MAZEL TOV. Director: Adrián Suar. Actores: Adrián Suar, Fernán Mirás, Benjamín Rojas, Natalie Pérez, Adriana Aizenberg, Alberto Ajaka, Lorena Vega, Rodolfo Ranni, Esteban Bigliardi, Guillermo Arengo, Ariana Asturzzi, Pablo Fabregas, Aarón Palomino.
Luego de una lista de piezas cinematográficas como productor y actor, alternando entre la acción, la comedia y el drama, con varios títulos exitosos y un par memorables, poco a poco Adrián Suar empezó a hacer sus experiencias como director, arrancando con su sensible experiencia en el cortometraje como parte de la película 18-J. Allí compartió su trabajo junto a cineastas del calibre de Carlos Sorín, Adrián Caetano, Daniel Burman, Alejandro Doria, Alberto Lecchi y otros que sin dudas lo habrán inspirado. Tras su aceptable paso por las vicisitudes de una pareja en 30 noches con mi ex, logra plasmar en este estreno indudablemente su mejor película como director, Mazel tov es un drama con pasos de comedia pleno de contenido humano, tan profusamente hablado como estupendamente actuado.
Más allá de la trama, intensa y emocional, y los diálogos, bien elaborados y aceitados (ambas virtudes del experimentado y lúcido guionista Pablo Solarz), uno de los aciertos del Suar desde la dirección es el ritmo que le imprime a todo ese andamiaje expresivo. Ya está dicho que hay mucho texto en el film, quizás en algún pasaje algo excedido, dándole un tono más teatral que cinematográfico; pero también toda esa catarata de palabras tiene una justificación dramática. Y lo que hace el director ante ese panorama expresivo es otorgarle dinámica, una agilidad que hace que los vaivenes argumentales resulten muy llevaderos.
La historia arranca con el personaje de Darío Roitman (Suar) regresando de los Estados Unidos para asistir a una boda familiar y un Bat Mitzvah, pero también cargando con una dolorosa novedad que se transformó en el principal motivo de su viaje: la muerte de su padre. Darío entonces deberá manejar de la mejor manera la idea del encuentro distendido y el festejo ante casamiento de su hermana (al que ella está obstinada en plasmar sin dilaciones), para enfrentar no sólo esa infausta noticia, sino fundamentalmente una serie de reclamos y viejas rencillas entre los cuatro hermanos. Asuntos que quedaron pendientes tras su ausencia durante varios años de la Argentina. Entre heridas abiertas sin suturar y búsquedas complejas de resolver, entre el legado del padre y esa pautada celebración, los hermanos y otros familiares cercanos intentarán superar enfrentamientos y complicaciones para encontrar a través de reuniones y encuentros, a veces tormentosos, un necesario acuerdo familiar.
Las alternativas que viven los personajes, que llevan a cuestas un importante contenido afectivo, logran remover resortes sentimentales del espectador, más aún si las raíces judías están presentes, como lo es en el caso de este cronista, hijo de un padre húngaro-judío. El final se reserva aún más situaciones de interés que a la vez conmueven.
Mazel tov luce muy bien en todos sus rubrostécnicos, pero fundamentalmente presenta actuaciones de gran nivel. Entre los varones se destaca claramente Fernán Mirás, con una fenomenal performance, seguido por Suar, quelleva adelante el mayor peso actoral del elenco y lo hace muy bien, pero siendo una persona tan reconocida a través de sus múltiples actividades, resulta difícil separar a la figura pública del personaje, y quizás no hubiera venido mal un cambio de aspecto para acompañar la caracterización de ese Darío Roitman tan peculiar. Benjamín Rojas ofrece un buen contrapunto entre los hermanos y él si presenta un look particular en su vestuario, especialmente en sus singulares camisas.Por su parte Natalie Pérez entrega una notable interpretación, una chica con las emociones a flor de piel, abarrotada de conflictos, berrinches y reclamos afectivos expresados con sustento, y que es realmente el motor emotivo del film.
Entre los correctos roles secundarios sobresalen el reaparecido Rodolfo Ranni como ese Salomón Roitman que interpela y cuestiona el trasfondo familiar, y Lorena Vega, convincente, mordaz y sexy como la ex de Darío. Vaya una mención especial para Guillermo Arengo y su imperdible rabino.
En suma, una lograda película judeo argentina, pero fundamentalmente muy argentina, muy nuestra, lo cual la define y pondera de la mejor forma.
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Amadeo Lukas – Periodista de espectáculos y crítico de cine. Miembro de APTRA, Asociación de Cronistas Cinematográficos y Premios Gardel. Cancionista.