Las «geishas indias» en una lujosa miniserie que estrena Netflix

Surgida de Bollywood, “Heeramandi” es la primera de ese origen en la plataforma. Narra la historia de las «tawaifs», cortesanas que también jugaron un papel central en la lucha contra el imperialismo inglés.

Netflix estrena hoy mundialmente una miniserie india. No es una estadounidense grabada en la India. Tampoco es británica. Es puramente india, la primera que acá vemos. Se llama “Heeramandi”, en algunos países lleva el subtítulo “El bazar de los diamantes” y en otros, el más franco y atractivo “El reino de las cortesanas”, y se inspira en algo así como las geishas indias, las tawaifs, famosas por el dominio refinado de la danza, el canto, la etiqueta social, el uso de joyas y, por supuesto, el dominio activo y refinado de la cama.

La miniserie se ambienta en Heeramandi, barrio de Lahore famoso por su zona roja, y se vende como “una historia de amor y traiciones en la vida de las cortesanas”. Pero hay más de una historia, porque abarca tres generaciones, con una competencia entre madamas, una hija enamorada a disgusto de la madre, y otras cositas, y de fondo la lucha contra el dominio británico, lucha en la que varias tawaifs participaron con dinero y refugio para los conspiradores. La obra acumula además un despliegue de actrices, bailarinas, bailes, extras por las calles y ostentoso lujo asiático, en parte real y en gran parte fabricado por equipos de efectos digitales y drones.

Creador y principal productor de esta miniserie es Sanjay Leela Bhansali, que empezó en 1999 con un drama romántico (una joven debe elegir entre dos hombres) y desde entonces viene haciendo historias populares cada vez más ostentosas, enérgicas y exageradas. Por ejemplo, la historia de un hombre casado que se engancha con una princesa guerrera en apuros, la de los reyes de Rajistan que debieron enfrentar al ejército de un sultán persa decidido a quedarse con la reina, la biopic de Mary Kom, famosa boxeadora de estos tiempos (nacida Chungneijang Hmongte), y la fantasía de un profesor en lucha contra los políticos corruptos y los policías cómplices. Profesor de artes marciales, para más datos. Detalle previsible: todas las actrices de una producción de Bhansali son bonitas y salen engalanadas con fastuosas telas y alhajas hasta los pies, y todos los actores salieron del gimnasio.

En síntesis, se anticipa un gran espectáculo bien al gusto de Bollywood. No se anticipa, ni se pide, mayor respeto por la verdad histórica. Pero, ¿qué pasó con las auténticas tawaifs? Primero, para reducir sus entradas económicas, el British Raj les prohibió ejercer cualquier tipo de trabajo sexual. El British Raj, es decir, el gobierno británico que dominaba la India, no la iba de puritano estando tan lejos de Londres, pero de esa manera afectaba un poco la circulación de clientes y dinero.

Segundo, los reformistas hindúes, que ansiaban formar un país moderno, acusaban a esas pobres mujeres de mantener costumbres y tradiciones retardatarias, además de onerosas para el ciudadano común. Tercero, en el reparto de territorios cuando la ansiada independencia, Lahore quedó del lado pakistaní, lo que significa, en manos de los musulmanes. Y cuarto, a esa altura, la que no estaba para el retiro laboral estaba para elegir tres nuevas opciones laborales más redituables y prestigiosas: la carrera cinematográfica, la carrera de cantante, con la promesa de una gran popularidad a través de discos y recitales, o casarse. Mucho de lo que hoy constituye el cine y la música de la India, proviene de esas fuentes. Muchos niños, también.

Fuente: Ámbito