Comentario de Amadeo Lukas, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Director: Jorge Nisco. Con Adrián Suar, Benjamín Amadeo, Mike Amigorena, José Eduardo Derbez, Maggie Civantos, Tsahi Halevi.

Con buenas correspondencias con el juego ciencia, entre partidas reales y alegóricas, movidas de piezas en la trama y entre los personajes -algún enroque quizás-, Jaque mate propone una sólida vuelta del actor y productor Adrián Suar al cine de acción. El vínculo real con el ajedrez, si bien no tiene una preponderancia sustancial, le otorga un artificio valioso a la historia, más que nada por la resignificación de esa actividad-deporte. A esto hay que agregarle la presencia de un local comercial que lleva Jaque mate por nombre, que en realidad es una pantalla que oculta un centro de operaciones de una agrupación clandestina de agentes. Una suerte de brigada internacional secreta que afronta misiones de alto riesgo relacionadas a la seguridad interna y mundial, comandada por El Duque (Suar), que se podrían asimilar a una mixtura entre Misión imposible y Los simuladores, entre otras inspiraciones que asoman aquí y allá en distintos pasajes de la película.

El film, dirigido por Jorge Nisco, responsable de la recordada Comodines, arranca con unas excelentes imágenes aéreas de paisajes naturales enmarcadas por las armonías orquestales de la banda de sonido compuesta por Alejandro Kauderer e Ignacio Tomás Gabriel, que va llevando al espectador hasta el escondite del protagonista, que recibirá una inesperada visita. Que desencadenará un breve momento emotivo relacionado con una desgracia familiar que tendrá su relevancia a lo largo de la trama. A continuación, y precisamente en medio de una partida de ajedrez, sobrevendrá una extensa escena de combate; un grupo parapolicial tomará por asalto la guarida del Duque, con la aparente intención de asesinarlo y secuestrar a un familiar suyo. Una secuencia de alto voltaje de pelea cuerpo a cuerpo y escape, con armas de todo calibre, muy bien resuelta.  

Jaque mate se irá desarrollando por diferentes carriles dentro del género, especialmente tras la irrupción del personaje del Rey (Mike Amigorena), un archivillano con vastos recursos operativos y logísticos que dará pie al llamado del protagonista a su equipo de agentes. En esa instancia, otras latitudes formarán parte de la convocatoria, como Tel Aviv, Tánger y México, que revestirán de un aire internacional a esta realización local; que, pese a sus módicos recursos, puede llegar a equipararse, en ese segmento y también en otros, a un título de origen europeo o hollywoodense.

El elenco es uno de los puntos más disfrutables de la propuesta, ítem en el que hay que destacar a la directora de casting María Laura Berch, que llevó adelante la selección y preparación actoral junto a Iair Said, en la que Suar ha estado también muy involucrado, obviamente. Hay que decir que en esa especialidad Berch debe ser actualmente la más importante del país, teniendo en cuenta que viene de desempeñarse en La sociedad de la nieve, con una labor notable para esa ambiciosa producción de capitales extranjeros, y una no menos lograda tarea en el mismo rol en este thriller nacional.

Sobresalen entre los intérpretes Benjamín Amadeo con su Matecosido, toda una creación, y el hallazgo actoral de Tsahi Halevi -por más que ya tenga su trayectoria-, tanto en su tipo físico como en su gestualidad. Y aportan lo suyo las caracterizaciones de Mike Amigorena, José Eduardo Debrez y Maggie Civantos. Se puede agregar que hay química entre el equipo de agentes, dato a tener en cuenta. Suar, por su parte, se muestra eficaz tanto en los pasos de comedia como en el despliegue físico, que lo llevan a un status de actor de acción con pocos parangones en nuestro cine, no muy afecto al género.

En suma, un policial de acción y espionaje con toques de comedia que atrapa, mantiene la tensión la mayor parte del metraje. Algunas vueltas de tuerca y un par de sorpresas condimentan la idea inicial que parte del correcto guión de Leandro Calderone, a lo que se suman los toques particulares de cada personaje, enriquecidos por el elenco. La realización de Nisco, quien hacía más de una década que no dirigía cine, desde La pelea de mi vida; ofrece una parafernalia audiovisual entre tiroteos, enfrentamientos, persecuciones, explosiones y situaciones de riesgo, en general verosímiles. El esquema propuesto deja todo sentado para una secuela e incluso una saga. Dependerá, claro, de una buena respuesta de público, que hasta ahora está respondiendo.

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Amadeo Lukas – Periodista de espectáculos y crítico de cine. Miembro de APTRA, Asociación de Cronistas Cinematográficos y Premios Gardel. Cancionista.