La RAE no está tratando el uso del pronombre «elle»

«Nunca nadie jamás ha inventado un pronombre. Nadie puede hacerlo», dijo uno de los académicos. La confusión nació de las consultas en un «Observatorio».

«Aunque sean palabras cortitas, son palabras mayores», dijo a LA NACIÓN un prestigioso académico de la Real Academia Española (RAE) sobre la noticia que ayer fue malinterpretada, una información que algunos aplaudieron, otros rechazaron, y, en las dos orillas, causó una gran sorpresa. La incorporación del pronombre «elle» al acervo lingüístico español no está siendo estudiada por la institución.

La RAE estrenó un nuevo portal esta semana que cuenta con varias novedades, entre ellas un Observatorio de Palabras. Es aquí, en esta última opción, donde surgió la confusión. Este menú, gestionado por el equipo de lingüistas de la Academia, ofrece información sobre términos y expresiones que por el momento no aparecen en el diccionario, pero que han generado dudas a los hablantes: neologismos recientes, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, etc. Entre otras voces señaladas por este Observatorio, aparece «elle». En esta entrada, el Observatorio apunta: «Pronombre de uso no generalizado creado para aludir a quienes puedan no sentirse identificados con ninguno de los dos géneros tradicionalmente existentes».

Fuentes de la RAE expresaron a LA NACION, destacando el carácter no vinculante de esta incorporación, que «esta información es provisional, pues no está contemplada aún en las obras académicas, por lo que puede verse modificada en el futuro. La presencia de un término en este observatorio no implica que la RAE acepte su uso».

«Nunca nadie jamás ha inventado un pronombre. Nadie puede hacerlo. Ni la Academia, ni las feministas, ni los no binarios, nadie. Una cosa son los neologismos léxicos, por composición, por derivación, por apócope –porfa, por ejemplo-, los anglicismos-influencer-, los galicismos. Pero el pronombre es otra cosa. Me aparece peligrosa esta confusión. Los usuarios no distinguen lo que está bien, de lo que podría estar bien y de lo que todavía no lo está», agregó el académico de número quien, como otros colegas, no sabía de la existencia de un Observatorio de Palabras, de reciente creación.

En enero último la RAE convocó a los periodistas en su sede frente al Museo del Prado para exponer su posición frente a algunas acusaciones de sexismo y para presentar un informe sobre el lenguaje inclusivo en idioma español: «Nuestra institución se halla en un proceso de renovación, lenta pero irreversible, en el que la mujer asumirá cuantitativa y cualitativamente un papel más relevante», exponía el documento y explícitamente repudiaba y se declaraba «totalmente contraria a cualquier tipo de sexismo, ya sea de mujeres o de miembros del colectivo LGTBI».

La lengua es un caldero y un organismo vivo, actualmente atravesada por el impacto de las redes sociales. En el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), celebrado el año pasado en Córdoba, el lenguaje inclusivo fue uno de los temas, quizá el más polémico y el más explorado, en este encuentro.

De este modo, queda rectificada la información que algunos festejaron ayer. «Nadie tiene facultades para innovar en una palabra gramatical. Las llamadas palabras gramaticales son muy especiales. No aparece una nueva desde la Edad Media» agregaba el académico. Mañana, como todos los jueves, cuando los académicos se reúnan -telemáticamente, a causa de la pandemia- en la sesión semanal, sin lugar a dudas, este tema será el protagonista de este encuentro.

Fuente: Laura Ventura, La Nación