70 años de la televisión argentina. Un paseo por su historia a través de 70 anécdotas

Los bloopers, los comienzos, las peleas, los imprevistos, lo que no se vio. Un recorrido por el archivo y la memoria de sus protagonistas.

Sobra material para repasar lo que se vio y no se vio en estas siete décadas de la televisión argentina. Del 17 de octubre de 1951 hasta hoy, la pila de hitos anécdotas se vuelve inabordable. Así y todo, pusimos la lupa y el oído para rescatar 70 momentos de los 70 años de las TV.

1951-1960
1. ¿Camión de exteriores?

La respuesta a una pregunta usual y hasta retórica dentro de las coberturas periodísticas era, por aquel entonces, una novedad. Cuando Eva Perón se acercó hasta el balcón de Casa Rosada para pronunciar su memorable discurso luego del Renunciamiento Histórico a la candidatura como vicepresidente de la Nación no pensaba en las cuestiones técnicas.

Sabía, Evita, que esa tarde sería crucial. Lo terminó de comprender a la mañana siguiente cuando las tapas de los diarios retrataban cómo el servicio de la televisión captó con absoluta nitidez hasta 150 km de la Capital Federal el acto por el Día de la Lealtad Peronista.

Lo que ignoraba era que los móviles, en realidad, estaban en proceso de armado: los equipos que transmitieron fueron cargados en camiones de flete, según se registra en el libro Estamos en el aire. 

Uno de los primeros camiones de LR3 Radio Belgrano, como se llamaba originalmente Canal 7. Aquí, con Edgardo Borda, director de cámaras.

Uno de los primeros camiones de LR3 Radio Belgrano, como se llamaba originalmente Canal 7. Aquí, con Edgardo Borda, director de cámaras.

2. ¿Fue gol?

En tiempos en los que el VAR despierta tantos debates como polémicas sobre la implementación de la tecnología en el fútbol, parece utópico hablar de una época en la que ni siquiera existía el videotape. Es por eso que del primer gol televisado en vivo en el país sólo queda la anécdota. Pero, ¿existió?

San Lorenzo recibía a River en el mítico Viejo Gasómetro para inaugurar las transmisiones de eventos deportivos y convirtió el primer gol de lo que terminó en empate 1-1: dicen que la pelota no pasó la línea del arco y el lineman lo convalidó.

Había tres cámaras de Canal 7. Uno de los encargados había bajado a buscar comida y tardó en volver. Entonces, el control quedó en manos de Nicolás Del Boca, padre de Andrea. «En un momento perdí de vista la pelota y enfoqué el arco de San Lorenzo. Unas milésimas de segundo después, Maravilla hizo el gol. Fue pura suerte», contó aquel camarógrafo improvisado se transformó en exitoso director.

Los comienzos de la TV fueron a pura fuerza, ideas, pruebas, errores y pulmón.

Los comienzos de la TV fueron a pura fuerza, ideas, pruebas, errores y pulmón.

3. Señales de ajustes

Cuando el estudio de Canal 7 se instaló en Ayacucho y Posadas, donde antes funcionaba el Teatro Íntimo del Alvear Palace Hotel, había que adecuarse al contexto. No cambiaba el escenario, pero sí los protagonistas: lo hacía hasta el recordado locutor Adolfo Salinas, quien empezó a usar la vestimenta celeste para contrarrestar los efectos adversos que producían los tubos fluorescentes.

Fito dio apenas el primer paso. Después hubo otros detalles que fueron corrigiendo con el correr de los programas. Uno de ellos fue el desplazamiento del polvo color ocre con el que los artistas solían cubrirse el rostro, que pronto terminó reemplazado por maquillajes de tonos mucho más claros para que la imagen saliera de la oscuridad que ofrecía el anterior retoque.

4. Salgo a la calle… para salir al aire desde el estudio

Los cambios estructurales a nivel edilicio que manejaba Canal 7 se habían vuelto indispensables para seguir. Era diciembre y los dueños ya se habían asegurado la expansión de los estudios hacia el Palais de Glace, a una cuadra de la dirección original. Y, en más de una ocasión, los programas se dividían entre ambas ubicaciones.

Nelly Prince fue una de las pioneras de la TV. Locutora y artista. Gran manejo del vivo.

Nelly Prince fue una de las pioneras de la TV. Locutora y artista. Gran manejo del vivo.

Los actores y los locutores corrían por la calle porque debían darle una feroz batalla al tiempo del vivo. Debían, incluso, mantener la prolijidad de sus peinados y también cuidar el maquillaje que les habían preparado desde temprano. Era habitual que una misma persona participara de varios programas… entonces más de uno corría una suerte de maratón televisiva.

5. Los primeros aparatos, el divino tesoro

Imágenes en blanco y negro, 700 aparatos receptores y apenas unos 30 televisores de la marca Dumont que fueron importados por iniciativa del empresario Jaime Yankelevich: ése era el escenario que se presentó en septiembre para empezar a cranear lo que un mes más tarde terminaría siendo la primera transmisión televisiva de la Argentina.

Para ese entonces, según retrató Nelly Prince (pionera de esta aventura), «la gente se reunía en las veredas para mirar televisión en los aparatos que estaban exhibidos en las vidrieras de los negocios de los electrodomésticos. Fue una revolución».

Ella, locutora y artista, acostumbrada al éter, cuando debió pararse frente a una cámara para interpretar una narración desde un papel protagónico, escuchó la primera consigna: «Hacelo como si se lo estuvieses contando a una amiga», le pidieron, según le contó a Clarín en varias oportunidades.

6. Brizuela Méndez, el mejor vendedor de la tele

Guillermo Brizuela Méndez fue un ícono de los primeros años de la TV. Y, además, un «creyente» del poder que tenía el nuevo medio. Tanto creía, que -siendo «el» locutor del 7- en 1952 se asoció a un comercio que vendía televisores. «Me acuerdo que les decía a los clientes que iban a poder ver películas sin moverse de sus casas. Los ojitos les brillaban», recordó el «Negro» en una entrevista.

7. El arte de caminar para tapar los baches

En 1953, salía al aire Mamitas, a cargo de Nelly Meden. Como en esos años no estaban tan calculados los tiempos de aire, el programa solía quedar corto. ¿Cómo resolvían los baches? Alguien de producción ordenaba: «Caminá los decorados». La orden era, simplemente, moverse por el estudio de un lado al otro. Todo sea por alargar los tiempos.

Carlos DÁgostino, aquí junto a Mabel Landó. Fue un hombre de radio y TV.

Carlos DÁgostino, aquí junto a Mabel Landó. Fue un hombre de radio y TV.

8. El viejo truco del pronosticador

Carlos D’Agostino, figura clave de los comienzos, condujo el primer noticiero, con más voluntad y oficio que herramientas: «En una época daba el pronóstico del tiempo con unos gráficos en una cartulina blanca: ponía un sol o un paraguas. Y como no sabía dibujar, Ferro lo hacía en tiza amarilla (la pantalla no lo reflejaba) y yo le pasaba una carbonilla encima como si lo hiciera por primera vez».

Así se lo contó el periodista y conductor a Clarín en los ’90, cuando los meteorólogos empezaban a asomar como personajes de la TV. Ahora deslizan un dedo por la pantalla y saben qué clima hay en China.

9. Con la música de María Elena

La primera vez que Lidia Satragno condujo su propio programa fue en 1958, cuando estuvo al frente de Buenos días Pinky. Cómo sólo se transmitía en vivo, ese dream team de actores reconocidos que formaron parte del ciclo debían ensayar. Un verbo indispensable en ese tiempo de tevé.

Leda Valladares y María Elena Walsh, enorme dupla creativa.

