Mano a mano con Carlos Cuevas, el galán de Merlí que ahora tiene serie propia

El jueves 5 se estrenará “Merlí: Sapere Aude”, spin-off de la ficción original. Ya no estará el adorado profesor de Filosofía, pero su personaje, un alumno provocador y sagaz, tomará las riendas del nuevo relato que irá por Movistar Play. Charla con un catalán en Buenos Aires.

Se mueve por el hotel de Buenos Aires como un pasajero más, que por cierto lo es. Pero, más de un galán joven y argentino, en su lugar, seguramente sobreactuaría la naturalidad. O desparramaría purpurina a su paso. Carlos Cuevas no. Exitoso, bonito y carismático, no saca réditos de la fama que le dieron sus personajes -trabaja desde los 8 años y es una de las caras más conocidas de España-, ni siquiera del Pol Rubio de Merlí, la ficción catalana que terminó siendo un trampolín para él, desde donde pegó el salto para protagonizar la serie propia.

Dese el jueves 5 de diciembre, será quien lleve las riendas del relato de Merlí: Sapere Aude, un spin-off (historia derivada de otra) de la original, con tres temporadas de alto nivel. Si bien todos esos capítulos -sobre un profesor de Filosofía poco ortodoxo que todos hubiéramos querido tener- están disponibles en Netflixla nueva serie se estrena por Movistar Play o a través del servicio de Movistar TV.

Alumno dilecto de Merlí (Francesc Orella, actor que no forma parte del nuevo proyecto porque su personaje murió sobre el final), Pol llega ahora a la universidad para convertirse en filósofo. Si bien antes de que se bajara la cortina final se lo vio -salto de tiempo mediante- dando clases en un colegio, ahora se verá, de acuerdo al moderno diccionario de la TV, una secuela de lo que fue Merlí en general, pero una precuela de ese poético final: es decir, Sapere Aude buceará por sus tiempos de estudiante universitario.

"Yo fui niño actor", dice Carlos Cuevas, que empezó a trabajar a los 8 años. (Foto Lucía Merle)

«Yo fui niño actor», dice Carlos Cuevas, que empezó a trabajar a los 8 años. (Foto Lucía Merle)

Cuevas tiene 23 años y una timidez que lo lleva a contestar corto, pero contundente. Y una sonrisa que deja boquiabiertas a unas niñas del otro lado del ventanal del bar, y que luego tendrán su selfie prometida.

-Si alguien no vio “Merlí”, ¿podrá entender lo que se cuente ahora?

-Sí, porque no es una cuarta temporada. Está concebida como una serie nueva, como para que cualquier persona que no haya visto la otra la pueda entender sin ningún problema. Obviamente, los que la hayan visto tendrán mucha más información, pero Sapere Aude no deja a nadie afuera.

Pol y su nueva referente: María Bolaño (María Pujalte), quien no intentará ocupar el lugar de Merlí, pero sí le marcará un camino.

Pol y su nueva referente: María Bolaño (María Pujalte), quien no intentará ocupar el lugar de Merlí, pero sí le marcará un camino.

-¿Y Pol seguirá siendo el mismo rebelde con causa de entonces?

-En la primera escena de la serie nueva han pasado apenas tres semanas desde que murió Merlí. O sea que estamos prácticamente en el mismo lugar. Luego sí hay un salto y nos colocamos en la Universidad, pero Pol es el mismo. Un poco más maduro, porque ha tenido que enfrentarse a la pérdida de una persona muy querida y muy importante para él, y ha tenido que tomar decisiones sobre su futuro después de la secundaria. Pero lo ves y ves a aquél.

-De haber sido uno de sus tantos alumnos a pasar a ser el personaje central, ¿se siente presión, goce, responsabilidad?

-Se siente goce y responsabilidad, pero no presión. Yo estaba preparado para afrontar esto y creo que, narrativamente, era la acción más lógica, porque Pol era el único que quería estudiar Filosofía. La serie estaba cerrada en sí misma y más con ese final.

Carlos Cuevas, en un hotel de Buenos Aires., ciudad en la que le gustaría trabajar. (Foto Lucía Merle)

Carlos Cuevas, en un hotel de Buenos Aires., ciudad en la que le gustaría trabajar. (Foto Lucía Merle)

-¿El pensamiento de este Pol va a representar la filosofía profunda de Merlí Bergerón?

-Él es ahora un gran estudiante y tiene sus referentes. Y el más importante que va a tener ahora es María Bolaño, el personaje que va a interpretar María Pujalte, su nueva gran profesora. Pol se va a enamorar académicamente de sus conocimientos y de su manera que tiene de dar clases. Y rápidamente la tomará como guía. Se lo ve un chico que todavía tiene mucho por aprender.

