Antonella “China” Kruger, la revelación de «Solo Fanáticos»: «El cine fue una forma de parirme de nuevo»

Miss Argentina, influencer y debutante en la actuación, Antonella “China” Kruger protagoniza Solo Fanáticos, un film dirigido por su pareja, Leo Damario. Rodado durante su embarazo, el largometraje en el que comparte pantalla con Benjamín Vicuña y Nacha Guevara explora los bordes entre erotismo, fama y resistencia femenina.

Del certamen a la pantalla grande: de dejarse disciplinar a hacerse escuchar

“Fui Miss Costa Joven, Miss Argentina, gané concursos internacionales… pero también aprendí que ser linda no es una garantía de libertad. Es un campo de batalla. Y sobrevivir a eso me transformó», dice Antonella China Kruger, hoy convertida en protagonista de Solo Fanáticos, el séptimo film de Leo Damario.

Su mirada es quirúrgica: sabe de lo que habla. «Me moldearon la voz, la risa, el cuerpo. Me dijeron: ‘esa no es la risa de una Miss’. Como si la alegría también tuviera que ser editada”.

A los 17 viajó a Londres para competir en Miss Mundo. Le dieron un vestido que no era de su talla. «Entonces no comas», le respondieron. Ella lo descosió con los dientes para hacerlo entrar. Y ganó. Esa imagen sintetiza su esencia: esa dulzura que lleva un cuchillo entre los dientes.

Tras conducir un noticiero en Canal 26, ser parte de El Precio Justo (Telefe) y de haber actuado en novelas como 100 días para enamorarse y Campanas en la noche, Kruger debuta en cine y en un papel más que desafiante.

«Solo Fanáticos»: deseo, plataformas y simulacros

En la película que será estrenada en el verano de 2026, Antonella interpreta a una mujer que se abre paso en el mundo del contenido erótico digital. «Hay algo perverso en la ilusión de libertad que se nos vende. En OnlyFans, muchas veces los hombres creen hablar con mujeres, pero están hablando con otros hombres que simulan ser ellas. Es un deseo intervenido, un fetiche circular manejado por varones”.

Como cuenta Kruger, la película en la que comparte elenco con Nacha Guevara, Emilia Attias, Benjamín Vicuña, Martín Slipak y Donato de Santis, no juzga ni baja línea: simplemente muestra y expone. Y por eso resulta tan incendiaria: «No estoy en contra del deseo. Estoy en contra de que sólo el deseo masculino sea el que construya narrativas. El cine puede ser un arma contra esa trampa».

Actuar embarazada: una revolución en escena

Rodó con ocho meses de embarazo. En pantalla corre, ama, dispara, se desnuda. “El embarazo no me detuvo: me amplificó. En la peli no soy una heroína blanda. Soy una mujer en estado salvaje, y eso está filmado, y siempre sin edulcorar”, lanza la también influencer.

Y hace un zoom especial en la cinta que se prepara para su recorrido en festivales internacionales el año próximo: «Una escena con Nacha Guevara me partió en dos. Me di cuenta de que no estaba interpretando a una víctima. Estaba encarnando a una mujer que responde. Que no retrocede. Que elige el filo y no la decoración».

Rodó con ocho meses de embarazo. En pantalla corre, ama, dispara, se desnuda. “El embarazo no me detuvo: me amplificó. En la peli no soy una heroína blanda. Soy una mujer en estado salvaje, y eso está filmado, y siempre sin edulcorar”, lanza la también influencer.

Y hace un zoom especial en la cinta que se prepara para su recorrido en festivales internacionales el año próximo: «Una escena con Nacha Guevara me partió en dos. Me di cuenta de que no estaba interpretando a una víctima. Estaba encarnando a una mujer que responde. Que no retrocede. Que elige el filo y no la decoración».

El cine como lenguaje del amor

Su relación con Leo Damario es central para la película. «No me dirigió, me acompañó. Filmamos desde el deseo, pero también desde la reflexión. Leo nunca quiso que actúe para gustar. Me pidió que actuara para incomodar, para decir algo verdadero», resalta.

«Vivimos el rodaje como una extensión del vínculo. Casi como Cassavetes y Gena Rowlands. Pero claro que sin imitarlos. Filmamos embarazados, enamorados y desobedientes. Ese trío nos define», dice respecto a su pareja y el primogénito de ambos, Florencio León.

«Soy madre, actriz, influencer, pero sobre todo soy una mujer que no pide permiso. No tengo OnlyFans porque no me interesa ser interfaz de otro. Me interesa ser autora”, explica quien asegura que “la maternidad no me volvió más dócil”, sino todo lo contrario.

Luego de tanto tiempo al servicio de las pantallas y el deseo ajeno, hoy representa una belleza interior que no necesita escrutinio y que, por sobre todo, “no se calla”