Leda Valladares y María Elena Walsh, enorme dupla creativa.

“En cada programa, María Elena Walsh cantaba una canción y la música era de Leda Valladares. Recuerdo que Leda leía el poema de la canción que había escrito María Elena y le ponía música mientras leía”, comparte ahora Luis Brandoni a pedido de Clarín. Fueron los primeros temas para niños que hizo la poetisa.

1961-1970


10. El Capitán Piluso vs. Martín Karadagian

La primera producción de Canal 9 en exteriores, de tan exitosa, se repitió dos veces más en la semana. Había sucedido un domingo por la mañana y, como ya existía el videotape, los días siguientes pedían hasta en el noticiero ver algún fragmento de ese evento.

No fue cualquiera: Alberto Olmedo, quien había firmado un jugoso contrato con la señal, se acercó hasta el Luna Park vestido como el emblemático Capitán Pilusoy acompañado como siempre de su amigo Humberto Ortiz, el siempre leal Coquito.

Karadagian y Puluso, pelea de fondo en el Luna Park.

Karadagian y Puluso, pelea de fondo en el Luna Park.

Su presencia en el estadio de Bouchard fue para protagonizar una pelea de exhibición frente a Martín Karadagian. «Cuando lo agarre le voy a hacer la toma floqui, lo voy a reventar”, amenazaba el ídolo de los chicos.

Su triunfo, inesperado pero imaginable, se concretó. El Negro había pedido que le pusieran un árbol de papel y madera debajo del ring y, en un momento de la pelea, empezó a revolearlo. “Los pibes en sillas de ruedas que estaban a un costado, de la emoción, se paraban o lo intentaban”, le reveló a Clarín Edgardo Borda, quien ofició de director de cámaras de ese cruce de grandes.

11. Esta cicatriz no es mía, caballero

Cuatro palabras, hoy usuales en algún estudio de televisión, estaban prohibidas durante los primeros años de transmisiones en la Argentina. Primero, los videotapes ni siquiera existían. Y, si bien después llegaron, siempre había un «pero»: ante un error, cada protagonista debía sacar a relucir su poder de improvisación, algo ameno para quienes llegaban desde el teatro.

Nelly Prince contó en La Nación poco antes de su muerte que «en la época del primer videotape, se hacían las escenas completas, muy largas porque no se podía editar«. Lo sufrió en medio de la grabación de un teleteatro de Alberto Migré que hacía en Canal 13 junto a Atilio Marinelli, galán de la época.

«Él -comentó- interpretaba a un excombatiente y tenía una cicatriz en la cara, que se logró con un algodón pintado pegado en la mejilla. Sobre el final del capítulo, los personajes debían besarse, pero cuando comienzo a arrimarme noto que se me queda pegada la cicatriz en mi pelo larguísimo y rubio… Me di vuelta y cambié el plano. Me temblaba todo».

12. Karadagian también libró la batalla del color

El show que protagonizaron Olmedo y Karadagian con 40.000 espectadores en el Luna Park y otros tantos del otro lado de la pantalla fue apenas el comienzo: le dio al armenio la masividad que necesitaba para estrenar su programa de catch, un sueño que se llamó Titanes en el ring.

“Cada hombre es un niño y, en estos momentos de crisis, la gente necesita programas de evasión. Lo nuestro es arte mudo, como el de Carlitos Chaplin”, resumió en otro tiempo.

No se equivocaba, Karadagian. La aventura inició en 1962 en Canal 9 y terminó en 1988, por la pantalla de Canal 11. La Momia, el Caballero Rojo, Mercenario Joe, Mister Chile, Tenembaum o Ulises el Griego fueron algunos de la interminable lista de personajes que entretenían a grandes y a chicos.

Tal era el éxito que los tapes recorrían Latinoamérica y le dieron paso a las giras. Lo supo aprovechar: en 1978 fue uno de los pioneros en grabar televisión en colores para poder exportar a los Estados Unidos y Centroamérica. Un titán del medio.

13. La ele más larga del mundo

Los programas de preguntas y respuestas que escalan punto a punto en el rating de hoy son el fruto de un gran acierto que sembró Carlos D’Agostino en Canal 7 a mediados de la década del ’50. Y, aunque fue el conductor la primera cara visible de Odol Pregunta, la inconfundible voz de Cacho Fontana estampó el sello en el emblemático certamen entre 1963 y 1973.

Dos frases de aquel programa quedaron instaladas en la memoria y, para ambas, el locutor tenía una explicación. Una, era la «l» estirándose cada vez que decía «Minuto Odol en el aire». No fue sólo una cuestión de sonido. «No supe dónde parar. Odol no era lindo solamente, era imparable», sostuvo la voz de Odolllllllll…

Luego nació la expresión «Con seguridad» ante la respuesta de los participantes. Para mantenerla, debió pelear con un productor que insistía en que era larga y había que buscar otra cosa. «Dame un mes», le pidió el propio Cacho. Y su latiguillo quedó sellado a fuego.

14. Hablo o bato

Mucho antes de que la cocina fuera pensada como protagonista de algún reality, la televisión local empezaba a hacerse fuerte entre ollas y sartenes. El éxito no llegó solo. Fue gracias a Petrona C. de Gandulfo, una mujer que aprendió a cocinar para poder dejar atrás la pobreza. Mal no le salió: se convirtió en una referente de la cocina y de las amas de casa.

Doña Petrona y Juanita, en "Buenas tardes, mucho gusto".

Doña Petrona y Juanita, en «Buenas tardes, mucho gusto».

Variedades hogareñas fue el primer producto televisivo que le permitió mostrar su talento ante todo el país. No estaba sola porque siempre, a su lado, estaba Juanita, la mujer que ayudaba en su casa hasta que Doña Petrona la convirtió en su asistente frente a la cámara.

Años después, en Buenas tardes, mucho gusto, se convirtió en la primera en probar la batidora eléctrica: era tanto el ruido que debía dejar de hablar cada vez que la encendía. ¿Alguna vez sucedió algo similar en MasterChef?

15. El avance del alumno Codevilla

Jacinta Pichimahuida, la maestra de la TV que no se olvida, significó la segunda aparición de Pablo Codevilla en la pantalla chica como actor. En esa época no existían los castings: eran pruebas. Y, dentro de esas pruebas, había muchísimos chicos. Un joven Codevilla de 10 años fue uno de los dos elegidos para moverse como extra. “Me sentaron en el último banco”, contó.

De a poco, Pablo empezó a ubicarse en los puestos más cercanos a los protagonistas. “Esa enseñanza me quedó para la vida. Era increíble cómo en poco tiempo pasé de estar sentado en el último banco al primero. Podés estar último, pero también primero. Y no sos ni el peor por estar último, ni el mejor porque estás primero”, reflexiona ahora ante Clarín.

Narciso Ib{añez Menta, un hombre clave de la historia de la TV.

Narciso Ib{añez Menta, un hombre clave de la historia de la TV.

16. El mes que Narciso Ibáñez Menta salió doblado

1969. El programa Un pacto con los brujos deslumbraba a los grandes e impresionaba a los chicos. Narciso Ibáñez Menta, un reconocido actor español, había terminado de grabar el ciclo y regresó a España. Pero, dado el éxito de la entrega, Alejandro Romay decidió hacer una especie de continuidad y grabó algunos programas más.

La tarea para la época no fue sencilla. Pablo Codevilla, uno de los actores que formó parte del ciclo, le reveló a Clarín que a esas escenas las grabó un doble. “Narciso Ibáñez Menta mandaba su voz grabada desde España. El doble se ponía una máscara de Narciso y nadie se daba cuenta. Así seguimos durante un mes”, confesó.

