Maradona – Por Guillermo Alonso, especial para DiariodeCultura.com.ar.

No puedo parar de llorar. Cambio de canales y en todos es lo mismo. Todos lloran. Nadie lo puede creer. Si todos creímos que era inmortal. Y, en realidad, lo es.

No lo conocí personalmente aunque alguna vez me crucé con él. Estaba yo en una Salón VIP de un boliche en Punta del Este cuando vi que cerraban las puertas y no dejaban entrar ni salir a nadie. Era Diego que llegaba con Cóppola y otro amigo. Y nos saludó a cada uno de los que estábamos ahí dentro.

Lo quise desde chico, desde que supe que era de Independiente aunque luego simpatizara por Boca. Desde que elogió a Bocchini  llamándolo Maestro.

Viví lo que significaba cuando caminando una noche por las calle de Mumbai me tropecé con una pared con una gigantografía del Diego. En India, un país en el que el fútbol casi no existe.

Cuando tuve que dirigir para el Círculo de Periodistas Deportivos el libro de los Olimpias de Oro, recurrí a Daniel Arcucci, quien al escribir la vida del Diego había logrado una amistad con él.

Y también me di cuenta lo grande que era cuando Shaquille O´Neal, el gigante de Los Lakers me reprochó porque no le organicé un encuentro con el 10.

Me hice de Gimnasia desde que él agarró la dirección técnica. Y sí para algo sirvió la pandemia es para que no hubiera ninguna posibilidad de que Diego descendiera.

¿Quién en este país no se pone de pie y aplaude cuando ve los goles a los ingleses? Uno robándoles a los piratas. El otro, haciendo que hasta los mismos piratas se olviden del primer gol y aplaudan.

Y ¿quién no fue fanático del Nápoli, el equipo del Sur que hizo sucumbir a los grandes del Norte?.

Mientras escribo esto un amigo me manda una foto de Diego junto a Gonzalo Quesada en la entrega de los Premios Olimpia de 1999 y pienso que Diego tranquilamente podría haber sido un Puma, porque cuando se ponía la celeste y blanca para él no había obstáculo que no se pudiera superar.

Nos hizo campeones del mundo a todos los argentinos. Si, a todos, incluso a los hinchas de River, porque cuando uno anda por cualquier lugar del mundo y dice “Soy argentino”, la respuesta es “Maradona”.

¿Será verdad que se murió o simplemente nos hizo tragar un amague y desapareció para estar más tranquilo?

Hace poco, el mismo día que mi hermano había cumplido 60 años. Sigamos llorando pero estemos atentos. D10S nunca muere.

Guillermo Alonso (26/11/2020).