Hace unos días Netflix estrenó la segunda temporada de Las películas que nos formaron. Ahora se sumaron Forrest Gump, Jurassic Park, Volver al futuro y Mujer bonita.
Son todos títulos que fueron un éxito en los años ’80 o ’90, que perduran en el tiempo y que cada uno sabrá cómo lo influenciaron.
Tom Hanks y Gary Sinise, el Teniente Dan en «Forrest Gump». Cómo le borraron las piernas amputadas. Foto Archivo Clarín
Pero Las películas que nos formaron no suele estar en el Top Ten entre las series más vistas de la plataforma de streaming, ni tampoco es que la van a encontrar apenas bajando el scroll.
Así que, a buscarla.
«Dirty Dancing». Tal vez el mejor episodio. Jennifer Gray y Patrick Swayze se odiaban. Foto Archivo Clarín
Difícil definirla como lo que la venden, una serie, porque en realidad es una serie pero de capítulos inconexos entre sí, salvo por lo que asegura su título con pompa y honor.
El esquema es el mismo que el de la temporada anterior. Con una edición llamativa, precisa y hasta humorística, elenco, técnicos, productores y a veces los directores repasan el éxito de tal o cual filme. Tienen anécdotas jugosas, muchas veces desconocidas (cómo Julia Roberts convenció a Richard Gere para que trabajara en Mujer bonita) y otras recontra sabidas (que Eric Stoltz filmó durante seis semanas como Marty McFly en Volver al futuro, hasta que lo reemplazó Michael J. Fox).
El vestido tostado de seda con lunares blancos se hizo de casualidad. Fue un boom, y ahora lo recrean Mango y Zara. Foto Archivo Clarín
Cada temporada tiene solamente cuatro episodios, que no llegan a la hora de duración. Y, como decía, pueden verse de manera independiente uno de otro, pero, siempre hay un pero, como algunos personajes, como técnicos de Industrial Light & Magic, o empresas productoras (Vestrom, que se dedicaba al VHS y le dio luz verde a Dirty Dancing cuando todos los estudios de Hollywood le dieron la espalda) y algún productor como Frank Pierce aparecen en más de un episodio, traten de verla de manera ordenada.
«Los Cazafantasmas». El único original fue Dan Aykroyd (al centro). Lo iban a acompañar John Belushi y Eddie Murphy… Foto Archivo Clarín
Claro, extraña que muchos protagonistas de las películas no aparezcan entrevistados (Spielberg, Richard Gere o Julia Roberts lo hacen desde entrevistas grabadas, ya emitidas) y sí figuran de la segunda línea (no están Tom Hanks ni Robin Wright hablando de Forrest Gump, pero sí Gary Sinise, el teniente Dan Taylor, que pierde las piernas, y quien tiene un costado, para muchos, desconocido), ni Bruce Willis en Duro de matar (pero sí Reginald VelJohnson, el policía que ayuda desde afuera del edificio a John McClane con una historia de vida fantástica).
No quiero spoilear más de lo que van a descubrir viendo Las películas que nos formaron.
Bruce Willis como John McClane. La gente se reía al verlo en el trailer de “Duro de matar”. ¡Y lo sacaron del afiche! Foto Archivo Clarín
Vayan algunos ejemplos.
Patrick Swayze, que así como baila en Dirty Dancing, arrastraba una grave lesión en su rodilla izquierda, y su compañera Jennifer Grey tenían tremenda química en el filme, pero no se podían ni ver por su paso en Amanecer rojo.
Macaulay Culkin y un gesto icónico de «Mi pobre angelito». Y no tenía que ser así… Foto Archivo Clarín
Cómo descubrieron a Macaulay Culkin para protagonizar Mi pobre angelito, Robert De Niro estuvo a punto de ser uno de los ladrones y cuáles eran los problemas que tenía Joe Pesci con el guion.
Quizá la más complicada, junto con Dirty Dancing, para llegar a buen puerto haya sido Los Cazafantasmas. Desde los cambios en el elenco (John Belushi falleció, Eddie Murphy no quedó, ¿Bill Murray aparecería al comienzo del rodaje?), los efectos que nadie sabía cómo serían, las peleas por conseguir los derechos del título.
«Jurassic Park», y un dinosaurio de un solo lado. Del otro, lo movían titiriteros. Foto Archivo Clarín
Y si hay muchas improvisaciones en Los Cazafantasmas, esperen a ver cómo se filmó Mujer bonita, cuyo guion cambió radicalmente.
Está el recuerdo y el sentido homenaje para quienes participaron de los filmes, y ya no están, y queda la puerta abierta, claro, a ver más y más películas que tal vez no “nos hicieron», como dice el título en su original, pero sí las disfrutamos permanentemente.
Fuente: Clarín