Al margen de los tanques del circuito comercial de la Avenida Corrientes que suelen realizar varias funciones semanales (caso Rocky, Las hijas o La cena de los tontos que se despidió el domingo 2 de noviembre), hay una variedad de títulos tanto en ese circuito como en el alternativo en los que el ansiado cartelito de “localidades agotadas” en una boletería está a la orden del día. Lo del cartelito es hoy casi una metáfora porque el hábito de adquisición de las entradas se trasladó a las ticketeras digitales y plataformas diversas, pero el resultado es el mismo: “entradas no disponibles” o un escueto “agotado” se leerá en la pantalla.
Dentro de este recorte hay 10 títulos que se presentan en distintos días de la semana. El abanico va de César “Banana” Pueyrredón cantando temas de Whitney Houston o Lorena Vega con su propia imprenta teatral, a dos musicales que reparan en hechos históricos en clave contemporánea y una propuesta en la que uno de los actores se termina tirando en una pileta casi a cuenta de nada.
De tomar como referencia la foto central de esta nota, con los rostros de los actores Mariano Saborido, Lorena Vega y Juan Pablo Geretto, podría decirse que ellos tres, en la misma semana, protagonizan en total siete títulos que cuentan con la total complicidad del público.
Para varios de los títulos consignados muy posiblemente no se consigan entradas para esta misma semana, pero habrá que intentarlo. Es más, para uno de los montajes consignados recién se pueden conseguir entradas para su reposición de febrero (es verdad, aunque usted no lo crea).
Todas esas cosas tan maravillosas…
Desde que se inició, hace tres años, la íntima ceremonia de ese encuentro teatral llamado Las cosas maravillosas, las entradas suelen agotarse. El primer actor que abrió el juego de este mágico encuentro fue Peter Lanzani. Con el paso del tiempo, este entrañable momento teatral fue convocando a otras actrices y actores para contar la historia de ese hijo de una madre suicida que reivindica los hechos más mínimos de la vida. Hasta la semana pasada, su protagonista fue Fernando Dente, el gran ganador de la reciente edición de los Premios Hugo. Esta semana, Juan Pablo Geretto tomó la posta para las funciones de lunes y viernes. Según el último registro de Aadet, la entidad que agrupa al circuito comercial, Las cosas maravillosas encabeza el ranking de porcentaje de ocupación de sala, según registros de la semana pasada.
A una cuadra del Multiteatro está el Metropolitan. Allí, los miércoles se presenta Modelo vivo muerto, de los Bla Bla & Cía, con Manu Fanego, Sebastián Furman, Pablo Fusco, Julián Lucero, Tincho Lups y Carola Oyarbide. Dirigidos por Francisca Ure, la obra se estrenó en 2023 en la salas Caras y Caretas. Ganó dos Premios Martín Fierro Teatro, un María Guerrero y la actual es la segunda temporada que realizan en una de las salas del Metropolitan que supera las 600 butacas. Va los miércoles, a las 21.45. Tratándose de un día de semana laborable y con el hábito postpandémico de un horario de inicio más tempranero, Modelo vivo muerto oficia como excepción de esa regla no escrita. Según los registros de Aadet, más del 90 por ciento de sala está ocupada. Un modelo vivito y coleando.
Del otro lado del Obelisco, en el Teatro Astros, un musical de culto español se gana terreno en la cartelera porteña. Se trata de La llamada, de Los Javis. En la trama, una de sus protagonistas se enamora de una monja y otra, directamente de Dios. Así son las cosas. Todo esto sucede entre canciones de Whitney Houston, bailes tecno latinos y consumo de drogas sintéticas. En escena están Flor Jazmín Peña, María Juli Castro, Leticia Siciliani y Mariano Saborido. Y hay una yapa: la presencia de César “Banana” Pueyrredón, en su debut actoral, interpretando dos temas de la señora Houston: “I Will Always Love You”y “I Have Nothing”. Se estrenó en agosto y se despide a fin de este mes. Realiza funciones los martes, y esa noche no tan vinculada con el consumo teatral suelen superar el 95 por ciento de las localidades que salen a la venta. Según se anuncia, serán los últimos martes del año en el Astros.

En esta especie de rompecabezas con fichas en movimiento constante, el gran Mariano Saborido también protagoniza Viento blanco, otra “historia mínima”, tal el título de lo elogiosa crítica publicada en LA NACION. El texto pertenece a Santiago Loza, el mismo de Matar cansa, La mujer puerca, Todo verde y Nada del amor me produce envidia. Marito, el protagonista, vive en Puerto Deseado con su madre, con quien sostienen una posada a la que acuden escasos turistas, de paso por un pueblo que se va achicando lentamente. Allí, el tal Marito construye una endeble rutina que se rompe ante la desaparición de dos seres vitales para él, y decide partir. Dirigido por Valeria Lois y Juanse Rausch, la obra se presenta los domingos a las 20.30, en Dumont 4040. Para ir a ver a este brillante intérprete cuyo trabajo es clave en Lo que el río hace, otro éxito de la cartelera, hay que sacar entradas con anticipación porque la sala siempre queda pequeña.
Por su parte, Juanse Rausch parece haber armado su propio circuito teatral a la manera de Lorena Vega, Pilar Gamboa o la misma Valeria Lois, quienes tienen varias obras en cartel en simultáneo. En lo que hace a este creador nacido en Bahía Blanca es uno de los autores de La revista del Cervantes, el éxito del Teatro Cervantes; el codirector de Viento blanco, el director de La llamada y el director y dramaturgo de Saraos uranistas.
Música, vestuario y show
Dar con una entrada para las funciones de los jueves de Saraos uranistas en El Galpón de Guevara no es tarea fácil. Saraos uranistas fue la forma en que el sistema médico y policial higienista de principios del siglo XX en la Argentina llamó a las fiestas nocturnas en las se reunían los homosexuales y travestis de la época. Con dicho anclaje histórico, la propuesta cuenta la identidad travesti y homosexual apelando a la música, un gran vestuario y el desparpajo este grupo de amigas que reivindican a sus cuerpos. Esta propuesta ya obtuvo el Premio María Guerrero y acaba de recibir un Premio Hugo.

