Falleció la reconocida mezzosoprano Teresa Berganza

Tenía 89 años y era oriunda de Madrid.. Paseó su voz por el Teatro Colón de Buenos Aires, la Scala de Milán, la Ópera de Viena, el Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York.

Teresa Berganza, mezzosoprano madrileña de fama internacional, murió a los 89 años, según confirmaron fuentes familiares.

Nacida en Madrid en 1933, Berganza paseó su voz por el teatro Colón de Buenos Aires, la Scala de Milán, la Ópera de Viena, el Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York. Su carrera fue un caso de éxito admirable. Se aferró a un repertorio relativamente corto en el que se esforzó «por ser la mejor». Y logró alargar su carrera desde los 20 hasta los 75 años. «Hay voces muy bonitas que a los seis o los 10 años se han acabado«, dijo Berganza en una entrevista publicada por EL MUNDO en 2017. «Hay que tener la cabeza muy bien puesta para no perderla. Aunque veas un teatro en pie aplaudiendo después de una representación no caer en el: ‘Hay que ver cómo soy, qué estupenda’».

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Muere Teresa Berganza a los 89 añosEL MUNDO

La historia de Berganza parecía hecha para la ópera. Su barrio, de niña, era las cercanías del Teatro Real de Madrid. Nació tres años de que empezara la Guerra, hija de un padre republicano y una mujer de derechas, de modo que le tocó formarse en la España precaria de los años 40. Estudió y sobresalió en el Conservatorio de su ciudad, perfeccionó sus clases de canto con la profesora Lola Rodríguez Aragón y debutó en 1955 en el Ateneo de Madrid, acompañada al piano por Gerardo Combáu. Su estreno como cantante de ópera espero hasta 1957 en el Festival de Aix-en-Provence, en el papel de la Dorabella de Cosi fan tutte. por el que ya fue aclamada.

Su éxito fue un milagro en la España aislada de esa época: en 1958 debutó en Milán; en 1959, en Viena; y en Londres, en 1964 en Nueva York y en 1968, en Buenos Aires. Su imagen era la de un personaje con talento para la autoparodia: bromista, teatral y, a la vez, extraordinariamente natural… «Balenciaga me dijo una vez que mientras me brillasen no me pusiera joyas. Pero no le hice mucho caso, porque me siguen brillando y me las sigo poniendo», dijo Berganza en 1997 en otra entrevista en EL MUNDO. La mezzo, en su infancia, tuvo un rapto místico, quiso ser monja y su padre la sacó del convento por las malas. Después, se casó dos veces, la segunda con un sacerdote que se divorció de ella y retomó los hábitos. Berganza lo contaba como una broma de esas que tiene la vida.

El nombre de Balenciaga, viejo héroe del siglo XX, da una medida de lo larga que ha sido la vida y la carrera de Berganza que también acompañó a Maria Callas. «Junto a ella interpreté en Dallas, con 23 años, la Medea de Cherubini. Ha sido la mujer más artista y profesional que he conocido. Siempre me trató como a una hermana pequeña, con mimo, con admiración». Callas tomó a la española como hermana menor y le transmitió una manera de abordar su oficio y de expresarse ante el mundo como diva y antidiva a la vez.

«Me empiezo a cansar, no se crea, que antes era incansable. Pero lo llevo bien», explicaba entonces la cantante, quien confesaba lo poco le gustaba cumplir años: «Se me han muerto tantos amigos… Cuando se llega a una edad como la mía, se mueren los mayores, naturalmente, pero los jóvenes también van faltando«, lamentaba.

«Siempre me he sentido muy querida. Canté durante 55 años, desde los 20 a los 75. Eso sí, disminuyendo progresivamente. Pero hubo un momento en que dije: ‘Esto se ha acabado’», confesaba Teresa Berganza en aquel encuentro.Más en El MundoTeresa Berganza, la diva a la que ni Karajan pudo callarEl drama de Ana Obregón dos años después de la muerte de su hijo y de su madre

«Nunca he cantado para mí; siempre lo he hecho para los demás», subrayaba. «La entrega es la generosidad del artista. Aunque salga de mí, lo hago para ese público concreto que me está escuchando. Tienes que hacerlos sentir algo, porque te estás dando. Si te guardas un poco, mal», afirmaba la mezzosoprano resumiendo su actitud como intérprete.

Antes de elegir el canto, Teresa Berganza estudió piano, armonía, música de cámara, composición, órgano y violonchelo.

LA DESPEDIDA DEL TEATRO COLÓN:

Con profundo pesar, el Teatro Colón despide a la legendaria mezzosoprano española Teresa Berganza quién ha fallecido en la Ciudad de Madrid a los 89 años.

Teresa Berganza, una de las voces más importantes del mundo, nació en la Capital de España. 

Su inmensa carrera profesional la ha llevado a actuar en los escenarios más relevantes del planeta como La Scala de Milán, la Ópera de Viena, el Covent Garden de Londres y  el Metropolitan de Nueva York. 

Entre sus presentaciones en el Teatro Colón, cabe mencionar su debut en la Temporada de 1967 con La Cenerentola, de Rossini, poniéndose en la piel de Angelina en una puesta en escena de Joachim Herz con escenografía y vestuario de Roberto Oswald. Ese mismo año también fue parte del elenco de Cosi fan tutte interpretando el rol de Dorabella. En 1969 cantó en La Clemenza di Tito y en El Barbero de Sevilla mientras que en le Temporada de 1970 lo hizo en Las Bodas de Fígaro y La Italiana en Argel.

Fue galardonada en varias oportunidades, destacándose el Premio Príncipe de Asturias de las artes en 1991.