Un Argentino en Brasil: «La Mansión del Camino»

Una Obra de Caridad digna de Imitar – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.
En este material vamos a destacar un hecho que se da en muy pocas ocasiones y es hablar de cuando la caridad se hace presente sin diferencia de religiones.
Por eso, presentamos esta casa de caridad llamada a prestar ayuda a los más necesitados: la «Mansión del Camino», tal como se la conoce, trabaja a través de sus voluntarios sin prisa pero sin pausa, en pos del bien comunitario.
Según los registros encontrados en la Federación Espírita Brasileña, el espiritismo viene aportando en Brasil, desde el año 1865, con la creación del «Grupo Familiar de Espiritismo», reconocida como la primera sociedad espirita en el país, localizada en Salvador, Bahía.
Si hacemos una comparación cronológica con la fecha de publicación del «Libro de los Espíritus» -primer libro espírita- editado en París, Francia, en el año 1857, podemos observar que apenas ocho años después sería inaugurada en Brasil la primera casa espírita. es decir, que la doctrina tiene una larga trayectoria en este sector de Sudamérica.
En este tiempo transcurrido, se llega a la conclusión de que el espiritismo encontró un suelo fertil en tierras brasileñas, y este docma trabaja mucho en obras benéficas ayudando a las comunidades más necesitadas.
Uno de los ejemplos, es la historia de vida del educador y orador espirita Divaldo Pereira Franco -considerado el medium más importante en el mundo-, que a los 20 años de edad, junto con otros colaboradores, fundaron en el mes de setiembre de 1947, el Centro Espírita «Camino de la Redención», en Salvador, Bahia.
En esta casa, se destaca sobremanera la asistencia a niños huérfanos en el complejo la «Mansión del Camino», nombre proveniente de la antigua morada, que era un caserón muy aristocrático de una familia bahiana, que por dificultades financieras tuvo que venderlo.
Al hacerse cargo este grupo de caridad del inmueble, inmediatamente trasladaron a 558 huérfanos que eran asistidos en la antigua sede. El terreno del nuevo hogar era agreste y no existía mucha infraestructura. Todo tuvo que ser construido, calles aledañas, accesos, huertas, nuevas casas para los desprotegidos y otros predios para un mejor funcionamiento de la entidad.
Demás está decir que la «Mansión del Camino», no era un orfanato más; tenía una propuesta pedagógica más completa que educar huérfanos y la experiencia se inició con la idea de hogares sustitutos, o sea, hacer con que el niño se sietiera amparado en el seno de una familia, que aprendiera a compartir lo afectivo y asimilar los conceptos morales de estas familias seleccionadas.
De esta manera y a lo largo de 40 años, la entidad atendió, crió y educó a 615 niños y jovenes, hasta su emancipación.
A partir de 1987, el proyecto «Mansión del Camino», creció y cambió los hogares por un completo sistema educacional que hoy abarca:
-Una guarderia con más de 150 pequeños asistidos en un convenio con el municipio de Salvador.
-Una escuela de Educación Infantil llamada «Alvorada Nueva», con 150 alumnos en el pre-ecolar con periodo integral.
-Un colegio de Primer Grado denominado: «Jesús Cristo», con 1012 alumnos que estudian de primer grado hasta el octavo, según las normativas educacionales de otras escuelas del ambito provincial.
-Un centro de Arte y Educación integral, propuesta que le ofece a los adolecentes deportes, teatro, danza, coro, cerámica, pintura, guitarra, flauta dulce, corte y confección y peluquería. además de curso de informática y arreglo de computadoras para 540 jovenes.
-Un Policlínico que atiende a toda  la comunidad del barrio «Pau de Lima», de la perisferia de Salvador.
Hoy, el nombre de «Mansión del Camino», se confunde con la Casa Espírita «Camino de la Redención». Tal es el alcance del trabajo comunitario que beneficia a millares de familias carecientes, criaturas, jovenes y ancianos, que es un instituto digno de imitar.
Actualmente, en este enorme terreno de casi 80 mil metros cuadrados, pueden verse más de 50 edificios, que cuentan con una directoría que administra todo el complejo, 200 empleados y 400 voluntarios permanentes.
Es posible visitar la «Mansión del Camino», para lo cual hay que solicitar ser agendando para ser acompañados por personal capacitado.
Puede apreciarse en esta gran obra de caridad lo expresado en alguna oportunidad por Divaldo Pereira Franco: «Todo Puedo Cuando Quiero».
El hogar la «Mansión del Camino», es un trabajo de caridad digno de ser tomado como ejemplo, es una institución sin fines de lucros, no existe el diezmo ni cobros por asistencias o recepciones de dineros encubiertos, solo la compasión de empresarios, filántropos y los cientos de libros psicografiados por Divaldo Franco, que son vendidos en todo el mundo. Lo recaudado va a beneficio de esta obra de misericordia, más allá de cualquier creencia religiosa.