17. ¿Dónde está el tío Beto? Acá está…

Los ‘60, para Luis Brandoni, marcaron un antes y un después. Era el boom del videotape y él, que apenas había salido del Conservatorio, ya interpretaba algunos papeles. Uno de los guiones que debió aprender fue para un programa que tenía como protagonista a Myriam de Urquijo. “Cuando se emitió al aire, estaba con mi familia y estaba Claudio, mi primer sobrino, que tenía unos dos años”, relató.

Aquella noche, en el living de su casa, vivió algo inédito: tuvo la posibilidad de verse por primera vez en pantalla. Pero su sobrino, sentado en la alfombra, se sorprendió aún más: “Miraba el televisor, giraba -le describe Beto a Clarín– y estaba yo. Volvía a mirar. Así a cada rato… De ese desconcierto no me voy a olvidar nunca. Nos causó mucha gracia y fue un episodio importante para mí”.

18. El primer vivo en TV de La Borges

Las producciones de María Herminia Avellaneda y Alejandro Doria marcaron los primeros años de la televisión argentina. Sus ideas, para las que reunían a varios actores de primera línea, estaban en boca de todos. Significaron, además, el comienzo de muchos: el de Graciela Borges, por ejemplo.

“Hice un programa de tres actos en vivo y en verso, todo seguido en el Canal 7. Fue la cosa más difícil por la que pasé en mi vida. Era un acto, un espacio de publicidad y otro acto en vivo. Te estaba viendo la gente que te estaba viendo en ese momento, sin chance de corregir nada… Me fogueó, pero se me hace difícil la TV”, aseguró la actriz en diálogo con Clarín.

1971-1980


19. El auto usado de Feliz domingo

Cuando a Orlando Marconi le preguntaron la clave del éxito de Feliz domingo después de tantos años al aire, no tardó en responder. «Dejamos a los vejestorios y apostamos por los jóvenes», aseguró. Aquel programa para adultos (que había nacido con otro nombre), pensado en un formato de preguntas y respuestas, ya no era el mismo que inició en 1970.

Cuando Gerardo Sofovich dejó la producción del programa, los directivos del canal le pidieron al conductor que se ocupara de la parte cultural porque no estaban de acuerdo con el modelo de cuestionario.

Todo cambió la tarde en la que un grupo de adolescentes se congregó en el estudio para participar. Al domingo siguiente, dos colegios los imitaron. «¿Por qué vinieron?», atinó a preguntarles Marconi, que para ese entonces les entregaba un auto usado como premio mayor a los participantes.

«Queremos sacarnos el auto, así hacemos una rifa, lo sorteamos y con eso nos vamos a Bariloche«, lo sorprendieron. La energía de esos chicos fue el motor para que al poco tiempo iniciara Feliz domingo para la juventud.

20. La semilla del Bailando

Cualquiera que esté al tanto de la programación de la TV argentina en los ‘70 pondría en el podio a Música en libertad sin dudarlo ni un segundo. Y hablaría con soltura de Silvana Di Lorenzo, Raúl Padovani, Cristian Andrade y María Esther Lovero. Lo que pocos saben es que, la primera de aquel cuarteto se había negado a firmar un contrato con Canal 9.

“En el fondo no me parecía serio estar bailando en televisión, yo tenía que estudiar”, se explayó Di Lorenzo en La Nación. La bailarina no tenía más de 15 años y su minoría de edad les impedía obligarla a rubricar el vínculo. “La llamaron a mi mamá y ella no tuvo reparos en hacerlo, así que tuve que cumplir”, completó.

21. ¿Rolando galán o Rolando taxista?

Rolando Rivas, taxista fue una de las telenovelas más exitosas de la televisión argentina: medía 40 puntos de rating, en lo que ahora se llama el prime time. Corría 1972 y los protagonistas eran Claudio García Satur y Soledad Silveyra. Una serie de situaciones novedosas convirtieron a la ficción en un ícono de la década.

Mónica y Rolando, el gran amor de "Rolando Rivas, taxista". Se paraba el país en el '72.

Mónica y Rolando, el gran amor de «Rolando Rivas, taxista». Se paraba el país en el ’72.

Una de ellas fue que, por primera vez, se ubicaron cámaras en la calle para que los actores pudieran interpretar sus guiones en escenarios reales.

Aunque salían maquillados del canal, debían cambiarse en autos o en los baños de los bares cercanos, así como también en las casas de familia. Y, durante ese trayecto, solían presentarse situaciones poco convencionales.

«Tenía que filmar una escena en Lima y Cochabamba. Estaba en un semáforo, por grabar, cuando un hombre apurado se sube al taxi. Al reconocerme dice: ‘¿Yo estoy loco o usted es taxista?’. Su cara de confusión todavía la recuerdo», confesó tiempo atrás el propio Satur.

22. Marcelo Marcote, presente

Para formar parte del éxito de Rolando Rivas, taxista, los padres de Marcelo Marcote pidieron incluir una sola condición en su contrato. Ni siquiera había cumplido los siete años y su llegada a la pantalla se dio casi de casualidad: un fotógrafo presentó su retrato en un concurso, empezó a promocionar algunas marcas y su visibilidad lo llevó a la televisión.

Marcelo Marcote, un niño convertido en actor, que no faltaba a la escuela.

Marcelo Marcote, un niño convertido en actor, que no faltaba a la escuela.

Siempre figuraba que había que respetar los horarios del colegio y se me respetaban. Yo agradezco que lo hayan cumplido. Y creo que mis viejos eligieron mandarme a una escuela pública para situarme en la realidad, porque la fama es un afrodisíaco terrible”, le dijo a Clarín en 2020, quien ahora es médico.

23. La tarde del 10

En 1971, un productor de Nicolás Mancera le contó a Pipo que, en la cancha de Argentinos Juniors, veía en cada entretiempo a un menudito que jugaba con la pelota y muy bien. “Traelo”, fue la respuesta del conductor. “Lo hice entrar, hizo tres o cuatro jugaditas y ya se iba, cuando me avisaron con un gran cartel que faltaba uno de Los cinco latinos”, reveló Mancera en el living de Susana Giménez.

“Tuve que hacerlo quedar y se pasó 45 minutos haciendo jueguitos con la pelota”, comentó. Ese chiquito que apenas pasaba los 10 años de edad era un tal Diego Armando Maradona. Y esa jornada en Sábados circulares significó su primera aparición en la pantalla chica. Su mamá le había comprado unas zapatillas Flecha para ir bien vestido a la tele.

24. El amor, del taxi al colectivo

Dado el éxito de Rolando Rivas, taxista (Canal 13), Canal 9 diseñó Un mundo de veinte asientos, con un cambio de taxi a colectivo. Aquella historia de amor entre los personajes que encarnaban Claudio Levrino y Gabriela Gili, transmitida en 1978, le dio pie a otra novela, que salió a la luz dos años más tarde.

La pareja, cuyo vínculo estaba mal visto por la diferencia entre las clases sociales de ambos, fue furor en esos años. Tanto, que buscaron revivir la química en Daniel y Cecilia, pero no fue lo mismo: la repercusión estuvo lejos de lo esperado y, además, tuvo un cierre inesperado por la trágica muerte del actor en 1980.

25. La Mafalda que no pudo ser

En 1973, Canal 11 hizo una gran apuesta: Mafalda por televisión. Nada podía fallar. El personaje icónico de las historietas ya era popular y el programa tenía a Catú y Daniel Mallo como los responsables. Pero, en la tele, nada era tan sencillo. Era demasiada tecnología -y trabajo- para la época.

