De San Martín a Piratas del Caribe: en un taller de Rosario, padre e hijo fabrican armas históricas que se lucen en Hollywood

Réplica de la pistola de San Martín hecha por Osvaldo y Martín, junto con la biografía del prócer escrita por Bartolomé Mitre.

Desde un taller en Rosario, Osvaldo (67) y Martín (47) Gatto recrean la historia “pieza por pieza”. Hace más de veinte años, padre e hijo se dedican a fabricar réplicas exactas de armas antiguas, tal como se hacían siglos atrás. De su taller salieron los cañones para Piratas del Caribe, piezas para otras películas de Hollywood y museos de todo el mundo. Y hoy exhiben orgullosos su obra más reciente: la pistola que José de San Martín compró en Londres antes de comenzar la gesta libertadora.

Osvaldo (67) Gatto y su hijo Martín (47) con la réplica de la pistola que San Martín compró en Londres antes de venir a América
Osvaldo (67) Gatto y su hijo Martín (47) con la réplica de la pistola que San Martín compró en Londres antes de venir a América

“Desde los 10 años soy artesano. Mi primer pistola de avancarga [armas que se cargan por la boca del cañón] la fabriqué cuando tenía 12 años. Mi abuelo me transmitió el amor por la historia y en los museos me atraían los objetos antiguos, sobre todo las armas. No me interesaba la violencia, sino la historia que contaban: ‘Esto perteneció a San Martín’”, dice Osvaldo, dueño de “Armas antiguas Osvaldo Gatto”cuando le preguntan cómo nació su gusto por las armas.

Osvaldo Gatto en su taller, a principios de los años 90, trabajando en la réplica de una pistola de duelo francesa
Osvaldo Gatto en su taller, a principios de los años 90, trabajando en la réplica de una pistola de duelo francesaGentileza O Gatto

-¿Cómo se convirtió su pasión por las armas en un negocio familiar?

Osvaldo: -Siempre me gustó el arte, expresarme de mil formas. También soy profesor de historia, de dibujo, de pintura y periodista. Di clases durante 18 años en el convento San Carlos de San Lorenzo. Una vez llevé a clase una pistola de oficial de las Invasiones Inglesas, una reliquia auténtica, y un padre me denunció por “ir armado a la escuela”. Una ridiculez. Como decía Napoleón: “La estupidez no se cura”. Comencé como mecánico de motos y autos, pero siempre hacía réplicas de juguetes y armas. Con los años me animé a hacerlo en serio: un amigo me hizo una página web y, después de la crisis del 2001, nos llamó un argentino que vivía en Estados Unidos para comprar cañones. Fue ahí que mi pasión se transformó en un proyecto más grande, que hoy comparto con mi hijo Martín en nuestro taller.

Martín: -Sí. Papá tenía el taller y yo siempre estaba ahí, con las herramientas, engrasado hasta la oreja junto a él, fue algo que fui mamando de chico. Además fui a la escuela técnica, creo que era el desenlace más lógico.

-¿Qué tipo de armas fabrican?

Osvaldo: -Dentro del terreno de las armas antiguas, nosotros exploramos todo: artillería, arma larga, arma corta, sables… desde el nacimiento de fuego, entre 1200 y 1300 hasta 1870, que es hasta cuando la legislación argentina permite trabajar libremente. Además, las armas modernas no me interesan en absoluto. Lo que me apasiona es la parte histórica.

Martín Gatto heredó la pasión de padre por las armas
Martín Gatto heredó la pasión de padre por las armasGentileza O Gatto

-¿Estas réplicas de armas funcionan?

Osvaldo: -Sí, funcionan. De hecho, nos han pedido armas tanto para películas como para exhibición. En un primer plano se usan las que realmente disparan. Pero en un segundo plano, las que parecen que van a disparar pero no lo hacen… y en un tercer plano, algunas son casi solo decorativas, como si fueran dibujos tridimensionales. Por ejemplo, en el final de Piratas del Caribe 3, aparecen dos hombres con cañoncitos negros: ¡esos los hicimos nosotros y disparan!

