El recambio generacional llegó a los grandes festivales

Artistas como Wos, Louta, Duki o Marilina Bertoldi encabezan los line up mientras que las bandas que dominaron los últimos 25 años quedan algo relegadas

En los principales festivales de música empezó el recambio generacional. Las figuras y bandas que dominaron esos escenarios durante los últimos 25 años ya no aparecen como cabeza en los line up, aunque todavía en algunas zonas del país siguen teniendo peso de convocatoria. En los próximos eventos masivos programados en los grandes centros urbanos ( Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) las grillas muestran nombres que pueden sonar desconocidos para algunos.

En los festivales, al parecer, es el fin de los géneros puros como el rock, el pop o el reggae y, los artistas que encabezan, conjugan otros matices musicales de época con una fuerte impronta del hip hop. WosLoutaDukiEl KuelgueBándalos ChinosMarilina Bertoldi y Usted Señálemelo son algunos ejemplos de nuevos nombres. Quizá no hay una gran novedad artística o quiebre con lo anterior, pero la distancia parece focalizarse en lo generacional: ahora mandan los sub 40 y algunos casi sin discos editados.

Frente a esta escena aún está la vieja camada, quienes deben afrontar el desafío de adaptarse, porque si se arraigan demasiado al pasado corren el riesgo de desaparecer. Hace 24 años, Martín Alejandro Fabio se convirtió en el «Mono» de Kapanga (una banda que en las últimas décadas hizo de los festivales su ecosistema natural) confiesa: «Ojalá que el reggaeton no se perpetúe y que haya sido algo fugaz». Este artista de 50 años lamenta que el surgimiento de este estilo haya desplazado al rock. Su termómetro es lo que sucede en Bariloche durante los viajes de egresados: «Dejaron de pasar ‘Jijiji’ para pasar ‘El baile del cuadrado’. Cuando yo era chico se escuchaba música increíble: Los Abuelos de la Nada, Sumo… Me dan ganas de llorar». Y remata: «Hoy es de viejo tener una guitarra colgada».

Louta
Louta

Del otro lado generacional, Mateo Sujatovich, del grupo Conociendo Rusia, dice que la clave de un músico es que su proyecto «sea genuino y tenga buenas intenciones». Con Conociendo Rusia, lleva tan solo un año y medio tocando, pero fue suficiente para que se gane un lugar en el line up de los principales festivales, donde ya no es necesario tener una extensa discografía para salir a escena.

Desde muy pequeño, «el Ruso» trató de hacerse notar y buscar su propia insignia. Por eso, es el único guitarrista dentro de una familia de pianistas, entre los que se destaca su padre, Leo Sujatovich, quien tocaba junto a Luis Alberto Spinetta. Según el músico -que recientemente lanzó su segundo disco, Cabildo y Juramento-, la particularidad de su música es que se trata de «canciones con un formato clásico, cantadas con la voz de alguien de 28 años en los años 2000 y eso lo pone en un lugar de actualidad».

También del lado de las nuevas generaciones, Zoe (de la dupla Salvapantallas, que acaba de separarse tras un gran éxito) sostiene que se están consolidando nuevos referentes entre los chicos que sueñan con convertirse en artistas. Especialmente las artistas femeninas: «Hay mujeres que están pisando súper fuerte. Antes las había pero no se les daba el lugar y ahora, nos estamos animando a todo».

Chita
Chita

Los productores explican que hoy la clave a la hora de organizar un festival es poner el ojo en lo que sucede debajo del escenario con propuestas alternativas tanto desde lo artístico como desde lo gastronómico. De todos modos, la selección de qué artistas formarán parte del line up sigue siendo primordial. Por eso, van desde Babasónicos y Miranda hasta Wos, Louta y El Kuelgue. La idea no es sólo fusionar estilos, sino también generaciones.

El santafesino Esteban Sabbione está detrás de la organización del Harlem Festival, que se realizará en Santa Fe del 15 al 17 próximo. Para él, lo más destacable de esta generación es la camaradería que hay entre los artistas, que viven esta clase de eventos como «una especie de viaje de egresados». Y agrega: «En esta camada no hay peleas de ego y si las hay son comprendidas del otro lado. Hemos visto situaciones en las que algunas bandas que habían tocado tres veces en un festival sugerían darle el lugar a otra banda. Realmente conmueve porque entienden que hay otros que necesitan un lugar al que ellos ya han llegado y que también pueden tener otros lugares y les puede devolver el gesto».

Fuente: Manuela Parajuá, La Nación