Cada episodio de sólo 90 segundos demandaba dos meses de producción y dos mil dólares de costo. Para el mismo Quino fue un intento fallido. No tuvo larga vida.

1980-1990


26. De negro, para recibir al color

El 1° de mayo de 1980, la televisión argentina se vestía de etiqueta para anunciar la llegada del color a las pantallas del país. Lidia Satragno fue la elegida para dar la noticia frente a todos, aunque una decisión que tomó en la previa del evento enfureció a varios de los responsables. Pinky había optado por lucir un vestido negro que poco se condecía con lo que iba a presentar.

«Al director del canal casi le da un ataque. Él no entendía que tenía el vestido negro sobre un cuerpo perfectamente bronceado por el sol, y que el bronceado se veía a través de todos los agujeritos del encaje«, explicó.

«El canal me había pedido que le diera la bienvenida al color, y yo iba en el taxi pensando: ‘Me tengo que despedir primero del blanco y negro. A miles de horas de blanco y negro no las voy a dejar ir así nomás’«, razonó.

27. Cacho en moto le ganó a la pelea

Diez años antes de que se concibiera la idea de un ciclo solidario como fue Un sol para los chicos, por la pantalla de El Trece, tuvo lugar el antecedente madre. Mientras los soldados argentinos resignaban sus sueños y su vida por la patria frente a las tropas inglesas, ATC tenía preparada una emisión llamada Las 24 horas de Malvinas, con Pinky y Cacho Fontana como conductores.

La intención era recaudar dinero que iría al Fondo Patriótico Nacional de las Islas Malvinas. Las consecuencias fueron notorias: a Pinky la amenazaron los militares y Fontana dijo, en alguna ocasión, que ese programa le costó la carrera.

La actriz tuvo algunos descansos y cambios de ropa, pero Fontana nunca salió del aire. De hecho, cuando en un momento de la noche se transmitió en directo una pelea de boxeo, el conductor se acercó hasta el Luna Park a entrevistar a Tito Lectoure.

Del primer round no hay registros: la cámara decidió mostrar a Cacho corriendo por la calle Bouchard hasta subirse a una moto para poder llegar rápido a ATC otra vez y continuar con su tarea.

28. El mito de la Amuchástegui

María Amuchástegui fue la precursora del fitness en la TV argentina. Su éxito no terminaba ahí: una vez por semana visitaba a Susana Giménez en su casa para brindarle clases particulares, como también lo hacía con Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle, entre otros. Pero un episodio ocurrido al aire marcó su carrera para siempre y, desde ahí, todo fue en bajada.

Según narra el mito, la bailarina estaba haciendo abdominales en vivo cuando se le habría escapado una flatulencia. “Después de eso, presenté su ciclo en el 7, en el 9, en América, y me dijeron que no”, reveló su productor.

La propia María rompió el silencio 20 años después. “¿Vos sabés una cosa? A mí nunca se me escapó. Ni frente a la cámara, ni afuera. Tengo un control absoluto”, le confesó a Jorge Guinzburg en La Biblia y el calefón. Pero la leyenda ya estaba instalada.

29. Lo que generaba Badía

Badía y compañía nació de la mano de la democracia en Canal 9, pero sólo duró un año en esa señal: a partir de 1984, y hasta su cierre en 1988, el ciclo sabatino se emitió por Canal 13. Nadie podía competir contra los protagonistas que fueron parte de ese lustro de éxitos. Debían ingeniárselas.

Hubo programas que, para desbancar a Juan Alberto Badía, les ofrecían dinero a los artistas y cerraban acuerdos de exclusividad. “Alejandro Romay en Canal 9 pagaba. Me acuerdo -filtró una vez el locutor- que Federico Moura me llamaba llorando para decirme que no podía venir a mi programa, por contrato. Yo jamás me metí en el negocio del artista, ni cobré un peso por traer gente a mi programa».

30. El día que Soda hizo saltar los tapones

Gran parte de la historia del rock nacional se lució en el estudio de Badía y compañíaSoda Stereo, por ejemplo, era uno de los platos fuertes: participó los cinco años en los que el programa se vio por la pantalla del viejo Canal 13.

“Ustedes ya dejaron de ser el futuro”, les decía el conductor. Tal era la revolución que en 1987, el último año que fueron al estudio (en 1988 transmitieron desde River), causaron un apagón.

Estaba previsto el armado, pero Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti propusieron un equipo de luces distinto. “Querían algo más moderno y llegaron con su equipamiento de audio. Eso servía en un estadio, pero no en un estudio”, recordó Oscar Maresca, uno de los directores, a Clarín.

“Enchufaron todo, saltaron los fusibles y nos quedamos sin luz. Tuvimos que agarrar una cámara portátil para filmar por los pasillos algo de emergencia”.

Cris Morena y Juan Carlos Mesa en la inolvidable "Mesa de noticias".

Cris Morena y Juan Carlos Mesa en la inolvidable «Mesa de noticias».

31. El ascensor de Cris: ficción & realidad

El boom de Mesa de noticias no fue casual: a la atrapante idea de hacer humor a partir de la actualidad se le sumaba un interesante cóctel de nombres. Uno de ellos fue el de Cris Morena, quien le daba vida a una ascensorista.

“Cuando Juan Carlos (Mesa) quiso que trabajara en el programa, y me preguntó cosas mías, le conté que el ascensor de mi casa era como mi lugar en el mundo, porque era un ascensor espejado de un lado y del otro, y yo veía mil Cris por todos lados. Entonces, en Mesa… lo hacía parar entre pisos y ahí sucedían cosas. Ahí soñaba mi mundo”, le dijo a Clarín. Su papel estaba bien elegido.

32. Hola, Susana, te estamos llamando, pero…

“Hola, Susana, te estamos llamando. ¡Queremos jugar!”. Un puñado de palabras convertido en el verso de una canción exponía una verdad de aquella era: el programa de Susana Giménez, que debutó el 1° de abril de 1987 a las 13, estaba expuesto al clamor popular. Había, del otro lado, miles de argentinos soñando con comunicarse con la diva, que en ese entonces lucía el flequillo revuelto.

En la primera edición se concursaba con 50 australes, pero la tecnología del momento les trajo a la producción y a Su unos cuantos dolores de cabeza: funcionaban 40 líneas telefónicas durante el programa de ATC y no eran suficientes, porque colapsaron de inmediato.

“No hay sistema diseñado para soportar una carga así”, explicaban los diarios al día siguiente. Pero nada la frenó y en 2010 festejó las 3000 ediciones destacando varias cifras: 1800 horas de maquillaje, unos 3500 cambios de vestuario, 650 entrevistas de talla internacional, 661 sketches, 74 musicales y miles de horas al aire. Había nacido la Susana Conductora.

Alberto Olmedo quema su traje de Rucucu frente a cámaras.

Alberto Olmedo quema su traje de Rucucu frente a cámaras.

33. El día que Rucucu fue cenizas

Corría el año 1985. Alberto Olmedo brillaba en No toca botón, pero estaba algo cansado de «Rucucu», su personaje más popular. ¿Cómo logró deshacerse de él? Frente a las cámaras, se puso en slip y tiró al fuego las prendas de su personaje estrella.

34. No íbamos ganando

Sin redes sociales o vías de comunicación fluidas, el manejo informativo de otras épocas era completamente distinto al de hoy. Quedó demostrado en 1982, cuando José Gómez Fuentes lanzó una frase triunfalista al aire con los datos que le llegaban desde Malvinas.

“¡Estamos ganando!”, afirmó el periodista, que en ese momento era uno de los conductores del noticiero de ATC 60 Minutos. Ese programa fue el único autorizado a contar con un enviado a las Islas durante la guerra.

