Este lunes comenzó la votación de varias categorías en la carrera a los premios Oscar que incluyen los rubros técnicos, los cortos y largos de animación y documental y la fulgurante “international feature” que con ese nombre reemplaza el otrora Foreign Language Film, el codiciado rubro de Mejor película extranjera. Pero la hoy Mejor Película Internacional, donde Argentina, 1985 anhela quedar nominada, tiene también un preámbulo de aspiraciones y sueños con la lista corta de quince finalistas que se anunciarán este miércoles 21, hasta que luego -cuando se conozcan todas las nominaciones, el 24 de enero- quedarán, como siempre, cinco postulantes con chances de alzar la estatuilla.
Este año, la Argentina vuelve a soñar con el Oscar al presentar una película que reúne el cúmulo de expectativas y posibilidades para la Academia. Porque allí donde se proyecta, Argentina, 1985 obtiene algún premio o la ovación del público y la crítica: la más reciente el premio a la libertad de expresión de la National Board of Review. ¿Le alcanzará con esto para quedar en el dorado podio de las cinco nominadas?
Para conocer el horizonte de posibilidades para la exitosa película de Santiago Mitre debe anotarse que en total son 92 las candidatas que se presentan ante los votantes en esta edición y cuya selección se encuentra restringida a los miembros de la Academia que se inscriban para formar parte del comité de preselección, teniendo estos que ver obligatoriamente una cantidad mínima de los largometrajes inscriptos. Pero no sólo el nombre cambió en la perspectiva internacional de los Oscar sino también el método para elegir a sus candidatas. Antes, las películas vistas se evaluaban con un puntaje de 7 a 10 y los diez títulos con mejor puntaje pasaban a la siguiente ronda. Pero solo aquellos que habían visto a todas las semifinalistas podían votar para elegir las últimas cinco nominadas.
¿Qué cambió? Las 92 películas presentadas por las Academias de Cine de cada país (o autoridad competente de no existir academia), se dividieron para ser vistas en once grupos: siete grupos tienen ocho películas asignadas y los restantes cuatro presentan nueve candidatos. Cada uno de los 96.000 miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood que se inscribieron para evaluar estas películas tuvo asimismo que inscribirse en una de estas selecciones y una vez vistas todas las películas de ese grupo puede votar por cualquiera de ellas o por las restantes en pugna. Otro cambio es que el académico no evaluará por puntaje cada película sino en orden de clasificación, ordenándolas del puesto 1 al 15. Una operatoria compleja de explicar y aún más de ejecutar, pero que busca zanjar las clásicas polémicas que existen al conocerse los nominados.
¿Quienes son los contendientes más duros? En este auténtico mundial de películas, donde Argentina, 1985 de Santiago Mitre es nuestro estandarte, las apuestas más fuertes giran alrededor de producciones de Alemania, Bélgica, Corea del Sur, Dinamarca, Francia y Polonia. Pero, al ser un sistema de votación implementado por primera vez, nada raro sería que la selección final depare grandes sorpresas. Además, la Academia continúa mirando con desagrado las películas producidas por plataformas de streaming que no llegan luego a las salas de cine en diversos territorios, limitando su recorrido internacional y la marca del Oscar. En cualquier caso, la Argentina sueña con alzar nuevamente un premio que ya tiene en casa gracias a La historia oficial, de Luis Puenzo y El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, y que además rozó en otras cuatro ocasiones con La tregua, de Sergio Renán; Camila, de María Luisa Bemberg; Tango, no me dejes nunca, de Carlos Saura; El hijo de la novia, de Juan José Campanella y Relatos salvajes, de Damián Szifrón.
¿Tiene chance la Argentina de volver a soñar con el Oscar? Todo parece indicar con gran certeza que Argentina, 1985 será una de las precandidatas a anunciarse el próximo 21. En la mirada tradicional tiene todos los aditamentos para seducir al votante promedio de la Academia:: su historia testimonial pero no acentuadamente política; una trama judicial con el mismo formato que la industria de Hollywood adora hacer y celebra ver, y una historia única, de profunda raigambre local pero de mensaje universal. El nuevo sistema de votación hace que la suerte final de las cinco nominadas que se anuncien en enero añada una gran cuota de suspenso. En cualquier caso, el camino al 12 de marzo próximo -cuando en el Dolby Theatre se celebre la 95a. entrega de los premios- ya comenzó a transitarse. A continuación, un panorama de los títulos que pueden llegar a la gran final.