Y en esta especie de rompecabezas con fichas en movimiento, Juan Pablo Geretto, el de Las cosas maravillosas, asumió el papel de La Bella Otero de Saraos…, en reemplazo de Maimar Abrodos, quien está presentando Todos mis cuerpos, en Dumont 4040. Aunque parezca surrealista, ya están a la venta las entradas ¡para el miércoles 18 de febrero!
Y también históricos
Si Saraos… repara en un hecho del inicio del siglo XX, hay otro musical que revisita otro suceso histórico argentino del siglo anterior. Contra todo los prejuicios, es un éxito. Se trata de Alberdi, el musical, que se presenta en el Teatro Regina. Hamilton, el musical de Lin-Manuel Miranda, es un éxito en Broadway desde hace una década. Dicha propuesta lleva a escena la vida de Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos. Como eco de aquella jugada, el músico y actor Pablo Flores Torres decidió reparar en la vida y el legado de Juan Bautista Alberdi, precursor de la Constitución de 1853. Replicando el éxito de Broadway, montaron este musical con 21 actores en escena, en el que se combina el rap con los ritmos del folclore argentino para narrar la vida de este prócer cuyo rostro aparece hoy en los billetes de 20.000 pesos. Alberdi, el musical se presenta en el Teatro Regina, la sala de la avenida Santa Fe con sus más de 300 butacas. Los domingos suelen agotar las localidades.
Como ya se dijo, Lorena Vega montó algo así como su propio circuito teatral. Tan desmesurado es todo que la psicóloga de la serie Envidiosa termina compitiendo como actriz con otro título que ella misma dirigió. En el Teatro Picadero uno de los títulos que tiene en cartel es Imprenteros, biodrama que escribió, dirigió e interpreta esta talentosísima actriz junto a uno sus hermanos y otro cómplices.
La mágica historia familiar tuvo su primera función una noche de septiembre de 2018, en el Rojas. Desde ese momento siguió y no cesó de expandirse, de imprimirse en otros formatos, de sumar fanáticos. Luego de la obra vino una película que dirigió Lorena Vega junto a Gonzalo Javier Zapico y un libro, no podía ser de otra manera para esta historia de trabajadores gráficos de un taller de Lomas del Mirador. Imprenteros se presenta los viernes a las 20, en el Teatro Picadero.

En el universos de los unipersonales hay uno que volvió a aterrizar en la cartelera luego haber hecho 200 funciones en 90 ciudades. Se trata de Muerde que, desde su estreno en Moscú Teatro, cosechó varios premios y hasta uno internacional (el Talía Awards de Nueva York). Lo protagoniza Luciano Cáceres y lo dirige Francisco Lumerman con base en un texto suyo. Durante menos de una hora se cuenta la historia de un tal René, quien ayuda a su padre a construir ataúdes en un galpón casi abandonado del Norte argentino. Su entorno lo ha dejado recluido en ese ambiente hostil plagado de un aire cargado de aserrín y de soledad. El resultado es una desgarradora historia con elementos de un thriller psicológico en el que Cáceres saca a relucir su increíble paleta expresiva. Actualmente, está haciendo su última función el próximo jueves en Timbre 4, la sala de Boedo. Es uno de los éxitos de la sala.

Vuelta a la sala Dumont 4040, de Chacarita. Allí, los sábados a la tarde y los domingos a la noche se presenta Sombra voraz, una propuesta de Mariano Pensotti y el Grupo Marea, en su vuelta al circuito alternativo luego de presentar sus grandes producciones en escenarios porteños y en festivales europeos. Lo interpretan Patricio Aramburu y Diego Velázquez, otros dos actores de una fuerza escénica descomunal. Uno interpreta a un escalador, hijo de un famoso alpinista que desapareció en su intento de llegar a la cumbre de una montaña. El otro representa a un actor con una carrera amesetada, a quien convocan para protagonizar la vida de aquel escalador que murió en el intento.
Desde el momento de su estreno, esta historia espejada de altísimo vuelo artístico llena la sala de planta baja de Dumont 4040. Dato para tener en cuenta: termina a fin de mes. Es uno de los lujos de la actual oferta teatral.
El listado de estos 10 éxitos silenciosos en comparación con aquellos que tienen grandes marquesinas se cierra en una vieja casa ubicada en un pasaje del Abasto, que cuenta con un bello jardín, una pileta y un espacio al fondo que oficia de sala teatral para pocos espectadores. El espacio se llama Zelaya. La obra, Un trabajo. Su creador, Federico León.
Como es habitual en sus creaciones, dentro de su universo todo es posible. Se presenta como un laboratorio de creación escénica en los bordes de la teoría y su práctica que indaga resultados imprevisibles. En ese tránsito desconcertante, Santiago Gobernori, Beatriz Rajland y el mismo León rompen cosas, inventan escenografías, discuten, se ponen a prueba, se ríen de sus fallidos y hasta hay uno que se tira en la pileta de jardín y vuelve como si nada porque todo es posible en este trabajo hipnótico llamado El trabajo.
Nació en el marco de Paraíso Club, llenan siempre las funciones de los viernes y sábados en Zelaya pero, de golpe, suman alguna función cuando pueden. Habrá que seguir atentos.
Fuente: Alejandro Cruz, La Nación