-¿Cuál fue la réplica más compleja que realizaron?

Osvaldo: -Sin duda alguna, la pistola de rueda que tiene el mecanismo de 50 piezas en movimiento, un modelo de 1632. También fue complejo reproducir la pistola del general Belgrano, que hicimos en el 2020, y la de San Martín que la terminamos hace unos días.

-¿Cuánto tiempo lleva hacer una réplica con este nivel de detalle?

Osvaldo: -Depende del tiempo que uno le dedique. Pero, en general, entre uno y dos meses.

En el taller funden los metales necesarios para las armas antiguas, vertiendo el crisol en moldes de arena para dar forma a cada una de las piezas
En el taller funden los metales necesarios para las armas antiguas, vertiendo el crisol en moldes de arena para dar forma a cada una de las piezasGentileza O Gatto

-¿Cómo trabajan? ¿Cuál es su técnica?

Osvaldo: -Lo hacemos como lo hacían los artesanos antiguos. A veces tenemos que fabricar la herramienta que necesitamos: si no hay una lima que entre en cierto lugar, le tenemos que comer un lado a una lima y usamos solo el filo restante para que se haga finita y encaje.

Martín: -Parte de nuestro trabajo es anacrónico, porque seguimos métodos que ya no se usan. La madera usamos nogal. Después, acero, bronce, latón -ese bronce amarillo que parece oro-, alpaca, metales preciosos y plata. Tenemos un horno de fundición para crear nuestras propias aleaciones, combinando técnicas modernas y antiguas. Muchas veces recibimos armas de museos europeos que no funcionan y no saben por qué; entonces tenemos que investigar qué les falta o qué falla. Por eso tenemos mucha bibliografía.

Algunas de las réplicas de Osvaldo y Martín Gatto se usaron en la película Piratas del Caribe
Algunas de las réplicas de Osvaldo y Martín Gatto se usaron en la película Piratas del Caribe

-¿Cuál fue el pedido que más los sorprendió?

Osvaldo: -En el 2007, el ayuntamiento de Bruselas nos contactó para encargar un cañoncito a escala -bastante grande, en realidad- para obsequiarle al jefe del Estado Mayor de la OTAN que terminaba su mandato. Nos eligieron desde el otro lado del mundo. Lo hicimos con más bronce del que llevaba y fue uno de los pedidos que más nos impactó. También brindamos asesoramiento a producciones internacionales: Russell Crowe tiene una réplica de uno de nuestros cañones en su casa y el gobernador de Luisiana, en la puerta de su residencia. Incluso hay una foto -que nunca pude conseguir- de George Bush en Oklahoma, posando con un cañón nuestro, una mano en cada rueda.

-Imagino que no hay mucha gente dedicada a hacer lo que ustedes hacen:

Martín: -Según nuestros datos, no hay más de seis talleres en el mundo que se dedican a esto. Yo he viajado a distintos lugares del mundo para contar lo que hacemos, siempre llama la atención porque Sudamérica no tiene tradición armera. Las armas usadas en la revolución fueron traídas de Europa; aquí se construyó muy poco en esa época.

Réplica de la pistola de San Martín hecha por Osvaldo y Martín, junto con la biografía del prócer escrita por Bartolomé Mitre
Réplica de la pistola de San Martín hecha por Osvaldo y Martín, junto con la biografía del prócer escrita por Bartolomé MitreGentileza O Gatto

-¿Y quiénes son sus principales clientes?

Martín: -Es un nicho muy específico, pero como hay pocos especialistas, somos muy buscados.

-¿Cuál es el precio de una réplica?

Martín: -Depende. Tenemos armas que fabricamos desde cero, restauramos armas originales para coleccionistas y museos, y también compramos y vendemos piezas antiguas que alguien puede tener en su familia sin saber qué hacer. Si son anteriores a 1870, las compramos, las restauramos y las ponemos nuevamente en el mercado. Las armas antiguas, originales, suelen ser muy caras. Creo que cuando alguien compra un arma antigua, ya sea original o réplica, en realidad está comprando la historia que lleva consigo.

