«Diario de un alien abandonado», del argentino Rubén Guzmán, ganó el premio al mejor cortometraje internacional de la segunda edición de Infinito Super 8

El film «Diario de un alien abandonado», del cineasta argentino Rubén Guzmán, ganó el premio al mejor cortometraje internacional de la segunda edición del festival Infinito Super 8, que tuvo su clausura en la Casa Nacional del Bicentenario, con la entrega de premios y un foco dedicado a films experimentales de la artista plástica y cineasta argentina Paula Pellejero. 

Hacer una pelicula en filmico en esta parte del mundo es ya una aventura. Hacer una en la Patagonia, en super 8 y 16 milímetros, es una odisea destinada al fracaso. Un poco como la suerte del alienígena que retrata Ruben Guzmán en Diario de un alien abandonado”, señala la argumentación del jurado internacional compuesto por la realizadora y programadora correntina Maia Navas, el crítico Diego Trerotola y el cineasta y preservador fílmico Tomás Rautenstrauch

Los jurados añadieron que el alien protagonista del film de Guzmán “observa el mundo sabiendo de su trágico destino. Y aun así, a través de esas rocas patagónicas-marcianas, un lenguaje inventado, un director inventado, un guionista inventado, un músico inventado; la sonrisa nos llega escuchando al alien que mira al mundo. La felicidad, es nuestra”.

En tanto, el ganador de la Competencia Argentina de esta segunda edición de Infinito Super 8 fue el film experimental Cuerpo, de Manu Reyes, ”por su exploración técnica y poética de la luz y el medio. El riguroso tratamiento plástico, en una construcción artesanal de la imagen, potencian al cuerpo como un receptor mítico y simbólico. En este marco, la obra desafia los modos tradicionales de abordaje del cuerpo femenino, transportándolo a una dimensión simbólica, fantasmática e inquietante”.

Ganador de la Competencia Argentina Cuerpo, de Manu Reyes

Los cortos ganadores de ambas competencias obtuvieron un cartucho de película virgen de Super 8 milímetros, su revelado y su digitalización, para que puedan seguir filmando nuevas películas, que fueron donados al festival por los laboratorios Arcoiris Super 8 y Latitud Cine. 

Por su parte, el laboratorio y revista digital Only Films entregó un premio paralelo consistente en el revelado de 30 metros de film 16 milímetros al film experimental Mil días mil noches, del realizador y director de fotografía cordobés Emiliano Cativa, que el día de la proyección fue musicalizado en vivo por Mariano Esaín, cerebro y cantante de bandas como Valle de Muñecas y Menos que Cero.

El jurado de la Competencia Argentina, integrado por la artista y cineasta mexicana Azucena Losana, la realizadora e investigadora Mariela Cantú y el montajista y cineasta experimental Pablo Mazzolo entregó una mención especial a 280 Mil Millones de Imágenes, de Mario Bocchicchio, “por su radicalidad formal para expresar la contradicción política coyuntural. La obra nos sumerge en un ritmo crudo, vertiginoso, que nos obliga a transitar un presente incómodo”.

Los jurados también entregaron una mención especial a Unas bolitas de mercurio, de Andrea Márquez, “por la exploración temporal que bascula entre la imagen fija y en movimiento, y una voz en off que aporta a la construcción de multiplicidades narrativas”.

Unas bolitas de mercurio, de Andrea Márquez

Por su parte, el jurado de la Competencia Internacional entrego sendas menciones al film experimental Lunette, del estadounidense Mark Street, una indagación óptica de las calles de la ciudad de París, y a Noon in the cemetery, del suizo Benjamin Poumey, que construye un diálogo imaginario entre artistas e intelectuales, como el argentino Jorge Luis Borges, cuyos restos descansan en un cementerio convertido en un parque visitado diariamente por cientos de personas. 

En el caso del film de Mark Street, los jurados afirmaron que se trata de “un corto que recupera visualmente, de forma personal, la película The Text of Light, de Stan Brakhage, una obra marginal en la historia del cine experimental e incluso en la filmografía de su director”. 

En su recorrido callejero por París, Mark Street deforma sus visiones a través de lentes que una parienta usaba frente a su pérdida de la vista. Desde este punto de partida el corto se pregunta cómo construimos lo que vemos. La sucesión de lentes caseros crean paisajes extrañados para titilar de lo documental espontáneo a lo alucinante, una ciudad icónica se vuelve irreconocible, una mirada errante se entretiene en un juego experimental de luces ampliadas por cristales que evitan los programáticos cambios de lente de una cámara. Como correlato, el silencio convierte imágenes en mudos destellos mentales y el sonido potencia el zigzag entre documento y distorsión”, añadieron los jurados en su argumentación.

Con respecto a la mención al film del suizo Poumey, los jurados indicaron: “En el mundo ya hecho, la luz del medio día separa a los vivos de los muertos. Los aleja del indistinguible mundo de las sombras. Como reverso, Noon in the cementery parece afirmar ‘lo que no se sabe pensar se ve y se escucha’. Voces espectrales nos conducen a una zona de indiferenciación que busca construir la noche en medio del día”.

El cementerio como umbral de conversación entre vivos y muertos. O tal vez un gesto perversamente maravilloso: capturar la muerte con una máquina de luz. La película no explica, sino que experimenta la vida y la muerte como una sucesión de fotogramas a modo de poema fílmico”, añadieron. 

Por ultimo, los jurados argumentaron que “Poumey desliza la palabra a contrapelo de la imagen. Un ensayo fílmico que evoca la recurrente cuestión del difunto por el dónde.  Pero aquí el lugar del cementerio se convierte en un espacio de mezclas. Donde la luz debería separar lo visible de lo invisible aparece una zona impura, un pasaje liminal donde los muertos continúan obrando por otros medios a través de una polifónia espectral«.

Mil días mil noches, de Emiliano Cativa, premio Only Films

Este año el festival celebro su segunda edición entre el 25 y el 30 de noviembre, con un total de 103 películas -entre cortos y largometrajes-, dos performances y una muestra de obras fotográficas, plásticas e instalativas distribuidas en distintas salas y espacios ubicados en la Universidad del Cine de Buenos Aires, la Casa Nacional del Bicentenario, el Centro Cultural La Tomada, el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken y la galería de arte y experimentación sonora AnTnA.

El festival contó con un total de 48 cortometrajes en sendas competencias y panoramas nacionales e internacionales, veinticuatro de ellos provenientes de distintas ciudades y provincias de la Argentina, y otros veinticuatro llegados de países como Indonesia, Colombia, Canadá, México, España, Australia, Italia, Nueva Zelanda, Suiza, Estados Unidos, Egipto, Grecia, Brasil y Perú. 


Jurados junto a Paulo Pécora y Mónica Lairana: 
Tomás Rautenstrauch, Maia Navas, y Diego Trerotola 

Contacto: [email protected]
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www.infinitosuper8.com.ar 

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