35. No es lo mismo ir un lado o al otro

“Todo bicho que camina va a parar al…”. El acertijo que lanzó Silvio Soldán en el repechaje de Feliz domingo provocó una respuesta fallida que no tardó en viralizarse. Del otro lado había una joven participante que soñaba con el premio.

Con las manos apretando el auricular y la bandera de su colegio en la espalda, dudó al momento de completar la frase: «¿Al carajo?». Indescriptible la cara del conductor. Memorable.

1991-1999


36. El día que nació el «Puede fallar»

Hasta le pasó a Tusam. Su hijo, Leonardo, tardó más de 20 años en reconocer que, en realidad, poco tuvo que ver el famoso mentalista. Aquella célebre pregunta, que más que pregunta fue afirmación, nació en Finalísima, un programa de entretenimiento que conducía Leonardo Simmons.

Fue ahí donde el hipnotizador intentó un truco con su hijo de 16 años en un tanque lleno de agua, pero no prosperó: “Me meto con las rodillas al pecho. Tapa, candado y a aguantar”, recordó en PH: podemos hablar el protagonista -o, tal vez, víctima- de esa demostración.

Leonardo sólo tenía un martillo para sortear alguna emergencia que se topara en la ocasión y no tardó en usarlo. Pasaron unos segundos desde que se ubicó en el agua y, pronto, empezó a golpear las paredes del tanque para pedir ayuda.

Ese día nació el ‘Puede fallar’: “Se cortó la transmisión, pusieron placa de Canal 9 y mandaron al cura”. ¿Qué pasó en realidad? “La idea era aguantar mínimo cinco minutos, pero fueron solamente dos”, reconoció. De un momento de desesperación surgió una de las muletillas más comunes de la lengua criolla.

37. Almorzando con Agustina Cherri

Regalo del cielo no sólo fue el gran éxito de Canal 9 en 1991: significó, además, el debut de Agustina Cherri (38 años) como actriz, luego de sus primeros pasos junto a Flavia Palmiero. Ese año le llegó la primera invitación al programa de Mirtha Legrand. “Tenía ocho años y para mí era una locura, porque lo veíamos siempre en familia”, le cuenta ahora a Clarín quien hoy protagoniza La 1-5/18.

De los 70 años de la televisión argentina, Cherri fue parte de 32, y durante 30 participó de los almuerzos de la Chiqui. Estuvo incluso este año, ya con Juana Viale al mando, pero la sensación fue la misma: “Mi carrera estuvo atravesada por otro programa de TV. Crecí, conté mi vida cuando estaba casada, separada, con hijos… Pasé por todos los momentos. El programa de Mirtha también simboliza eso”.

38. Cuando los de Poison la rompieron

Para 1993, la banda de hard rock Poison llevaba más de una década y todavía hacía rugir los escenarios. Venían de llenar dos veces Obras Sanitarias en conciertos inolvidables y, para cerrar su paso por la Argentina, sumaron un show en una pista diferente a la que acostumbraban: fue en Ritmo de la noche, donde su presencia no pasó inadvertida.

Cuando terminaron su demostración, los artistas rompieron todos los instrumentos frente a la cámara. “Pensé que eran las cosas de ellos, pero eran nuestros instrumentos. Fue una cosa tremenda”, le cuenta a Clarín el conductor del ciclo, Marcelo Tinelli.

Así se veía Tinelli en lo que comienzos de "Videomatch".

Así se veía Tinelli en lo que comienzos de «Videomatch».

39. El Tinelli del comienzo no llegaba ni a los 2 puntos

Tinelli vio los primerosenvíosal frente de Videomatch (Telefe) en marzo de 1990 y, al poco tiempo, presentó la renuncia: no encontraba la forma de superar el 1,8 punto de rating. El presupuesto, de tan bajo, ni siquiera ayudaba. Tampoco las imágenes, que no se veían nada bien. La salida, entonces, fue la risa.

El conductor encontró en el humor y en la improvisación la clave del éxito que llevó a su programa de menos de dos puntos a los picos más altos de la historia de la televisión argentina.

Sabía, en principio, que se trataba de un programa que sólo buscaba robustecer la grilla. Y la idea de noticiero deportivo, en el que luego se impuso el humor, tardó tan sólo un año en transformarse en algo imparable a fuerza de bloopers. La explosión de Tinelli no llegó sola, claro: fue gracias al Ritmo de la noche, el primer gran show que condujo en el prime time.

40. Voy a tu casa, vos andá poniendo el agua

En épocas en las que la serie Poliladron se llevaba gran parte del rating de Canal 13, los espectadores se desvivían por proponer sus viviendas como set de grabación. Una mujer de Ciudadela fue una de las ¿afortunadas? que pudo cumplir el sueño: durante meses le rogó a Adrián Suar que grabaran en su casa y el día llegó.

“Fui -recuerda el actor y productor- con todo el equipo para hacer una explosión en la puerta de la casa. Fue tan fuerte que se movieron cosas en dos cuadras y, dentro de la casa, se rompió un caño. Siete minutos después, los muebles de la señora estaban flotando en el agua, que casi salía a la calle”. El amor rápidamente se transformó en odio. Y la reparación corrió por cuenta de Polka, obvio.

41. Cómo nació la fórmula Pachu&Pablo

La carrera de Pachu Peña en la TV empezó de forma inesperada y por mero fanatismo: era un adepto del ciclo llamado Propuesta joven, que se emitía en Rosario, con Pablo Granados y Luis Rubio. De tanto mirarlo, le surgieron unas cuantas ideas que tuvo la posibilidad de proponerle a Rubio una vez que se lo cruzó.

Ésa fue su puerta de entrada hasta que Granados discutió con su coequiper, se separaron, y fue a buscar a Peña para trabajar juntos. Así surgió una de las duplas humorísticas más populares de los últimos tiempos, con innumerables ciclos y sketches: Videomatch, La peluquería de los Mateo y No hay 2 sin 3 fueron apenas el principio de su éxito.

42. Cuando Tinelli empezó a ser más que Videomatch

Año 1996. Marcelo Tinelli surfeaba entre los primeros puestos del rating. No había quien pudiera opacarlo con su programa. Decidió crear una productora de medios y servicios a la que llamó Ideas del Sur y se convirtió en su caballito de batalla durante 21 años.

Cuando empezó, la sociedad anónima de Olleros 3551 contaba con 14 empleados. Pronto, se transformó en el sueño de muchos: había más de 400 empleados. De ahí surgieron ficciones de alta calidad, como Okupas, hoy un boom remasterizado de Netflix.

43. El loco Felipe que sedujo a Adrián Suar

Parte del éxito de Verdad/Consecuencia se dio por error. Se lo confiesa ahora Adrián Suar, padre de la criatura, a Clarín. Todo sucedió en uno de los castings para elegir a quien iba a oficiar de paciente de Carlos Santamaría, uno de los tantos nombres top de la serie. “Lo hizo Alejandro Awada, pero yo había elegido a otro”, aclaró.

Llegó el día de la filmación y, cuando el productor se acercó hasta el lugar, vio al cuñado de Mauricio Macri. “Vi -dice el Chueco- la foto, lo que habían grabado… Era parecido, pero no el que yo había elegido. Se equivocaron. Lo iba a sacar, a pedir que no grabáramos esa escena, hasta que vi lo que empezó a hacer… Estaba tan bien Awada en ese rol que fue maravilloso”. Y así nació el loco Felipe, uno de los mejores personajes que regaló la ficción de los ’90.

Mercedes Morán fue la Roxy que se enamoró del Panigassi de Juan Leyrado.

Mercedes Morán fue la Roxy que se enamoró del Panigassi de Juan Leyrado.

