Mi pobre angelito: el video viral hecho con IA que muestra cómo están ahora los protagonistas

En la grabación de tan solo segundos se deja ver el paso del tiempo y lo mucho que cambiaron los personajes de este clásico de Navidad

Con la llegada de diciembre, las series y películas vinculadas a la Navidad comienzan a circular por montones. Sin embargo, hay clásicos como Mi pobre angelito, dirigido por Chris Columbus y estrenado en 1990, que no pueden faltar en cualquier maratón de este estilo.

En redes sociales, un fanático del film decidió crear un breve video con inteligencia artificial que muestra a los actores principales al momento de ser estrenada la película y luego siendo abrazados por ellos mismos, pero como se ven en la actualidad. Esta producción emocionó mucho a todos los usuarios de X porque dejó en evidencia el paso del tiempo.

La figura más importante que aparece en la grabación es Macaulay Culkin, el niño y protagonista principal, que al momento de la película tenía tan solo 10 años.

@thenandnow931 Home Alone – Before and After #christmas #homealone ♬ Snowman – Sia

El pasado 26 de agosto Macaulay cumplió 45 años y aunque es considerada una de las estrellas más jóvenes en haberse vuelto multimillonarias, lo cierto es que a medida que fue creciendo la exposición y las malas experiencias con la fama lo hicieron alejarse de los reflectores. Actualmente, es editor y director ejecutivo de Bunny Ears, un sitio web y pódcast satírico sobre cultura popular. Está comprometido con la actriz Brenda Song desde 2022 y tiene dos hijos.

Macaulay Culkin como Kevin McCallister
Macaulay Culkin como Kevin McCallister

En los comentarios algunas personas comentaron: “Muchos se encogieron con la edad. Debieron usar el modo Benjamin Button“, ”Esta película es increíble”, “Inexacto, no hicieron de John Heard un esqueleto”, “Buzz envejeció tan bien como podríamos haber esperado” y “Esto fue realmente genial, pero ahora que estamos aquí, ¿podemos tomarnos un segundo para recordar lo horrible que era el tío de Kevin?“.

Fuente: La nación