Amadeo Lukas, especial para DiariodeCultura.


Director: James Gunn. Con David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicholas Hoult, Skyler Gisondo, María Gabriela de Faría, Edi Gathegi.

𝐴𝘤𝘭𝘢𝘳𝘰 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑜𝑦 𝑢𝑛 𝒔𝒖𝒑𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒊𝒂𝒏𝒐 𝒂𝒔𝒖𝒎𝒊𝒅𝒐, 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝘭𝘦 𝑟𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑢𝑛 𝑝𝑜𝑐𝑜 𝑑𝑒 𝑜𝑏𝑗𝑒𝑡𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 𝘦 𝘪𝘮𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘢𝘭 𝘤𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳𝘪𝘰.

Amé este Súperman, espectacular y apasionante. Al punto de hacerme palpitar, sonreír y hasta lagrimear un par de veces, o más. David Corenswet, el nuevo Súperactor ha sido una fantástica elección: edad justa, altura, porte, imagen, carisma; con un muy buen intérprete asimilado completamente a la esencia de su personaje. Que lo sostiene con las características esperadas pero incluyendo acertados matices. Un Clark Kent / Kal-El bonachón pero no imbécil; intenso, conflictuado, contradictorio, sensible. Y todos los demás roles que lo acompañan, cubiertos de manera óptima. Luisa Lane perfecta, Rachel Brosnahan se muestra determinada, incisiva, locuaz, pero también vulnerable y romántica, y lo más importante: con una gran química con el protagonista. Jimmy Olsen, a cargo de Skyler Gisondo,con mucha menor participación, pero lo mismo; muy bien elegido. Además, el mundo del periodismo bien retratado a través de ellos y del icónico Clark, interactuando en una redacción pintoresca, con toques de comic, pero creíble. En otros roles, hay que señalar a Neva Howell y Pruitt TaylorVince como los Kent, hermosos, encantadores; quizás demasiado mayores, pero está bien el criterio. Esa impronta está relacionada con el final, en donde se los ve en otras etapas de sus vidas. Y el Lex Luthor de Nicholas Hoult, formidable, avasallante, con un probado intérprete que le da carnadura. Un Luthor, además, pleno de inventiva diabólica, merced a un guión que lo enaltece. Con un séquito variopinto, multigaláctico, que incluye a esa novia tan superficial, frívola y fatua, como clave en la trama; genial caracterización de María Gabriela de Faría. En general siempre evalúo al elenco en el último párrafo, pero en este caso opto por nombrarlos de entrada, quizás por la ansiedad de poner en valor un plantel de actores fenomenal. Y hay más.

El trío de superhéroes que acompaña al Hombre de Acero en este reboot, era casi desconocido por este cronista, es lo único que no resulta del todo convincente, pero hay que reconocer que se adapta con fluidez a la trama. Se trata de personajes transitados por primera vez por algún film de esta saga reiniciada en varias oportunidades. Acompaña las peripecias y sinsabores del protagonista con toques de disrupción y desfachatez, en ese encuadre de bizarra mini Liga de la Justicia, denominada en los comics del superhéroe como Justice Gang. Laintegran un peculiar Linterna Verde, Hawkgirl y Mister Terrific, a cargo de los convincentes Nathan Fillion, Isabela Merced y Edi Gathegi, que se lucen en más de una escena. Un poderoso y divergente trío con algún eco de los personajes que plasmó el mismo director, James Gunn, en su sustanciosa saga Guardianes de la Galaxia. En esta mención a la Justice Gang se puede incluir también, muy afín a la estética de roles mencionada, a otro villano-héroe, Metamorfo, de sorprendentes poderes y un atrayente diseño orgánico.

Y a propósito de Gunn, vuelve a sorprender con su talento como cineasta. Divertido sin dejar de ser riguroso, despliega su estética y creatividad, atrapa y divierte. Y aporta un magistral tributo al mundo de los comics, más allá de Súperman. Y entre medio de la vorágine del film, hay que resaltar que la inmigración se hace presente en el filme, entre otras cosas, porque el director pone el foco en ciertas cuestiones políticas y sociales. El despreciable déspota de un país imaginario, Vasil Ghurkos, cultor del capitalismo salvaje, y los ecos del conflicto en Medio Oriente se dejan traslucir en la trama. No es poco.

Y un párrafo aparte para Krypto, fenomenal, la mejor súper mascota que se ha hecho para el cine.

En suma, Súperman conforma a los fans y deleita al espectador ajeno al universo de DC. Arranca como si la película ya estuviera en la mitad de su metraje, con escenas fuertes y determinantes, no pierde el tiempo con prólogos ni introducciones. Despliega mucha acción, vibración y complejos efectos visuales, pero también demuestra amor, conocimiento y respeto por el personaje y su entorno, dentro de una óptica más luminosa y empática. Una gran fidelidad a la mitología supermaniana sin dejar de lado el aggiornamiento. Y el libro, potente, atractivo, con varias líneas narrativas, todas interesantes. Y varias sorpresas bien formuladas.

Tras el desenlace del film, existen un par de escenas post créditos que le dan algo más al espectador que permanece, más allá que no aporten nada para una hipotética secuela (y está muy bien, Gunn no quiso dar por hecho ninguna segunda parte). Tan sólo un plano encantador y un diálogo gracioso y absurdo. Pero gratifican, y vale la pena además disfrutar del excelente temón de cierre, Punkrocker de la banda sueca Teddybears cantada nada menos que por Iggy Pop. Y el magnífico soundtrack de John Murphy y David Fleming acompañando los extensos créditos, y que obviamente incorpora el inolvidable leit motiv de John Williams.

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Amadeo Lukas – Periodista de espectáculos y crítico de cine. Miembro de APTRA, Asociación de Cronistas Cinematográficos y Premios Gardel. Cancionista.