El actor australiano Russell Crowe, famoso por películas como Gladiador, también tiene en su colección un cañón fabricado por Osvaldo y Martín Gatto
El actor australiano Russell Crowe, famoso por películas como Gladiador, también tiene en su colección un cañón fabricado por Osvaldo y Martín GattoArchivo

-¿Y la de San Martín que terminaron ahora? ¿Cómo surgió la idea?

Osvaldo: -A mí se me ocurrió jugar un poco al “primer mundo”. Ahí, es común que a los próceres se los recuerde a través de sus objetos, como las réplicas de las pistolas de Washington, Jefferson o Hamilton. Hace muchos años, que tengo un libro, “Historia de las armas de fuego en la Argentina”, de Rafael Demaría, que en la contraportada y portada del libro aparece la foto de una pistola del general San Martín. Según el libro, el original estaba en el Museo Mitre, así que fuimos a corroborarlo. La guardaban en la caja fuerte y nos autorizaron a verla para que podamos hacer la réplica. Es, hasta ahora, la pieza más extraordinaria que hemos fabricado. Para nosotros, también es una manera de rendir homenaje a estos personajes emblemáticos.

La técnica inlay, también llamada incrustación, es un procedimiento decorativo en el que se insertan materiales distintos dentro de un soporte base para crear un diseño o patrón.
La técnica inlay, también llamada incrustación, es un procedimiento decorativo en el que se insertan materiales distintos dentro de un soporte base para crear un diseño o patrón.Gentileza O Gatto

-Decían que cada arma tiene su historia, ¿Cuál es la de la pistola de San Martín?

Martín: -San Martín dejó España y vino a América. Antes, hizo una escala en Londres. Ahí, con su propio dinero, compró el sable corvo y esta pistola en la misma casa. Él tenía un presupuesto limitado, eligió un sable económico y una pistola de un solo tiro, de avancarga, que había que recargar después de cada disparo. Es un sistema rudimentario, pero era muy efectivo. Luego, se embarcó en la corbeta George Canning rumbo a América. La pistola que compró en Londres ya tenía unos 60 años de antigüedad, con el sistema de encendido por piedra que generaba la chispa para prender la pólvora. Hacia 1820-1830, aparecieron sistemas más modernos, y esta pistola quedó algo obsoleta.

San Martín compró la pistola en Londres
San Martín compró la pistola en LondresGentileza O Gatto
La replica será donada al Museo Mitre para su exhibición
La replica será donada al Museo Mitre para su exhibiciónGentileza O Gatto

-¿Cómo llega la pistola al Museo Mitre?

Martín: -En 1890, la nieta menor de San Martín, Josefa Dominga, leyó la biografía de su abuelo escrita por Bartolomé Mitre. Como muestra de agradecimiento, le obsequió varios objetos personales de San Martín: un reloj de oro, el croquis del mapa de la batalla de Maipú, algunos muebles y la pistola. Al entregársela le dijo: “Esta es la pistola que mi abuelo compró junto con en sable, en Londres antes de venir a América”. Todo está documentado en los archivos del Museo Mitre.

Es un arma con muchísima historia: fue la primera que San Martín compró antes de su gesta libertadora. Nunca estuvo en exposición y nosotros descubrimos su existencia gracias al libro de Rafael de María. Estaba guardada en la caja fuerte del museo y ahora planeamos donarla para exhibición, aunque sea mediante la réplica. Nuestra copia es exacta: pesa lo mismo, mide lo mismo, está hecha con los mismos materiales, con los mismos grabados y hasta los errores del original. Es idéntica. La idea es producirla solo en una pequeña cantidad para coleccionistas o museos. ¿El precio? No lo tenemos definido aún, depende de varios factores, pero rondará los 2500 dólares.

Fuente: La Nación