-¿Vos sos un poco Pol, en cuanto a lo atrevido, a lo rebelde, a lo provocador y también a lo vulnerable?

-Pol es mi parte más lúdica y festiva en contextos muy concretos, pero somos muy diferentes. Pero, en general, es muy alejado a mí, yo siempre fui un muy buen estudiante, por ejemplo, y él es todo lo contrario, salvo con Merlí. Pol es alguien muy listo, con una inteligencia muy de la experiencia, no tiene una inteligencia académica. Sí comparto con él que los dos tenemos herramientas para defendernos bien en la vida.

-Él es un chico que se ve sensible, pero no se quiere mostrar sensible. ¿Cómo trabajaste ese equilibrio?

-Ahí está la gracia de lo que quisimos contar, porque se vende de una manera de cara al público, como un ganador siempre arriba, pero ha sufrido mucho: perdió a su madre, perdió a su abuela, tiene un entorno familiar complicado. Ha construido una coraza para tratar a la gente y para que lo coloquen en determinado lugar social, pero a la que lo pinchas un poquito ves lo que verdaderamente hay detrás. En el instituto ocupa un rol de líder brutal, y cuando está en su casa, encerrado en su habitación, es alguien que se cuestiona, que tiene dudas y que tiene muchos miedos.

Merlí, el preferido de los alumnos del secundario del Angel Guimerá.

Merlí, el preferido de los alumnos del secundario del Angel Guimerá.

-¿Y vos cómo te moldeaste en la vida?

-Yo siempre muy trabajador y constante. De chico decía que quería actuar. Empecé con 8 años, imagina. Yo fui niño actor.

-¿No soñabas con el fútbol?

-También, sí, pero sólo como divertimento. Jugaba bien, pero no para ser profesional. De mi equipo era el bueno. Mejor dicho, “de los buenos”.

-¿De que jugabas?

-De delantero. Me divertía mucho hacer goles. Respeto mucho el mediocampo, pero la verdad es que me aburre un poco pararme lejos del arco. De todas maneras, nunca me he planteado seguir por ahí de un modo muy real. Desde que tengo uso de razón que pienso en ser actor. Y ya no contemplo otra idea.

-¿De donde viene ese deseo?

-No hay nadie en mi familia que haya ido por ahí. Mi abuelo me llevaba muchísimo al teatro de niño, a ver espectáculos infantiles de payasos y clowns. Pedía disfraces y jugaba en casa a imaginar historias. Y en un momento empecé a hacer teatro amateur en el colegio.

Así se lo veía Pol como alumno del secundario del Instituto Angel Guimerá.

Así se lo veía Pol como alumno del secundario del Instituto Angel Guimerá.

-¿Qué dice ahora el abuelo?

-Me ve y llora todo el rato. Está muy orgulloso. Y yo le digo muchas veces que lo que soy tiene que ver con él, con los paseos que hacíamos juntos. Y me dice «No digas tonterías, ése eres tú». Probablemente debo tener talento para esto, pero seguro que la semilla la ha puesto él llevándome ver de todo.

-Y en las reuniones familiares, ¿eras el que se subía a la mesa y llamabas la atención?

-Sí, sí, hacía de todo. De pequeñito sí, pero luego nunca, era “no, no quiero y no quiero”. No me gusta ir de protagonista por la vida. Soy muy tímido. El otro día estaba en una cena con gente con la que estoy grabando para Netflix (Alguien tiene que morir) y varios integrantes empezaron a rapear como de broma, entre ellos, y en un momento me animaron a “Vamos, venga” y yo que “No” y ellos que “Vamos”

-¿Y?

-Y, que no. Me da vergüenza.

Nacido en Moncada, en las afueras de Barcelona, Cuevas trabajó en varias series que se han podido ver en la Argentina, como Luna, el misterio de Calenda, Merlí45 revoluciones (que se estrenó este año, con su protagónico) y, si uno siguió de cerca su carrera, puede apreciar claramente su evolución. ¿Él la habrá notado?: “Estaría muy mal que no la notara, porque como actor lo primero que debes tener es criterio para saber lo que te gusta, lo que no te gusta para saber tomar decisiones… El buen actor es el que tiene muy buen criterio. Yo analizo por qué lo hice bien cuando lo hice bien y por qué fallé cuando lo hice mal.Mirá también

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-¿Volvés a ver tus trabajos de televisión?

-No tiro mucho atrás. Sólo me gusta ver lo que acabo de hacer, para entender bien dónde estoy parado ahora. Pero lo muy lejano no. No es pudor. Sólo que no me encanta verme a cada rato. Entiendo al cocinero que prueba su plato antes de servirlo, y yo estoy revisando lo inmediato, no lo que quedó en el pasado. Hay gente que se ve en el mismo material diez veces, por ego o regocijo.

-¿Cómo te llevás con tu ego?

