La llegada de Donald Sutherland aportó luminosidad al día de nubarrones oscuros con los que amaneció la ciudad. El actor canadiense, que será distinguido el jueves con un Premio Donostia por medio siglo de excelencia interpretativa, fue ovacionado a su ingreso al Hotel María Cristina, donde lo aguardaba un enjambre de fotógrafos y de admiradores, para los cuales posó amablemente, poco después de ser recibido con un abrazo por el presidente del Festival, José Luis Rebordinos.
Elegante, ameno y predispuesto al contacto con su público, Sutherland, de 84 años, cumplió el ritual de fotos y firma de autógrafos empuñando un bastón negro de mango metalizado, y en compañía de su perro Porter, que lo acompañará durante toda la estadía en San Sebastián.
Unas horas antes del arribo de Sutherland hizo lo propio Ricardo Darín, que aprovechó un impase de su gira teatral por España para sumarse al nutrido equipo de La odisea de los giles, cuya gala de presentación tuvo lugar esta noche de lunes y es una de las proyecciones especiales -fuera de concurso- de la Sección Oficial del certamen.
Ricardo Darín, a quien este festival ha dedicado un Premio Donostia en 2017, además de convocarlo como jurado, estrenar casi todas sus películas en distintas ediciones y otorgarle un galardón actoral -compartido con Javier Cámara por Truman, el film de Cesc Gay-, en esta oportunidad vino a San Sebastián en su doble rol de actor y productor de La odisea de los giles, donde cumple idéntica función Chino Darín. Padre e hijo encabezaron la delegación de la película, también integrada por el director y guionista Sebastián Borensztein, Luis Brandoni, y los productores Matías Mosteirín, Federico Posternak y Simón de Santiago, todos presentes en la concurrida rueda de prensa que tuvo lugar al mediodía.
La explicación del término «gil», las referencias al «corralito» de 2001, las comparaciones entre la Argentina de aquél entonces y la actual, el humor argentino como catalizador de situaciones críticas, la elección de los actores y las decisiones artísticas respecto de la adaptación del libro de Eduardo Sacheri, acapararon la atención de los medios acreditados, aspectos que fueron respondidos por el director y sus actores en los casi 45 minutos que duró el encuentro con la prensa.
En este nuevo paso por el festival, Ricardo Darín subrayó especialmente la universalidad temática de La odisea de los giles, que antes presentó en Toronto y en breve será estrenada en España. «La problemática que plantea la película en general es de comprensión inmediata en todas partes del mundo. El ciudadano avasallado, que sufrió el rigor de lo que es la burocracia, el pague primero y proteste después, el tener que agachar la cabeza y aceptar normas que no han sido discutidas apropiadamente, son cosas que, tristemente, le han pasado a todos, en algún momento, en todas partes», sostuvo el actor e inmediatamente, refiriéndose a esas situaciones de «avasallamiento», agregó: «Todos guardamos un poquito de esa sensación tan incómoda de que en algún momento, alguna vez, ganen los buenos, ¿no?». Allí radica precisamente la empatía del público con esta comedia. La primera de los varios títulos argentinos ( Las buenas intenciones, de Ana García Blaya; Ficción privada, de Andrés Di Tella; la coproducción con Uruguay Así habló el cambista; Que sea ley, de Juan Solanas; De nuevo otra vez, de Romina Paula; Los sonámbulos, de Paula Hernández) que, a partir de este lunes, juegan sus chances en distintos segmentos competitivos de San Sebastián.
Mientras tanto, el recambio de personalidades es, como en cada edición del certamen, constante: además de los nombrados, entre los que llegan y quienes parten están el director español Alejandro Amenábar, su colegas Alice Winocour, Imanol Uribe, Patricio Guzmán e intérpretes como Belén Cuesta, Loles León, Eva Green y Juliette Binoche, una habitué del festival, al que volvió este año acompañando al director japonés Hirokazu Koreeda para una proyección especial de La vérité.
Fuente: La Nación/ Continental