Como cada fin de año, Rolling Stone USA vuelve a mirar el mapa completo de la música global y a ordenar el caos creativo en su ya tradicional lista de los 100 mejores discos del año. La edición 2025 no sólo confirma que la industria sigue en movimiento constante, sino que deja una evidencia clara: este no fue un año para jugar a lo seguro. Artistas consagrados, regresos inesperados y nuevas voces empujaron los límites en todas las direcciones, con discos que apostaron al riesgo antes que a la repetición de fórmulas probadas.
Desde los gestos más ambiciosos del pop hasta la crudeza del rap underground, pasando por el flamenco reconfigurado, el indie eléctrico, el afropop, el country mutante y el shoegaze, la música de este año se construyó desde la diversidad y la osadía. Hubo manifiestos íntimos, viajes temporales, discos de regreso, debutantes sin miedo y leyendas que siguieron reinando. Un verdadero caleidoscopio sonoro que cruzó generaciones, geografías y escenas con una sola premisa: moverse hacia adelante.
De ese universo de 100 títulos, seleccionamos los 10 discos del año, según Rolling Stone USA:
10. Playboi Carti – Music
El álbum de 2020 del rapero de Atlanta, Whole Lotta Red, es un texto fundacional para docenas, si no cientos, de artistas extremadamente online. Con Music, Playboi Carti parece decididamente consciente de su potencial como talento generacional. Hay algunos momentos en los que las ondas sintetizadas burbujean y se elevan, el efecto neto de las luces del estadio iluminando a una multitud de miles. Mientras Carti se encuentra en la cima de la montaña, recuerda su viaje, admira la vista y se pregunta por su inevitable descenso. Incluso cuando se deja llevar por un cántico sin inspiración o se agota con su enfoque monomaníaco en las drogas, las mujeres, los coches y las provocaciones, sigue magnetizando como una estrella pop única. —Mosi Reeves
9. Hayley Williams – Ego Death at a Bachelorette Party
Hayley Williams lanzó por sorpresa Ego Death at a Bachelorette Party este verano [invierno en Sudamérica], después de haber subido inicialmente la colección de canciones a su sitio web a través de un reproductor web clásico. Si bien el lanzamiento fue un poco impreciso, el álbum es su música más centrada hasta la fecha. Nunca ha sonado más segura ni libre, tomando influencias sonoras de todo tipo, desde Phoenix hasta TLC. “Estuviste en mi boda… Podrías haberme dicho que no lo hiciera”, grita en “Parachute”. Ese tipo de trauma romántico es un tema recurrente en todo el disco, pero Williams emerge lista para una nueva vida, donde las posibilidades son infinitas. —Maya Georgi
8. Wednesday – Bleeds
“Enviaste mis desnudos/Nunca te grité porque moriste”, canta Karly Hartzman en “Townies”, entregando uno de los muchos versos sorprendentemente geniales del sexto álbum de Wednesday. “Bleeds” aún contiene elementos del sonido shoegaze original, difuso y salvaje, de la banda de Carolina del Norte, pero también hay un rock de creek sublime, como el hermoso éxito “Wound Up Here (By Holding On)” y la melosa balada “Elderberry Wine”. Estos cambiantes paisajes sonoros, combinados con las letras intrépidas y afiladas de Hartzman, crean una salvaje odisea gótica sureña, una que emprenderás con gusto una y otra vez, sin importar lo oscura que se ponga. —Angie Martoccio
7. Tyler Childers – Snipe Hunter
Tyler Childers lleva 10 años predicando su evangelio de Kentucky, ySnipe Hunter, producido por Rick Rubin, redobla la apuesta por el espíritu pionero que lo caracteriza. Canta sobre la caza y las escrituras hindúes, mencionando canciones de todos los estilos, desde Cyndi Lauper hasta Stephen Foster, y explorando nuevos territorios sonoros, desde el garage rock hasta el pop de Phil Spector. Hay un riff sobre las ETS de los koalas en “Down Under”, y cantos Hare Krishna abren la balada de inspiración folk escocesa “Tom Cat and a Dandy”. Snipe Hunter hace que cada riesgo parezca natural, consolidando a Childers como posiblemente el artista más visionario de la música country actual. —Jonathan Bernstein
6. Clipse – Let God Sort Em Out
