Reunión de maestros, junto al “Polaco” Goyeneche.
A.R.: -Además, en este tiempo de altos egos, el perfil bajo que tenía mi padre es un mensaje muy lindo de unión y cooperativismo, donde lo importante es el grupo.
D.R.: -Porque Osvaldo es un emblema del laburo colectivo. Un autodidacta que se superó a base de un gran laburo personal y que, debido a su negativa a ser director de una agrupación, no es tan reconocido masivamente como merece.

La breve pero intensa historia del Festival denota crecimiento no solo por la cantidad de artistas y actividades que porta su grilla, sino también por la suma de sedes y partícipes internacionales. “Para armar la grilla tenemos muy en cuenta artistas que estén en la búsqueda de nuevas ideas”, asegura el Ruggiero menor. “La selección es muy compleja dado que hay grandes músicos en todo el país, y nuestro festival aun es chico y limitado”, sopesa su hermano Daniel. “Principalmente, para que sean parte tenemos en cuenta si han presentado discos o materiales originales, a fin de dar un panorama actual del instrumento.”
-Aparece en la grilla también la singular presentación de un concierto bajo el nombre de “Tango y rock, unidos por el bandoneón«. ¿Cómo lo sustancian?
A.R.: -Con Almendra empezó esta relación entre dos géneros con sus bandoneones y los arreglos de Rodolfo Alchourrón. Algo que parece que no, pero están fuertemente vinculados. Después, bueno, Fito Páez con “Loca tuca de Dios”; “Canción de 2×3”, de Charly García; “Los libros de la buena memoria”, de Invisible; Alas, Divididos, Rodolfo Mederos, y hasta el Octeto Electrónico de Piazzolla en aquel concierto del Olympia de París con la versión de “Libertango” en la que Tommy Gubitsch salió con su Les Paul tremendamente rockera. En esa tesitura estarán tocando Violentango su nuevo disco y Cecconi los solos de bandoneón de temas de rock argentino arreglados por él que grabó en su disco Quedándote o yéndote.
-¿Con qué escollos se han encontrado para realizar el festival, habida cuenta del desprecio por la cultura nacional que baja de los estamentos gubernamentales?
D.R.: -Lamentablemente, los escollos no son algo nuevo en este plano. A decir verdad, ni siquiera es un escollo. Más bien se trata de una persistente y agotadora indiferencia que, como todos sabemos, se va a despabilar una vez que el festival tome su propio vuelo y sea noticia nacional. Pero sobre todo y tristemente, cuando se noticia en el exterior.
A.R.: -Pasa que se llenan estadios con artistas internacionales y los focos están puestos en la cultura que llega de lejos mientras le dan la espalda a la nuestra. Las tanguerías se llenan de turistas, sí, pero para el tango real, el de los nuevos compositores, hay muy pocos espacios y el apoyo es nulo. No todo lo que es bueno para la sociedad tiene que generar dinero, ¿no? A veces es cosa de apostar a pasar un buen momento y que los bandoneones te partan el corazón de emoción.
Fuente: Página12