El Institut français d’Argentine/Embajada de Francia, en colaboración con Sanofi, organizaron el pasado 20/11 un encuentro especial para realzar y visibilizar el rol de las mujeres en las Ciencias.
En este evento, tuvimos el honor de contar con una conferencia de Catherine Cesarsky, renombrada astrofísica francesa formada en Argentina, asesora científica senior del Commissariat à l’Énergie Atomique et aux Énergies Alternatives de Francia y miembro de la Academia de Ciencias de Francia.
La charla abordó su trayectoria, los desafíos del camino científico y la importancia de seguir rompiendo el techo de cristal.
Gracias a Sanofi por acompañar esta valiosa iniciativa que impulsa el talento femenino en la ciencia.
Una pionera de la astrofísica internacional
La visita de Catherine Cesarsky a Buenos Aires fue más que un encuentro académico: fue la oportunidad de escuchar a una pionera que, con humildad y pasión, narró cómo rompió barreras de género, lideró proyectos internacionales y nunca dejó de trabajar por la ciencia. Su presencia reforzó los lazos entre la comunidad científica argentina y francesa, y dejó un mensaje claro: la curiosidad y el compromiso con el conocimiento no tienen edad ni fronteras.
Formada en la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo la licenciatura en Física en 1965, y doctora en Astronomía por Harvard en 1971, Cesarsky ocupó cargos de gran relevancia: presidió la Unión Astronómica Internacional (2006–2009), fue Alta Comisionada para la Energía Atómica de Francia (2009–2012) y lideró el Consejo del Square Kilometre Array (SKA) en dos etapas, entre 2017 y 2025. Su carrera fue reconocida con premios internacionales como el COSPAR de Ciencia Espacial, la Medalla Tate y el Premio Fritz Zwicky.
Encuentro con la comunidad científica argentina
Durante su visita, Cesarsky compartió actividades con colegas y estudiantes en la UBA, Ciudad Universitaria. Además de la importante conferencia que ofreció en la Embajda de Francia el día 20 de noviembre, se reunió en el Club Francés con periodistas y científicas de la Asociación Marianne. Allí, habló de su vínculo con la Argentina, país al que regresó con frecuencia desde que dirigió el Observatorio Europeo Austral y donde conserva un departamento familiar. “Nunca me siento mejor que cuando vengo acá”, confesó con nostalgia.
En la conversación, alternó francés y castellano, y destacó que disfruta especialmente hablar “en argentino”, algo que en París no siempre tiene ocasión de hacer. También reflexionó sobre la importancia de la amistad en la etapa adulta y relató anécdotas personales, como el reencuentro con sus compañeros del secundario a través de un grupo de WhatsApp.
Ciencia, tecnología y grandes enigmas
Cesarsky explicó que la astrofísica busca comprender el funcionamiento del universo a partir de las leyes de la física y que, además de responder preguntas existenciales, impulsa avances tecnológicos aplicables en la vida cotidiana. Recordó que el wifi fue desarrollado por radioastrónomos y que técnicas creadas para observar el cosmos se utilizan hoy en operaciones oftalmológicas de alta precisión.
Sobre la posibilidad de vida extraterrestre, señaló que el proyecto SKA investiga tanto formas simples como la eventual existencia de civilizaciones inteligentes, aunque ella se mostró escéptica: “Las probabilidades de coincidir en tiempo y espacio con otra civilización son mínimas”.
Consultada sobre los grandes misterios de la física, destacó dos: la energía oscura, responsable de la aceleración de la expansión del universo, y la materia oscura, que constituye una parte esencial del cosmos pero cuya naturaleza aún se desconoce. “Son los enigmas más duros de la física y la astrofísica”, afirmó
Mujeres en la ciencia: romper el techo de cristal
La astrofísica recordó las dificultades que enfrentó en sus primeros años, cuando la maternidad era vista como un obstáculo en la carrera académica. Durante su posdoctorado en el Caltech, quedó embarazada pese a las advertencias de su director y continuó trabajando gracias al apoyo de otros profesores. “Me pasé la vida rompiendo techos de cristal”, aseguró.
Destacó que Argentina ocupa un lugar privilegiado en la participación femenina en astronomía, con un 40 % de mujeres en la disciplina, el porcentaje más alto dentro de la Unión Astronómica Internacional. En Francia, en cambio, el número se mantiene en torno al 30 %.
Una vida dedicada a la ciencia
Aunque se jubiló formalmente a los 65 años, Cesarsky nunca dejó de trabajar. A los pocos meses fue nombrada encargada de la energía atómica en Francia y más tarde presidió el proyecto SKA. “Nunca paré de trabajar, ni tengo ganas de hacerlo”, afirmó con convicción.
Finalmente, recordó cómo nació su vocación por la astronomía en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, cuando el profesor Carlos Varsavsky la orientó junto a su esposo Diego hacia la astrofísica. “Fue una excelente elección”, señaló. Y al ser consultada sobre la astrología, fue tajante: “No tengo ni ganas de gastar saliva en hablar de eso. Es cualquier cosa”.
La visita de Catherine Cesarsky a Buenos Aires fue más que un encuentro académico: fue la oportunidad de escuchar a una pionera que, con humildad y pasión, narró cómo rompió barreras de género, lideró proyectos internacionales y nunca dejó de trabajar por la ciencia. Su presencia reforzó los lazos entre la comunidad científica argentina y francesa, y dejó un mensaje claro: la curiosidad y el compromiso con el conocimiento no tienen edad ni fronteras.