Sin novedad en el frente (Im westen nichts neues), Alemania, dirigida por Edward Berger. Paul Bäumer es un jovencito alemán de 17 años que miente para poder alistarse para la guerra y alcanzar la gloria que promete el aparato de propaganda. Basada en la novela de Erich María Remarque, es la tercera vez que se la lleva a la pantalla. En contra: Hollywood eclipsaría a su propia versión, que se llevó el Oscar como mejor película en 1930, además de favorecer a la plataforma Netflix, la señal que la produjo y donde puede verse. A favor: una impecable realización que, por primera vez para el cine alemán, adapta uno de sus grandes clásicos literarios.
Close, Bélgica, dirigida por Lukas Dhont. Leo y Remi son los mejores amigos del primer año de secundario y su intenso vínculo los hace víctimas del bullying además del despertar de la identidad sexual y la presión social en ese camino al fin de la inocencia. En contra: no es el mejor film de su director y fue adquirido por la plataforma MUBI para toda Latinoamérica, lo que conspira contra su recorrido internacional en caso de ganar la estatuilla. A favor: es un melodrama de emociones que obtuvo el premio del Jurado del Festival de Cannes y fue elegida por 75 críticos como la mejor película de aquel festival.
Decisión de partir (Decision to leave), Corea del Sur, dirigida por Park Chan-wook. Un hombre muere de manera sospechosa en la cima de una montaña y el detective Hae-Joon comienza a investigar hasta sospechar de la mujer del difunto, por quien siente una atracción irresistible. En contra: su trama puede resultar demasiado intrincada y excesiva para el votante promedio de la Academia. Tampoco es superior a Oldboy, el gran film con estatura de clásico de este director. A favor: un notable thriller romántico que no da respiro y una de las mejores películas del año, que le dio a su director el premio al Mejor Director en el último Cannes.
EO, Polonia, dirigida por Jerzy Skolimowski
Un burro de mirada melancólica es apartado del circo en donde se encuentra y comienza un periplo por el cual todo es visto a través de sus ojos. Y aún en la experiencia de la crueldad humana nunca perderá la inocencia. En contra: la comparación con un film similar realizado por Robert Bresson en 1966 y una película demasiado experimental para los antiguos parámetros de la Academia que no gusta de complejas metáforas. A favor: original realización realizada por un veterano director (84 años) que es una de las últimas grandes glorias de la historia del cine y puede representar un segundo Oscar para Polonia.
Holy Spider, Dinamarca, dirigida por Ali Abbasi. Una periodista se adentra en los barrios más marginales de Mashhad para investigar una serie de femicidios. Pero nadie quiere alterar la vida en la ciudad santa ante la presencia de un psicópata que cree liberarla de sus pecados. En contra: tan potente como poco sutil, su director pierde la originalidad de Border y la reemplaza por golpes de efecto. Asimismo, la danesa Drunk se alzó con el premio hace tan sólo dos ediciones. A favor: un thriller potente que, de manera indirecta, condena el fundamentalismo en paralelo a las denuncias de violencia contra la mujer en Irán.
Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, México, dirigida por Alejandro González Iñárritu. Silverio Gama es un periodista mexicano radicado en Estados Unidos que vuelve a su terruño poco antes de recibir un importante galardón. Pero ese retorno lo enfrenta con los recuerdos de su pasado y el devenir de la tierra que dejó. En contra: las memorias personales fueron utilizadas con más fortuna en Roma, de Alfonso Cuarón, y por cierto este film copia de manera intrincada y excesiva los recursos oníricos de Fellini en Amarcord. Además de ser una producción de Netflix, donde ya puede verse. A favor: el apellido del director es un imán para el votante de la Academia, donde ha sido celebrado por un cine hecho a pura ambición.
The Quiet Girl, Irlanda, dirigida por Colm Bairead. Cáit es una niña tímida, reservada y con muchos complejos en un pueblito rural de Irlanda a comienzos de los años 80. Enviada al cuidado de unos parientes lejanos, Cáit no sabe cuando volverá a su hogar. Pero tampoco sabrá cual es. En contra: la ópera prima de un realizador desconocido para la industria que necesita del “boca en boca” de los académicos para superar la visión de su grupo de calificación. A favor: la dulzura de un relato, planteado con sensibilidad y sin golpes bajos, sobre la construcción de la familia junto al descubrimiento de un nuevo realizador.
Alcarrás, España, dirigida por Carla Simón. El título proviene del nombre del pequeño pueblo de Lérida donde se relata la cotidianeidad de una familia a la que la llegada de la tecnología solar pone en jaque porque atravesaría su plantación. En contra: Su reposado registro documental para una ficción construida con actores no profesionales cuya introspección no aporta la tensión emocional que buscaría el votante promedio. A favor: la repercusión internacional que tuvo al alzarse con el Oso de Oro luego de casi tres décadas para el cine español y la primera hablada en catalán en conquistar el máximo premio de la Berlinale.
