Georges Danton (Parte 1)  Por: Estela Telerman, especial para Diario de Cultura. 

La historia se  encarga de presentarnos a  muchos personajes reales en forma caleidoscópica, según la posición del cada historiador.   En estas entregas nos acompañará un revolucionario, abogado y político que desempeñó un papel determinante durante la Revolución francesa (*)  y llegó a ser el hombre  más poderoso de  la Francia postrevolucionaria. Sin embargo, su espíritu conciliador acabó enemistándolo con los distintos sectores enfrentados durante 1793 y 1794, la etapa conocida como el  Reino del Terror (*) y terminó siendo  víctima de esta pugna.

Nos referimos a  Georges Jacques Danton (1759-1794) (*). Sus rasgos físicos (no demasiado agraciado, labios muy carnosos, mirada escrutadora) coinciden en  los diversos retratos, monumentos y sellos postales que lo representaron en el siglo XVIII. Un  biógrafo  describe de esta manera al personaje histórico Georges Danton: “ De altura colosal, atlético, con rasgos fuertemente marcados, rudo y desagradable, su voz sacudía las cúpulas de las salas”.

La  lucha idealista moderada de este personaje, su gusto por los lujos, sus contradicciones, y las dudas sobre su honestidad, tal vez sembradas a propósito por sus opositores políticos, dividieron a los historiadores. Esto lo vemos  no sólo a través de  las creaciones artísticas que inspiró (que admiten un libre juego de la fantasía) sino en diversas  biografías.  Cada visión del personaje  está sujeta a la posición adoptada  por las  diferentes fuentes a las que recurramos.

Podríamos presentar al histórico  Georges Danton de esta manera: nació el 26 de octubre de 1759 en la localidad francesa  de Arcis-sur-Aube. Huérfano de padre desde los 3 años, tras pasar por el seminario y marcharse a vivir a París, su matrimonio con la hija de un hombre acaudalado le permitió obtener el título de abogado y disfrutar de una posición acomodada. No obstante, en 1789, cuando estalló la Revolución Francesa (*)  se unió a ella con entusiasmo y en julio de 1790 fundó, junto a Jean Paul Marat (*), Camille Desmoulins (*) y otros, El Club de los Cordeleros (*) o Sociedad de Amigos de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Se trataba de  una sociedad política republicana, radical,  instalada en el antiguo refectorio del convento de los franciscanos cordeleros de París.

Esta agrupación, que representaba al segmento  más humilde de la población, los sans-culottes (*),  demandaba la eliminación de la monarquía, la instauración de una república y el sufragio universal.

Como presidente de dicha asociación,  el carisma y la magnífica oratoria de Danton, lo hicieron ganar popularidad. Entre los oradores de la Revolución Francesa, se distinguen  los discursos de  Danton por su naturalidad, ya que no necesitaba prepararlos, a la inversa de los demás, que redactaban sus mensajes al pueblo, los revisaban y luego los hacían imprimir.

Fue así que  Danton, por su popularidad y a pesar de que previamente  habían recaído  sobre él sospechas de que  había aceptado  sobornos de los monárquicos,  llegó a formar parte del gobierno municipal de París  (la Comuna) (*) y  fue luego nombrado  Ministro de Justicia en 1792. Se convirtió así por un tiempo en el revolucionario que acumuló más poder formal. A pesar de todo, en  realidad, durante el Reino del Terror,  su aliado y amigo Maximilien de Robespierre (1758-1794) (*) llegó a ser más poderoso que Danton.

En aras de la pacificación del país, Danton nunca modificó su oposición a la decisión de ejecutar a  la reina María Antonieta (*). Por su posición conciliadora no tardó en caer en desgracia. Su antiguo amigo Robespierre  no hizo nada por salvarlo. Así,  fue arrestado junto a sus partidarios bajo la acusación de malversar fondos, venderse a los monárquicos y ser enemigo de la República. Rápidamente fue sometido a juicio por el Tribunal Revolucionario, condenado a muerte y guillotinado en la Plaza de la Concordia (*) de París  el 5 de abril de 1794. Sus últimas palabras fueron: «No os olvidéis de mostrar mi cabeza al pueblo; merece la pena». Cuatro meses después de la muerte de Danton, Robespierre no consigue hacerse oír en la Asamblea, donde  le espetaron la famosa frase: “Robespierre! la sangre de Danton te ahoga”.  Pocos días después fue arrestado y condenado a la guillotina, donde  murió  al día siguiente

Por alguna razón, entre Danton y Robespierre, dos de los  personajes más conocidos de la Revolución Francesa, fue el primero de ellos quien atrajo mayor atención por parte de los creadores de obras de arte inspiradas en este período de la historia de Occidente. A veces nos preguntamos si  nuestro personaje  habrá inspirado el nombre de  Remy Danton (*), ex Jefe de Gabinete de Frank Underwood (*), imaginario Presidente de Estados Unidos de la serie de televisión ‘House of Cards’.

En nuestra próxima entrega lo veremos retratado a través de la imaginación  de los autores de diversas  creaciones  de la literatura, el teatro, la ópera, el cine y la televisión.
(*) Los autores y manifestaciones artísticas en negrita señaladas por un asterisco pueden encontrarse en buscadores de internet.

ESTELA TELERMAN pianista, docente, difusora de la música argentina, es columnista en Diario de Cultura  [email protected]://es.wikipedia.org/wiki/Estela_Telerman