Yfinalmente, llegó el día. Marcelo Tinelli y todo su equipo desembarcaron en la pantalla de América con Bailando 2023, el exitoso formato que brilló durante más de una década en eltrece. Este regreso, que marcó picos de 14.7 puntos de rating, tuvo algunos de los condimentos conocidos y esperados: una larga apertura que incluyó la participación de artistas invitados, un breve discurso del conductor, la presentación de los miembros del jurado y dos parejas mostrando su destreza para el baile. Sin embargo, otros segmentos y pasajes clásicos de los primeros envíos de otras temporadas se hicieron extrañar.
Un show con lo justo
Esta vez, la apertura fue totalmente en vivo, con varios cuadros sucediéndose dentro del estudio. No hubo puestas en el Obelisco, en la calle ni en la terraza, como en otras oportunidades. Sería injusto decir, en estos tiempos en los que la televisión no ofrece programas con grandes presupuestos ni producciones espectaculares, que fue poco; pero también es cierto que el ciclo tenía acostumbrados a sus televidentes a shows memorables durante el primer programa de cada temporada.
En 2019, por ejemplo, cantantes de la talla de Valeria Lynch, Celeste Carballo, Fabiana Cantilo, Sandra Mihanovich, Lucía Galán, Roxana Carabajal, Adriana Varela, Julia Zenko, Ivonne Guzmán, Rocío Quiróz e Hilda Lizarazu cantaron en vivo los temas que sirvieron de cortina del programa con el correr de los años. El año anterior, habían brillado en la apertura El Choque Urbano, la Selección Nacional de Natación Artística, Ángela Torres, Eva de Dominici, Laurita Fernández y Chano desde la terraza del estudio. Esta vez, el número de invitados especiales se redujo a Flor Vigna -a la vez, una de las concursantes del programa- Callejero Fino, Luck-Ra y BM cantando, y las participaciones especiales de Pampita Ardohain y Paula Chaves bailando.
Quizá la falta de figuras haya tenido, de todos modos, un beneficio: la apertura resultó menos larga y recargada que en años anteriores. Pero hubo una decisión que claramente resultó arbitraria a los ojos del espectador: que todos los cuadros tuvieran como escenario un estudio que, pese a los intentos de los coreógrafos, los directores y los camarógrafos se notó algo pequeño para semejante show.
Hace apenas unas semanas, el Chato Prada, uno de los históricos productores del ciclo, reveló cuál fue uno de los principales motivos por el que se retrasó el regreso a la pantalla: la dificultad de encontrar un estudio que pudiera adecuarse a los requerimientos del formato. Finalmente, el canal y Laflia -la productora del programa- se decidieron por Cuyo, ubicado en la localidad bonaerense de Martínez, y ese cambio se hizo notar durante todo el primer programa. Ya desde el inicio, cuando Marcelo Tinelli hizo su ingreso a la pista, tuvo que hacerse camino, con cierta dificultad, entre los 150 bailarines que habían participado de la apertura en vivo. A sus costados, otras decenas de personas, invitados y figuras del canal, se agolpaban incluso detrás de las butacas de los miembros del jurado. La falta de espacio, o la falta de experiencia para manejar el show en este nuevo estudio, quedó evidenciada una vez más durante la performance de Camila Homs y Jony Lazarte, que estuvieron cerca de tropezarse con el conductor.
Ausencias y presencias
Este año, Tinelli no estuvo acompañado por sus hijos, como sí ocurrió en años anteriores. Esas presencias, esporádicas a lo largo de los años, supieron regalarle al televidente un pantallazo de la intimidad del conductor y muchas veces sirvieron también para mostrar su costado más sensible. En esta oportunidad, no hubo clips ni saludos de los más pequeños del clan. La única presente en el estudio fue Micaela y el propio Tinelli se vio obligado a referirse a las ausencias, con una sugestiva crítica hacia Juanita y un claro reproche para Francisco, a quien acusó directamente de haberlo dejado plantado.
Otro clásico -que tampoco tuvo lugar, por obvias razones- fue su siempre comentado ida y vuelta con Adrián Suar, gerente de programación de eltrece. Aunque esta vez Tinelli intentó entablar un diálogo con Daniel Vila, presente en el piso, no encontró respuesta en el presidente del Grupo América. Tampoco hubo alusiones a la situación social y política del país, como en otros años. De hecho, estaba anunciado un sketch con la presencia de Fátima Florez -flamante novia del candidato presidencial Javier Milei- en la piel de Patricia Bullrich, de Freddy Villarreal como Milei y de Roberto Peña como Sergio Massa, pero finalmente nada de eso salió al aire. Tampoco hubo referencias a la muerte de la actriz Silvina Luna, quien participó del certamen en tres ocasiones.
A la hora de presentar al jurado, el conductor aseguró que se trataba de una “selección”, y es posible que haya estado en lo cierto. A los siempre presentes y efectivos Pampita Ardohain y Ángel De Brito se sumaron dos clásicos que habían abandonado el ciclo para abocarse a otros proyectos: Moria Casán y Marcelo Polino.
Como es costumbre, las dos mujeres del jurado aportaron en sus devoluciones consejos técnicos para las parejas, mientras que De Brito se ocupó de hacer las preguntas “incómodas”, inquiriendo a Noelia Pompa sobre cercanía con el exfutbolista Brian Sarmiento y a Homs sobre su relación con su expareja, Rodrigo De Paul. En su regreso al ciclo, Polino quedó algo desdibujado y cierta frase sobre las manos de Homs sonó tan agresiva como innecesaria y anacrónica.
Aires de reinvención
Bailando 2023 es, claramente, una versión remozada del formato que Marcelo Tinelli mejor conoce y en el que se siente más cómodo. El regreso de un clásico con algunas novedades que buscan aportar dinamismo y cruces picantes. Esta vez, no hay un ritmo fijo por ronda, sino que los participantes pueden elegir entre los 18 propuestos por la producción. Además, luego de recibir la puntuación, todas las parejas deberán pasar por una “cabina de descargo” en la que podrán dar su parecer sobre la calificación que acaban de recibir. Ese descargo algunas veces será transmitido en vivo por América, pero siempre se podrá ver por el canal de streaming del programa.
Y quizá allí esté la gran apuesta de este ciclo: la de sumar al público más joven. A pesar de sus dimensiones, el estudio cuenta con una cabina en la que distintos influencers -este viernes estuvieron presentes Coti Romero, exparticipante de Gran Hermano y actual concursante de Bailando 2023, y Mariano De la Canal emitiendo en vivo y comentando sobre lo que sucede en la pista y en el estudio. A juzgar por los resultados, la intención de la producción -a la que Tinelli en un primero momento se resistió- fue certera: 50 mil personas siguieron aquella transmisión, 20 mil más que los que eligieron observar y comentar lo que sucedía en Go Talent Argentina.
Fuente: Mariano D’Andrea, La Nación.