Saint Omer, Francia, dirigida por Alice Diop. Una novelista asiste a un juicio en el tribunal de Saint-Omer para usar la historia en la reescritura del mito de Medea ante el proceso judicial a una mujer acusada de infanticidio. Pero el caso permite insospechadas reflexiones y miradas al caso. En contra: el universo de contradicciones que presenta la historia pierde fuerza por fuera del juicio y resulta en ese punto más despareja que el film argentino. A favor: la celebrada contundencia en la construcción del drama judicial la convierte en la competidora más directa de película de Santiago Mitre. Además Francia no gana el premio desde 1992.
Corsage, Austria, dirigida por Marie Kreutzer. Se acerca el cumpleaños número 40 de la emperatriz de Austria, y la hermosa Elizabeth teme perder el halo de belleza que es parte de su poder. Así comienza un duro régimen alimenticio para no perder su silueta, pero no sólo eso preocupa a Sissi. En contra: lucha desde el contraste con la inolvidable, y muy diferente, Sissi, de Romy Schneider, en un registro que en Hollywood nadie maneja mejor que Sofia Coppola. A favor: una mirada moderna a la vida palaciega de uno de los grandes mitos de Austria para mostrar las ataduras sociales a través de los tiempos.
Return to Seoul, Camboya, dirigida por Davy Chou. Freddie es una chica que vive en Francia con sus padres de crianza hasta que decide viajar a Seúl para conocer a sus padres biológicos. Y aunque su perfil la remita al país que transita con asombro, las costumbres mostrarán que no es así. En contra: producción mucho más francesa, belga y surcoreana que camboyana, país que la presenta a los Oscar. A favor: la produccin más decididamente internacional de estos premios, elude los lugares comunes del retorno en la búsqueda de la identidad biológica.
Last Film Show, India, dirigida por Pan Nalin. Un chico de nueve años llamado Samay vive en un pueblito postergado de la India y descubre la magia del cine. Su obsesión pasa por fabricar un proyector de cine para poder ver películas y así también descubre que la luz lo es todo. O casi. En contra: aunque con otros objetivos e intereses, resulta inevitable la comparación con Cinema Paradiso, que hizo de Tornatore una celebridad y le dio un Oscar. A favor: un relato absolutamente enternecedor sobre la memoria del cine, homenaje a los grandes del séptimo arte y también a la mística perdida de la película de celuloide.
Conspiración divina (Boy from Heaven), Suecia, dirigida por Tarik Saleh. Un hijo de un pobre pescador ingresa en la Universidad de Al-Azhar de El Cairo, centro del poder del Islam sunita. El día de inicio de clases, el Gran Imán muere y, sin tener conciencia, el joven Adam asiste a un espiral en la lucha de poder. En contra: su trama, compleja y profusa, cercana al cine de género, le resta posibilidades al sumar además una posible provocación al mundo islámico. A favor: un original thriller desarrollado en un ambiente religioso que no pierde efectividad en su tratamiento y denuncia la corrupción política y social.
Beautiful Beings, Islandia, dirigida por Gudmundur Amar Gudmundsson. Un chico adolescente, criado por una excéntrica madre vidente, se relaciona con unos compañeros para los cuales el único modo de comunicación posible es la violencia. Así Addi sabrá lo que es tener un grupo pero también sus peligros. En contra: su carga de violencia para exponer la crisis juvenil contemporánea (que también había mostrado en su film anterior), mezclado con un momento fantástico inexplicable. A favor: el retrato de emociones que ejemplifica la decadencia social. Junto con la posible consagración del cine islandés en Hollywood, donde sólo obtuvo una nominación en 1991.
Klondike, Ucrania, dirigida por Maryna Er Gorbach. En la frontera entre Rusia y Ucrania vive una familia ucraniana que asiste al inicio de la guerra. Pero aunque se encuentra en el eje de un gran peligro, Irka no quiere dejar su casa; incluso cuando el pueblo entero pasa a control militar. En contra: su despiadada mirada, que a veces construye con un durísimo humor negro, quizás no sea del gusto de la Academia. A favor: si bien está ambientada en los comienzos del conflicto por los territorios del Donbás, dramatiza con notable rigor una guerra extendida a las puertas de toda Europa y de gran actualidad.
Fuente: Pablo De Vita, La Nación