44. La otra cara de Roxy

Cuando Suar -fundador de Polka, que debutó en 1995- ideó Gasoleros, una tira emitida entre 1998 y 1999, estaba convencido de que Soledad Silveyra debía ocupar el papel principal. Solita, quien tenía otros compromisos, no pudo participar. “No sabía cómo iba a reemplazar a Roxy”, dice el actor, reflejando una preocupación televisiva de aquella época.

La sustitución le llevó tiempo. Recordó, entonces, las actuaciones de Mercedes Morán que lo habían sorprendido y, sin estar del todo convencido, se entrevistó con ella para hacer una prueba.

“Cuando tuve el primer encuentro con Mercedes, apenas la vi, dije: ‘Ésta es la Roxy para mi Gasoleros’. Dicho y hecho. Fue la revelación. No podría haber tenido una mejor”, le contó a Clarín. No se quedó con ganas de trabajar con Solita: al año siguiente la tuvo en Campeones. Porque, como describió él, «a veces los personajes buscan a los actores y no al revés».

45. Hola, ¿habla Susana Tinelli?

Mientras miles y miles de teléfonos soñaban con un llamado de Susana, Marcelo Tinelli decidió bucear en la guía telefónica y marcar un número al azar. La respuesta del otro lado lo sorprendió. “¡Hola, Susana!”, exclamó una mujer. El conductor y su grupo de fieles, tanto en el piso como en la pecera de producción, decidieron abandonar el estudio de pura tentación.

Al programa siguiente, Tinelli redobló la apuesta: abrió Videomatch con una peluca rubia y vestido como si fuera la diva, cuya emisión era otro de los platos fuertes con los que contaba Telefe. El audio del llamado fallido de la noche anterior se convirtió en un habitué: ante cada intervención de Marcelo, los operadores reproducían la grabación al aire.

46. La buena de Hilda Bernard sufrió por su villana

Entre tantos papeles que interpretó en más de 70 años de trayectoria, Hilda Bernard debió encarnar a Carmen Morán, la villana de Chiquititas. Una década después de aquella famosa serie creada por Cris Morena, la actriz reveló que varios chicos le dejaban mensajes “espantosos” en el teléfono.

“Un día fui a la comisaría, llevé el casete y pregunté cómo hacía para detener eso”, contó en El diario de Mariana. ¿Cómo lo resolvió? “Un día -explicó- llamó un chico, atendí y no me insultó: me pidió para ir a una grabación. Le dije que lo invitaba si me decía de qué escuela era. Después llamé a la directora para pedirle que hable con los alumnos y ahí pararon”.

47. De la tormenta a Bolívar a ser un tanque de la TV

El éxito de Tinelli en la televisión estuvo atravesado no sólo por sus éxitos (su ShowMatch fue un imbatible del rating durante varios años), sino también por una serie de bloopers. “Tuve caídas, me resbalé… Un día, parado, quise cruzar las piernas y me caí de costado. Casi me mato. Casi me rompo la rodilla”, comentó el propio conductor.

Aunque de chico no se imaginaba frente a la cámara, la pantalla marcó más que su carrera: es toda su vida. “En Bolívar -recordó- esperaba que viniera la tormenta, que se nublara el cielo, porque era cuando podía ver tele. Los días de tormenta enganchaba la antena en casa del canal de Mar del Plata y podíamos verlo. Era un sueño que no existía en los días de sol”.

48. No era al fondo a la derecha: era atrás del decorado

Personaje mediático como pocos, Graciela Alfano siempre se vio envuelta en alguna situación polémica o insólita. En 1996, por ejemplo, cuando conducía El periscopio, protagonizó un episodio por el que todavía hoy le preguntan.

“Una vez tuve que hacer pipí en un balde porque estaba con cistitis. No podía faltar, era la conductora. Y tenía atrás del decorado un baldecito donde hacía mi gotita”, confesó años atrás durante una charla con La Nación. Al final, no había sido un mito…

49. Más que torta, un peligro

Para 1992, Narciso Ibáñez Menta ya tenía unos cuantos rodajes en el lomo. Llevaba décadas marcando tendencia en la televisión argentina y cautivando tanto a chicos como a grandes: era una institución.

Cuando cumplió 80, el asturiano había ido de invitado al programa de Mirtha Legrand, con quien protagonizó la película Vidalita. Y la Chiqui quiso sorprenderlo: pidió que le acercaran una imponente torta mientras él hablaba por teléfono.

El problema fue que su regalo se prendió fuego y las llamas eran cada vez más grandes. “Tengo que apagar la torta o se incendia el canal”, se apuró Ibáñez Menta.

50. La TV anárquica

Corría 1991 y Mario Pergolini estaba a cargo de la conducción de La TV ataca, un ciclo que marco el principio de una eterna rivalidad entre Tinelli y el creador de CQC. El grupo musical Mano Negra, de donde surgió Manu Chao, formó parte de una de las emisiones. Y su presencia se volvió viral.

El conductor les había hecho una pregunta sobre la banda, pero nunca imaginó una reacción semejante: Tom Darnal, el tecladista, lo interrumpió lanzando insultos en francés hacia la televisión. “Viva la anarquía”, cerró el músico, mientras destruía el estudio de América.

51. El dinosaurio de Susy

“Tenemos un pabellón al que hemos traído dinosaurios de la Patagonia”, afirmó una paleontóloga que ido al programa de Susana Giménez en 1993. La conductora, sorprendida, retrucó: “¿En serio? ¿Un dinosaurio vivo?”. La experta estaba desconcertada. “Esperemos que no”, le respondió.

Aquel blooper, lejos de quedar en el olvido, se convirtió en uno de los momentos más recordados de la televisión argentina. ¿Cómo siguió? Fueron al corte y, al regresar, Su confesó: “Por supuesto que está todo el estudio burlándose de mí, pero no me importa. Se encontró un huevo de dinosaurio y un chico lo vendió en dos millones de dólares, para que sepan”.

52. Los miedos de pá

Grande, Pá, un éxito que brilló entre 1991 y 1994, salió un poco de casualidad. Es que Arturo Puig no iba a ser el intérprete del papel principal: no estaba seguro de aceptar. Tampoco le pertenecía a María Leal aquel personaje protagónico, que estaba destinado para Luisina Brando.

"Grande, pá", ese fenómeno de audiencia que llegó a los 60 puntos.

«Grande, pá», ese fenómeno de audiencia que llegó a los 60 puntos.

“No tengo más tiempo. Tengo otro actor para hacerlo… Necesito que en 48 horas me digas si lo vas a hacer”, le dio el ultimátum Gustavo Yankelevich. El actor que venía de hacer Atreverse, de Alejandro Doria, le temía a la comedia en la TV. Pero todo cambió cuando le dio el sí a Grande, Pa. “Fue mágico. Un antes y un después”, reconoció el actor sin pudor.

2001-2010


53. La historia de «Llamen a Moe»

Tres años después de haberse despedido de Soda Stereo al ritmo de De música ligeraGustavo Cerati volvió a tocar esos acordes en vivo sobre un escenario. Lo hizo durante una emisión de Todo x 2 pesos, el programa humorístico de Diego Capusotto y Fabio Alberti. La letra era otra: ya no hablaba de aquel amor, sino que pedía que “llamen a Moe”.

“Esa canción era una cosa que jodía yo con mi amigo Tata Arias, que hacía la música del programa. Nos dimos cuenta de que las palabras ‘Moe’ y ‘amor’ se parecían y empezamos a jugar con eso”, reveló Pedro Saborido, guionista de la emisión.