En la primera década del 2000, pocos artistas de hip-hop tenían estándares tan exigentes como los de Clipse. Su primer álbum desde 2009 demuestra que Pusha T y Malice siguen siendo los maestros de la letra, fríos como el hielo, que recuerdas. “P.O.V.” es un escaparate de su mejor juego de palabras con coches de lujo (“El único Audi que hay aquí lo conduce mi au pair”); “EBITDA” crea un gancho memorable con el término de la escuela de negocios para “ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización”; “F.I.C.O.”, como en las puntuaciones de crédito, relata viajes de alto riesgo por autopistas con la suficiente viveza como para ponerte los pelos de punta. Las canciones que no llevan acrónimos son igual de excelentes. —Simon Vozick-Levinson
5. Geese – Getting Killed
La idea de que la música rock “tome una nueva dirección” parece un concepto bastante forzado en 2025. Pero entonces llega Geese con su increíblemente original tercer álbum, desmantelando la música rock y recomponiéndola en algo vigorizante, ansioso y extrañamente sonriente. Cada canción rebosa de descubrimientos inquietantes, desde el retorcido soft-rock dance lento de “Cobra” hasta el estruendoso brillo de himno de “Taxes” y el boogie visceral de “Bow Down”. “Puedes ser libre”, gime Cameron Winter sin una pizca de ironía. Si puedes ser tan libre como estos chicos, lo estás haciendo genial. —Jon Dolan
4. Dijon – Baby
La música de Dijon mantiene una relación elástica con el tiempo y el lugar, navegando entre épocas, géneros y estados de ánimo, creando algo tan caleidoscópico como familiar. A lo largo de su segundo álbum, fragmentos de sonidos —improvisos fogosos, samples de hip-hop de la época dorada, riffs vocales vibrantes e invertidos— sobresalen como rayos de luz que atraviesan la oscuridad de la noche. Baby se describe mejor con esa palabra tan abarcadora: experimental, pero Dijon también puede ocupar un espacio más cercano al R&B tradicional, concluyendo “Kindalove” con un resumen temático: “¡Cuando lo necesito, me impactas con tu amor!”, canta con voz potente, tras habernos hecho lo mismo. —Jeff Ihaza
3. Rosalía – Lux
Rosalía ha demostrado ser la agente del caos más provocadora del pop, y Lux suena como ninguna otra en la música actual. Su irreverencia es lo que hace que el álbum sea tan impactante: bebe de los grandes, pero se inclina por Mozart con energía de villano, Bach con un porro en la boca. En definitiva, el álbum triunfa porque cada canción está profundamente pensada y es profundamente sincera, enlazando con ideas embriagantes sobre qué demonios estamos haciendo aquí. Lidia con el dolor y la pérdida, la ira y el duelo, el sexo y el deseo, el amor y la adoración, mientras intenta comprender mejor quién es, su forma de amar y las fuerzas espirituales que la mueven. —Julyssa Lopez
2. Lady Gaga – Mayhem
En vísperas del último álbum de Lady Gaga, Mayhem, se habló mucho de su regreso a sus raíces. ParaLittle Monsters, había pasado demasiado tiempo. En este álbum, Gaga se siente en su versión más auténtica de principio a fin, abrazando y desarrollando sus sonidos más esenciales. En uno de los álbumes más ambiciosos y diversos de su carrera, combina a Nine Inch Nails, David Bowie, Prince y su yo de la era Fame Monster. El resultado es el álbum pop más potente del año. —Brittany Spanos
1. Bad Bunny – Debí Tirar Más Fotos
En su sexto álbum, Debí Tirar Más Fotos, Bad Bunny nos trae a casa con 17 canciones que recorren la rica paleta de géneros puertorriqueños. Es un álbum local, jubiloso y fresco, donde Benito toma los mejores momentos de Un Verano Sin Ti y lleva su sonido experimental al territorio inexplorado de la música folclórica puertorriqueña y la salsa. A pesar de su enfoque cultural hiperespecífico, o quizás gracias a él, Debí Tirar Más Fotos conquistó el 2025. Se escuchó en las calles de Nueva York, San Juan y más allá, y ayudó a Bad Bunny a hacer historia. La estrella se convirtió en la primera en presentar una residencia en El Choli de Puerto Rico, y llevará la gira “No Quiero Ir De Aquí” a la escena internacional en 2026, donde encabezará el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl y quizás incluso reciba una de las seis nominaciones al Grammy a las que aspira. El álbum y su dominio este año son un testimonio de hasta dónde puede llevar el inquebrantable orgullo boricano de Bad Bunny. —Maya Georgi
Fuente: Rollingstone

