Hallan diamantes que revelan secretos de la estructura original de la Tierra

Fueron encontrados en Brasil. Provienen de una zona profunda de la Tierra y podrían aportar datos sobre cómo se formó el planeta. Los diamantes están ocultos a 410 kilómetros en el manto de la Tierra, en algún lugar entre la corteza y el núcleo

En sus inicios, la Tierra tuvo un aspecto muy diferente al que muestra en la actualidad. Hace 4.500 millones de años era una bola incandescente que lentamente se fue enfriando para dar paso a la vida. Pero todavía faltan varias piezas de este rompecabezas geológico. Ahora un grupo de investigadores halló en Brasil un yacimiento de diamantes que guarda información sobre la capa primordial del planeta y abre una ventana a la tumultuosa etapa en la que se forjó y evolucionó el planeta.

El hallazgo de estos diamantes -que podría tener la misma antigüedad de la Luna y que salieron a la superficie tras una violenta erupción volcánica en el área de Juina, Brasil- proporciona indicios sobre los depósitos químicos en el interior de la Tierra y juegan un papel crítico en la definición de modelos de la estructura terrestre.

El depósito de diamantes no se ha podido observar directamente, sino a través de los rastros geoquímicos

El depósito de diamantes no se ha podido observar directamente, sino a través de los rastros geoquímicos

La mayor parte de la corteza que recubre el planeta es relativamente nueva, apenas unos pocos cientos de millones de años. Hasta la fecha, los geólogos no lograron determinar con exactitud el momento en el que nuestro mundo, a muy altas temperaturas y formada aún por un océano de magma, comenzó a enfriarse y a formar las primeras rocas.

Lo asombroso es que, en algún punto entre la corteza y el núcleo, parte de las estructuras original de la Tierra se conserva intacta, pese a la intensa actividad geológica que sacude al planeta desde hace 4 mil millones de años. Y si bien no se pudo verificar en forma directa, se logró a través de los rastros geoquímicos de un yacimiento de diamantes superprofundos, enterrados a 410 kilómetros bajo el nivel del mar.

Los diamantes son átomos puros de carbono que, bajo condiciones de presión y temperatura extremas, se forman entre 150 y 230 kilómetros bajo la corteza terrestre. Mientras que los llamados superprofundos, creados entre 230 y 800 kilómetros, son considerados «cápsulas de tiempo» únicas para estudiar la Tierra primitiva.

Estos diamantes, analizados por Suzette Timmerman en la Universidad Nacional de Australia, contienen altos niveles helio-3, un isótopo producido por el Sol que es poco frecuente en la Tierra, ya que la atmósfera y el campo magnético lo rechazan. Los investigadores esperan determinar la ubicación y el tamaño de la roca primordial preservada, que suministró el helio-3 ahora atrapado en estos diamantes.

“Este mineral es un geo barómetro que te permite saber a qué profundidad estuvieron. Los diamantes, imagino, al estar en lo profundo de la tierra, preservan parte de ese helio, que conserva información sobre la antigua corteza y que de otra manera se hubiera perdido ”, indica Pablo Pazos, geólogo del Instituto de Estudios Andinos Don Pablo Groeber (IDEAN), investigador del CONICET.

Vista de los diamantes hallados en Juina, a través del microscopio electrónico, Crédito: Suzette Timmerman.

Vista de los diamantes hallados en Juina, a través del microscopio electrónico, Crédito: Suzette Timmerman.

Esto sugiere que los cristales se formaron sobre un remanente de la roca original de la Tierra, dice Timmerman. A medida que se fueron modelando, encapsularon parte del antiguo helio-3 que se difunde lentamente hacia arriba desde esta roca primordial.

“El problema es que, aunque estos basaltos salen a la superficie, solo logramos tener un vistazo de su historia. No sabemos mucho sobre el manto de donde provienen sus masas fundidas», advirtió Timmerman.

Los diamantes también contienen un mineral llamado breyita que se forma a presiones ultra altas, lo que sugiere que se originaron entre 410 y 660 kilómetros bajo tierra. Esto significa que la roca primordial debe ser más profunda que al menos 410 kilómetros, da a entender Timmerman.

La primera prueba sobre la existencia de esta roca primordial ocurrió diez años atrás, cuando se halló un pequeño fragmento de un mineral llamado circón, extraído de un afloramiento rocoso en Jack Hills, en Australia.

La investigación demostró que los circones se formaron solo 100 millones años después de que un cuerpo celeste de tamaño de Marte chocara con la Tierra y creara la Luna. Lo que sustenta la hipótesis de que hace unos 750 millones de años, la Tierra se enfrió lo suficiente para que se formara la actual corteza y surgieran los océanos de agua líquida y posteriormente, la vida.

Fuente: Clarín