Lejos de tomarlo a mal, el artista interpretó el tema y, luego, le regaló una copia en CD cantado por él con la letra compuesta por los productores de aquel éxito del humor. “Todavía lo tengo guardado”, confesó Saborido en Rolling Stone Argentina.

54. Pappo vs. DJ Dero

Norberto Napolitano era dueño de una personalidad descarada. No le temía a expresarse y mucho menos a las repercusiones. Era veloz para hacer rugir las cuerdas de su guitarra y, también, para declarar: sus frases rara vez pasaban inadvertidas.

Lo demostró durante una de las emisiones de Sábado Bus, un programa conducido por Nicolás Repetto en Telefe. Pappo no era el único invitado de la noche. Su presentación se dio a la par de DJ Dero, cuya popularidad rebasaba.

Llegó el momento del brindis. Luego de que el DJ expusiera su deseo, el Carpo alzó su copa “para que la música en vivo, tocada por seres humanos, triunfe”. El conductor intentó proponer una idea conciliadora: “Guarda que los DJ ahora tocan”. Pappo ironizó: “El timbre tocan”.

La emisión, aunque tensa, siguió adelante. Y, claro, la discusión resurgió. “Conseguite un empleo honesto”, condenó el músico. Los tiempos cambiaron. Hoy, Fer Palacio, el DJ del momento, jura entender la postura del fundador de Riff.

55. Del encierro a GH al sopapo de la realidad

15 de septiembre de 2001. Cuatro días antes, dos aviones se habían estrellado contra el World Trade Center de Nueva York. En la casa de Gran hermano 2, la vida era la de siempre. “Estuviste 43 días en la casa y tengo que darte una noticia que ha conmovido al mundo entero: dos aviones chocaron contra las Torres Gemelas, se derrumbaron. Imaginate cómo está el mundo», dijo Solita Silveyra.

«Vas a tener que hacerte fuerte como todos nosotros, te imaginarás el estado en el que se encuentra el pueblo norteamericano”, atinó a decirle Solita a una de las participantes. La chica rompió en llanto. El momento quedó inmortalizado en un video que todavía vaga por las redes sociales.

Carolina Chiappetta, que abandonaba el reality, había sido sacudida por un torbellino de emociones. La angustia, en realidad, se debió a que imaginó que su ex había sido una de las víctimas. “En un momento, Solita me dice ‘Y con tu pareja, que rompiste antes de entrar’. Y me dicen lo de las Torres Gemelas. Pensé que este chico estaba en el avión”, explicó 20 años después.

Las piñas de Viale y Samid. Escándalo en TV.

Las piñas de Viale y Samid. Escándalo en TV.

56. Las piñas de Viale y Samid

Los vestigios de la crisis todavía sobrevolaban la Argentina en 2002. La preocupación del pueblo era, para las señales, el eje de cada programa. Quedó demostrado en Impacto, una tira de noticias que daba América. ¿Contexto? De un lado el periodista Mauro Viale y, del otro, el empresario frigorífico Alberto Samid. Y lo que empezó como una entrevista se transformó pronto en una discusión acalorada.

El clima empeoró cuando el conductor lo acusó de haber avalado el atentado a la AMIA. “Usted no puede decir semejante barbaridad. Usted se tiene que arrepentir de lo que dijo”, fue la primera reacción de Samid, quien acompañó su queja con una serie de golpes.

Viale no se achicó y le respondió con puños. El portero del canal, presente en la ocasión, aprovechó para propinarle tres patadas al conductor porque “lo verdugueaba siempre”, según contó luego Samid y nadie lo corroboró. Pasan los años, la pelea queda.

57. Los Simuladores vs. la crisis

Si a alguno de los protagonistas de Los Simuladores le decían en diciembre de 2001 que para mediados de 2002 Telefe iba a terminar de transmitir la primera temporada, hubiese desconfiado.

Apenas habían rodado dos episodios del estreno y, cuando comenzaron a producir el tercero, una noticia los sacudió. “Mientras grabábamos ese capítulo, nos informaron que se iban a parar las grabaciones hasta nuevo aviso por la situación del país”, reveló Federico D’Elía, uno de sus protagonistas.

Fue, parafraseando a Emilio Ravenna, papel que interpretó Diego Peretti, un baldazo de agua fría en invierno en el tramo final. “Ese mismo día se besaron Medina (Martín Seefeld) y Pedro Velasco (José Andrada) en un ascensor”, contó el actor que encarnó a Mario Santos.

La escena vio la luz el 4 de abril de 2002 y fue el tercero de los 24 capítulos que tuvo la serie, una de las más exitosas de todos los tiempos.

58. La coreo sana de Hilda

Otra grabación de Los Simuladores; esta vez, en un barco. Llevaban más de 10 horas de filmación y Jorge D’Elía, quien encarnaba a José Feller en la ficción, no podía tolerar el dolor de piernas: necesitaba un descanso. “Le dije a Federico, mi hijo: ‘Me doy cuenta de que estoy jovato porque ya no puedo estar tanto de pie’”, le comentó a Clarín hace unos años, cuando tenía 65.

Cuando entraron a la embarcación, ya agotados de tanto trajín, se encontraron con Hilda Bernard, de 82, y se llevaron una sorpresa: “Después de tantas horas estaba bailando. ‘¿Qué haces, Hilda?’, le preguntamos. La respuesta fue: ‘¡Necesito estar en movimiento!’”.

Diego vs. Maradona, enorme logro artísitico y tecnológico de "La noche del 10".

Diego vs. Maradona, enorme logro artísitico y tecnológico de «La noche del 10».

59. La noche que Diego se entrevistó a sí mismo

Más de tres horas de grabación se transformaron en un videotape de 25 minutos que sigue sorprendiendo a todos. Ése fue el tiempo necesario para que se gestara la histórica entrevista que Diego Maradona se hizo a sí mismo en La noche del Diez (2005, El Trece).

Ni la presencia de Raffaella Carrá, ni Pelé, ni Roberto Gómez Bolaños, ni ninguna de las decenas de figuras que desfilaron como invitados en ese programa hicieron que el rating explotara tanto como sí lo hizo esa edición.

¿Cómo hizo? A diferencia de las otras 12 emisiones que se prepararon en vivo, aquella situación fue grabada. Pelusa, con una vestimenta informal y un look poco producido, se sentó en una de las sillas frente a Pablo Codevilla, quien se encargó de hacerle las preguntas.

Una vez finalizado el cuestionario, Diego pasó por el camarín, se afeitó, cambió el peinado y reemplazó su look inicial por un traje negro: así se predispuso a repasar el interrogatorio, esta vez oficiando de conductor. Y se sentó en la silla que había sido de Codevilla. Épico.

60. Papá Noel no se va a morir

Durante cinco años, Argentina y Uruguay mantuvieron un conflicto por las papeleras. En 2006, meses después de que iniciara la disputa, Telefe Noticias dispuso un móvil en una de las manifestaciones para que las empresas no se instalaran cerca del río Uruguay. Una de las entrevistadas lanzó una ironía: “Los finlandeses tienen un Papá Noel y si llega a venir al río Uruguay se les va a morir”.

Cuando finalizó la nota, Rodolfo Barili pensó en los menores que podían estar del otro lado de la pantalla atentos al noticiero y trató de llevar tranquilidad. “Bueno, hay muchos chicos en casa y, más allá de que a veces los adultos no cuidamos las palabras, Papá Noel no se va a morir”, aclaró. Una década después, el periodista decidió inmortalizar esa frase en una remera.

61. La imagen menos pensada: un suicidio por TV

La TV argentina fue el escenario de millones de momentos. Muchos, al menos hasta 2008, creyeron haberlo visto todo. Se equivocaron: el 21 de noviembre de ese año, luego de una entrevista con Crónica, Mario Ferreyra se suicidó de un disparo en la sien. Las cámaras del canal optaron por captar el momento y luego retransmitir las imágenes.