-Muy bien, tengo una vida muy discreta, estoy muy abocado al trabajo, que me encuentra seguido en Madrid, aunque mi casa es Barcelona. Y mi familia sigue viviendo en Moncada, a 20 kilómetros de la ciudad. Ellos están en la montaña, en una zona linda, aunque no es un pueblo muy bonito. Pero es mi pueblo.

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-Y cuando estás lejos, como ahora, ¿aprovechás la tecnología para acortar distancias?

-No demasiado, prefiero ir a verlos de tanto en tanto. No soy de llamar mucho. Sí un whatsapp alguna vez, pero no somos familia de chat. El tema es que soy alguien muy independiente. Pienso en ellos, sí, pero no tengo la necesidad imperiosa de saber cómo están. Soy un poco lobo solitario.

Tal vez a partir de esa última frase suya uno pueda entender el intenso recorrido que ha hecho para llegar a ser, en un sentido, el sucesor de Merlí Bergerón.

-¿En este spin-off se le rinde tributo a su figura, aunque ya no esté en pantalla?

-Sí, se habla de él y el público puede darse una idea de quién fue ese hombre que marcó tanto la vida de Pol. Merlí es un canto al error, a la duda, a la equivocación, a pensar, a volver a empezar. No es un dogma. Merlí no era dios. Era un dios, un tipo posible, un señor que cometía errores. Un antihéroe, de alguna manera. Y Pol también, con su torpeza y sus problemas. Ojalá el público lo quiera y no se eche demasiado en falta la presencia del querido profesor. Yo creo que ni el espectador, ni Pol ni yo vamos a olvidarlo. No se le merecería.

Carlos Cuevas tiene 23 años y una gratitud notable, sincera, poco habitual en galanes de moda del otro lado del grabador.

El mensaje de Merlí que le marcó el camino a Pol

“¡Os quiero despiertos, no os dejéis arrastrar por la opinión de la mayoría, tened criterio propio!”. Esas palabras que le escuchamos decir al profesor Bergerón en su primera clase de Filosofía en Merlí (2015) quedaron guardadas en algún dobladillo de la memoria de Pol Rubio (Carlos Cuevas), el alumno que más jugo supo sacarle al maestro.

Pol (Carlos Cuevas) y Bruno (David Solans). El mejor alumno y el hijo de Merlí, una dupla que vuelve en el spin-off.

Pol (Carlos Cuevas) y Bruno (David Solans). El mejor alumno y el hijo de Merlí, una dupla que vuelve en el spin-off.

Por eso ahora, convertido en protagonista de la nueva serie, se propone transitar por ese consejo. De ahí que el spin-off  se llame Sapere Aude, que es una expresión latina que significa “atrévete a saber” y también puede traducirse como “ten el valor de utilizar tu propia razón”.

Héctor Lozano y Carlos Cuevas, cuando viajaron a Buenos Aires por la Feria del Libro. Multitud de fans.

Héctor Lozano y Carlos Cuevas, cuando viajaron a Buenos Aires por la Feria del Libro. Multitud de fans.

Producida por Movistar, Merlí: Sapere Aude cuenta con el mismo creador de la original, Héctor Lozano, que conoce a Pol como nadie. Es más, juntos han viajado a Buenos Aires para la Feria del Libro.

En su llegada a la universidad, su nuevo mundo presenta interesantes personajes, como la profesora María Bolaño (interpretada por la actriz María Pujalte, que también estuvo ahora de paso por el país), su flamante referente, que no intentará opacar las luces encendidas que dejó Bergerón.

Merlí, tal vez el profesor más querido del streaming. Enorme trabajo de Francesc Orella.

Merlí, tal vez el profesor más querido del streaming. Enorme trabajo de Francesc Orella.

Si bien quedan algunos personajes de la original, como Bruno (David Solans), hijo de Merlí y enamorado eterno de Pol, se suman varios actores, como la argentina Azul Fernández y Pablo Capuz, sus compañeros -de personalidades opuestas- en su camino universitario.

Azul Fernández, la argentina que llegó a la universidad catalana

Minerva y Pol, o Azul Fernández y Carlos Cuevas.

Minerva y Pol, o Azul Fernández y Carlos Cuevas.

Se ve que los casi cuatro meses de rodaje en Barcelona le alcanzaron a Azul Fernández para tejer buenos vínculos. De hecho ahora, en la presentación de la serie en Buenos Aires, se la ve compinche de Carlos Cuevas y María Pujalte.

A los 22 años, es la única argentina de Merlí: Sapere Aude. “Fue muy lindo formar parte de eso. Era como una familia, muchos de ellos ya venían trabajando juntos y a mí me abrazaron muy rápidamente”, dice quien, desde el 5 de diciembre será Minerva, un encanto de personaje, aliada de Pol.

Fuente: Clarín