Falleció el escritor español Carlos Ruiz Zafón

El autor de ‘La sombra del viento’ y «El juego del ángel» murió en Los Ángeles a los 55 años, luego de combatir un cáncer a lo largo de los dos últimos años.

El novelista barcelonés Carlos Ruiz Zafón falleció en su domicilio de Los Ángeles como consecuencia de un cáncer de colon. Ruiz Zafón, de 55 años, ha sido uno de los autores más leídos y admirados en todo el mundo en las dos primeras décadas del siglo XXI.

Había sentido los primeros síntomas en un viaje a Londres en enero de 2018 y quiso ser sometido a tratamiento en EE.UU., donde residía de forma habitual. El duro combate con la enfermedad se ha prolongado a lo largo de dos años.

Carlos Ruiz Zafón fallece en Los Ángeles a los 55 años
Carlos Ruiz Zafón, autor de ‘La sombra del viento’, en una imagen del año 2011 (Xavier Cervera)

Se había consagrado internacionalmente con La sombra del viento, aparecida en el año 2001, que con más de quince millones de ejemplares vendidos está considerada la novela española más difundida después del Quijote.

Tras arrancar en España como un fenómeno de ventas “boca a oreja”, su despegue internacional resultó fulminante después de que en Alemania encontrara seguidores tan destacados como el ministro de Relaciones Exteriores Joschka Fischer. La sombra del viento constituye un caso singular, uno de esos raros libros que llevan a la lectura a mucha gente que habitualmente no lee.

El escritor, durante la presentación de 'El laberinto de los espíritus' en el templo expiatorio del Tibidabo
El escritor, durante la presentación de ‘El laberinto de los espíritus’ en el templo expiatorio del Tibidabo (Kim Manresa)

Traducido a las principales lenguas, Ruiz Zafón se convirtió en superventas habitual con sus sucesivas obras en países como Italia, Estados Unidos, Australia o China. Estaba en posesión de premios como de la Fundación Lara, el del mejor libro extranjero publicado en Francia, “libro para recordar 2004” de la Biblioteca Pública de Nueva York o la Bjornson Orden of literary merit de Noruega. Libreros y bibliotecarios de todo las procedencias le han reconocido su influencia y aportación.

La sombra del viento constituye la primera entrega de la Tetralogía del Cementerio de los Libros Olvidados, espacio mítico supuestamente enclavado en el corazón del Raval, un gran laberinto de volúmenes olvidados, o que se hallan en peligro, o que nadie quiere leer.

El escritor se inspiró en unos almacenes de libros viejos que había visitado en las afueras de Los Angeles. Impresionado por sus dimensiones y su oscuridad polvorienta, decidió trasladar uno de ellos a su ciudad natal.

Las cuatro novelas de la tetralogía – siguieron El juego del ángel, 2008; El prisionero del cielo, 2011, y El laberinto de los espíritus, 2016, todas publicadas por editorial Planeta- configuran una compleja trama gótica ambientada en una Barcelona literaria y tenebrosa desde los inicios del siglo XX hasta la actualidad. Y proponen una gran reflexión sobre el papel del libro y la incidencia de la literatura popular justamente en un momento clave de revolución internacional de los hábitos y las tecnologías de la lectura.

Carlos Ruiz Zafón en Barcelona en 2016
Carlos Ruiz Zafón en Barcelona en 2016 (Pedro Madueño)

En su conjunto constituyen una monumental empresa narrativa de veinte años, rebosante de potencia, virtuosismo estructural, grandes personajes –Daniel Sempere, Fermín Romero de Torres, el atormentado Julián Carax, Nuria Monfort, Alicia Gris, la familia Aldaya-, atmósferas mágicas, perspectiva humanista, diálogos afilados, humor, amor a Barcelona y amor al libro.

El éxito internacional de estas narraciones dio pie a guías sobre la Barcelona de Ruiz Zafón –como la firmada por Sergi Doria- y a rutas literarias a través de sus escenarios, de la calle Arc del Teatre a la avenida del Tibidabo o el parque Güell.

De su carácter de clásico contemporáneo da una idea la iniciativa de la editorial Penguin USA, que en 2014 lanzó una serie especial y limitada de veintiséis “perennial classics” con cubiertas diseñadas por la artista Jessica Hische. Cada una reproducía la letra correspondiente al apellido de un autor. La A era para Jane Austen, la B para Charlotte Brönte, F para Flaubert, H para Hesse, J para Joyce, M para Melville, la P para Proust… Entre los pocos autores vivos, la I era para Ishiguro, la R para Rushdie y la Z, para Carlos Ruiz Zafón, del que se recuperaba, claro, La sombra del viento, en la traducción al inglés de Lucia Graves.

Dedicando  'El juego del ángel' en un día de Sant Jordi
Dedicando ‘El juego del ángel’ en un día de Sant Jordi (Marc Arias)

Carlos Ruiz Zafón es autor también de varias obras de literatura juvenil, escritas con anterioridad a La sombra del viento, que en la actualidad son de lectura obligatoria en centros de distintos países. Recogió las tres primeras (El príncipe de la niebla, El palacio de la medianoche Las luces de septiembre) bajo el epígrafe de La trilogía de la niebla, a la que sigue la novela Marina. En el volumen Barcelona Gothic, publicado por Libros de Vanguardia, recopiló algunos de sus relatos dispersos.

Nacido en Barcelona en 1964, el fallecido autor estudió en el colegio de los Jesuitas de Sarrià y empezó a escribir de adolescente. Su primera novela se la llevó al editor de Cien años de soledad, Francisco Porrúa, que no se la publicó pero le animó a seguir escribiendo.

Conduciendo  por Beverly Hills, Los Ángeles, en 2011
Conduciendo por Beverly Hills, Los Ángeles, en 2011 (Xavier Cervera)

Estudió Ciencias de la Información y trabajó después en importantes agencias de publicidad como Ogilvy o Tandem/BBDO. En 1993 gana el premio Edebé de literatura juvenil con El príncipe de la niebla y, atraído por el mundo del cine, decide instalarse en Los Ángeles, ciudad que en distintas épocas alterna con sus residencias en Barcelona y sus “tours” internacionales.

Casado con MariCarmen Bellver –con la que formaban “a nation of two”, según la dedicatoria que consta en El juego del ángel– Carlos Ruiz Zafón había perdido a sus padres y a su único hermano. Por su expreso deseo no habrá ceremonia de despedida ni en Los Angeles ni en Barcelona.

Fuente: La Vanguardia.