El ex comisario tucumano llevaba 10 días recluido junto a su familia. Sabía que el juez había emitido una orden de captura por presuntas violaciones a los Derechos Humanos durante la última dictadura militar. Gendarmería Nacional había llegado hasta su casa y, en medio de la resistencia, el Malevo eligió balearse con un arma que tenía escondida en una bota.

62. A lo Fernando Peña

Un año antes de su muerte, Fernando Peña fue uno de los protagonistas que almorzaron en 2008 con Mirtha Legrand. Y, fiel a su estilo, el actor y conductor radial no pudo pasar inadvertido en aquella mesa. No quiso, tampoco. Porque, en medio de una conversación con la anfitriona, tuvo una actitud que sorprendió a todos.

Peña, sin contexto alguno, sacó un arma, le apuntó a la Chiqui y lanzó un aviso: “Ahora te voy a pegar un tiro”. Unos segundos de tensión fueron la antesala de alguna risa incómoda y de compromiso que soltaron al pasar.

“La gente está esperando esto”, se justificó cuando la presentadora le preguntó por qué había llevado una pistola. Y, luego, se acercó el revólver hasta la boca. Hoy, la captura de ese video se convirtió en uno de los stickers más populares de WhatsApp.

63. Guercio vs. Polino

Intrusos, programa emblema del chimento en particular y del espectáculo en general, fue también el escenario para un cruce violento en vivo. Eliana Guercio, quien integraba el elenco de Jorge Corona, figuraba como una de las promesas con las que contaba la temporada de Mar del Plata y había sido invitada al programa de Jorge Rial.

En medio de la entrevista, la modelo se levantó de su silla, se acercó hasta donde estaba Marcelo Polino y le pegó un cachetazo. El conductor buscó mediar para detenerla, pero no era una tarea sencilla: ni bien pudo alejarse, el hoy jurado de ShowMatch se retiró del estudio. Una pelea que se convirtió en meme.

64. Alta tensión en lo de Mirtha

Diciembre de 2008 y la herida por el triple crimen de General Rodríguez, ocurrido en agosto de ese año, seguía abierta. Solange Bellone, la viuda de Sebastián Forza -uno de los empresarios farmacéuticos asesinados- participaba de uno de los almuerzos de Mirtha Legrand cuando le hizo un desplante a la conductora.

La producción había puesto al aire un audio del suegro de la invitada acusándola de mentirosa y Chiquita acotó: “Hay que darle algo para que se calme”. La situación empeoró cuando el hombre salió al aire sin previo aviso. Tras la tensión, la mujer se levantó y se fue. Pero, luego del corte, volvió: “Lo tomo como una traición. No necesito venir acá, no hubiera aprobado esta conversación”.

Charly García y Jorge Lanata, tenso cruce en el aire de "Día D", programa que iba por América.

Charly García y Jorge Lanata, tenso cruce en el aire de «Día D», programa que iba por América.

65. Charly vs. Lanata

Uno de los cruces más recordados data del año 2000, cuando Charly García insultó a Jorge Lanata en Día D. El ambiente, ya tenso, se caldeó aún más con una pregunta del músico: “¿A vos te parece que yo soy artista?”. El periodista le contestó de inmediato: “No lo sé, te digo en serio. Yo creo que hiciste grandes cosas y que después te empezaste a copiar a vos, y creo que te das cuenta”.

“Y yo pienso que vos sos un pelotudo”, retrucó Charly. Say no more.

2011…


66. Bobby, un adelantado al On demand

Los tiempos cambiaron. Así lo entendió Bobby Flores, hombre de radio y de la música, el día que empezó a darle forma a la idea de explorar la industria musical en pantalla. Acercó la propuesta a TV Pública y surgió Re, un ciclo que se presentaba como un programa de noticias, pero en realidad estaba compuesto de historias y anécdotas atemporales. ¿Por qué? La explicación se la dio a Clarín en 2019.

«Hoy ya nadie mira televisión en vivo. Mis abuelos miraban la tele a la noche agarrados de la mano en un sillón. Pero ahora la ves cuando podés y en cualquier plataforma. Entonces me interesaba explorar esa atemporalidad, que quede en la nube y que la gente lo mire cuando tenga ganas», manifestó el conductor. Un formato similar era algo impensado en otra década.

67. Cuando Rocky llegó a la TV

Contexto: paro nacional de 24 horas. Mariano Iúdica sale a la calle como movilero de Involucrados junto a Pía Shaw. Empieza a hacer notas. Uno de los entrevistados es un vendedor de flores, pero éste se niega e intenta correrle el brazo con el que sostiene el micrófono. El periodista insiste y recibe otra negativa.

Lo que siguió fue un show televisivo que se vio en la pantalla de América y que pronto se difundió a través de las redes sociales: la producción del programa decidió musicalizar la pelea con Eye of the Tiger, asociado a la banda de sonido de Rocky. Los usuarios no perdonaron.

68. Un auténtico Capusotto

Hay veces en las que la realidad supera a la ficción. Y Diego Capusotto lo sabe bien. Lo comprendió aquel día de 2015 cuando fue a hacer algunas compras a una farmacia y, en el momento en el que se acercó hasta el mostrador a pagar, dos ladrones entraron y lo abordaron con un arma durante unos segundos.

Las imágenes, captadas por las cámaras de seguridad, no tardaron en ser difundidas por los medios. Porque, más allá del personaje y del episodio, había un momento llamativo: cuando ingresaron los delincuentes, se lo puede ver al actor pesándose en una balanza.

La explicación fue aún más insólita. “Estaba completamente drogado y yo, cuando me drogo, siempre me peso. Recuerdo que salí a las cuatro de la tarde y empecé a pesarme por todas las farmacias”, les confesó a Elizabeth Vernaci y Humberto Tortonese en la radio.

69. Cuando lo viral no quita lo discriminatorio

El Canal 7 de Bahía Blanca buscaba darles un espacio a los más chicos a través de una sección llamada Mini personaje del día. En 2014, el nominado fue Juan Sánchez, un nene de apenas 12 años que estaba haciendo collages con telas durante un taller en la Biblioteca Bernardino Rivadavia. Una esporádica aparición en cámara llevó su nombre y su imagen a las redes. Y llegó el bullying.

“Me gusta el arte, todo tipo de arte”, sostuvo Juancito durante la entrevista. Su voz desinhibida y su tendencia a estirar las letras finales de las palabras lo convirtieron en blanco de críticas y memes una vez que el video se viralizó. “Va a ser bastante difícil que la gente se olvide de esto”, le confesó apenado a Clarín.

70. El Papa que dejó boquiabierto a más de uno

Corría el año 2013 y el mundo se mantenía expectante. Luego del mandato de Benedicto XVI, el Vaticano debía definir a su sucesor. El elegido dejó atónitos a varios: era el argentino Jorge Bergoglio, un hincha de San Lorenzo que pasó de jugar al básquet en el Gasómetro a convertirse en Papa Francisco, con un largo recorrido eclesiástico mediante, claro.

Julio Bazán, el cronista que El Trece y TN habían enviado a Roma para la cobertura, fue uno de los tantos sorprendidos al aire. “¡Oh! ¡Oh! ¡Dale! ¡Oh!”, fueron las primeras palabras que se filtraron en el micrófono. “¡Bergoglio! ¡Hay Papa argentino y se va a llamar Francisco!”, siguió, todavía eufórico, pero un poco más centrado. No se lo esperaba.

Fuente: Clarín