Murió Gal Costa, un símbolo de la música popular brasileña

MIRÁ LOS VIDEOS DE SUS GRANDES ÉXITOS. La popular cantante de Salvador de Bahía tenía 77 años.

La cantante brasileña Gal Costa murió este miércoles a los 77 años, según confirmó a la red O Globo su representante. En los últimos meses debió cancelar presentaciones por su estado de salud luego de ser sometida a la cirugía para retirar un nódulo en la fosa nasal derecha. 

Gal Costa vuelve a la Argentina

Maria da Graça Costa Penna Burgos -tal su verdadero nombre- había nacido en Salvador de Bahía en septiembre de 1945 y fue una de las máximas estrellas de la llamada Música Popular Brasileña (MPB), uno de los géneros más importantes del país junto a la bossa nova.

Luego de un freno en sus shows durante la pandemia por coronavirusGal Costa había reiniciado su vida sobre los escenarios brasileños con gran éxito hasta que una operación detuvo ese proceso. Pero además de esa gira por Brasil, la cantante estaba preparando una serie de conciertos por Europa en noviembre, que debió cancelarse por la operación.

Gal Costa

Gal Costa

Gal Costa, referente ineludible de la música popular brasileña

La cantante brasileña Gal Costa, una de las más importantes voces de la Música Popular Brasileña (MPB), falleció a los 77 años por causas que aún se desconocen, según confirmaron medios de comunicación de su país.

La última noticia de la artista que habían difundido los medios brasileños fue hace tres semanas, cuando avisó que debía cancelar su show en la primera edición del Primavera Sound en Brasil, este pasado fin de semana en San Pablo, para recuperarse de una cirugía en la que le habían extirpado un bulto en una cavidad nasal.

La noticia de su fallecimiento sacudió el ámbito cultural y político de su país. El electo presidente Lula da Silva escribió en su cuenta de Twitter acompañado de una foto juntos: “Fue una de las más grandes cantantes del mundo, una de nuestras principales artistas para llevar el nombre y los sonidos de Brasil a todo el planeta. Su talento, técnica y audacia enriquecieron y renovaron nuestra cultura, formaron y marcaron la vida de millones de brasileños”.

Y agregó: “El país que Gal Costa cantaba para mostrar su cara, pierde hoy una de sus grandes voces. Pero el legado, el trabajo, el recuerdo y las canciones serán eternos como tu nombre Gal”.

En tanto, la expresidenta brasileña, Dilma Rousseff, se hizo eco de la noticia desde su cuenta al considerar: “Brasil pierde hoy a una de las más grandes cantantes de nuestra historia”: “A lo largo de su carrera, su canto fue expresión viva de la cultura del pueblo brasileño y marcó profundamente al país. Ella ha hecho de su alegría y su encanto un refugio para los días claros y oscuros durante cinco décadas. Es una gigante de MPB”.

Por su parte, el cantante, compositor y guitarrista brasileño Gilberto Gil fue de los primeros en reaccionar en redes, con el mensaje: “Muy triste e impactado por la muerte de mi hermana”.

Nacida en 1945 bajo el nombre de Maria da Graça Costa Penna Burgos en Salvador, Bahía, su madre siempre la alentó a escuchar y seguir una carrera en la música.

De joven conoció la obra de Joao Gilberto mientras trabajaba en una tienda de discos y poco después, a principios de la década de 1960, le presentaron a Caetano Veloso, con quien mantendría un vínculo personal y artístico que duraría toda la vida.

Su carrera, que se extendió durante 57 años, comenzó en 1965 cuando interpretó temas inéditos de Caetano Veloso y Gilberto Gil. Todavía era Maria da Graça cuando lanzó «Eu vim da Bahia», la samba de Gil sobre los orígenes de la cantante y compositora.

Después, siendo aún muy joven, junto a Caetano, Gil y Maria Bethania integró el mítico grupo Doces Bárbaros, responsable de un cancionero de música popular brasileña de la década de 1970.

Tenía poco más de 20 años cuando participó en el álbum «Tropicália: ou Panis et Circensis», piedra fundamental del movimiento tropicalista que revolucionó la música popular brasileña.

Desde entonces, su voz se volvió cada vez más popular con canciones como «Modinha para Gabriela», «Folhetim» de Chico Buarque y «Paula e Bebeto» de Milton Nascimento y Caetano.

Fue en esta etapa que su voz se incorporó más al mainstream. En 1981, con “Fantasía” alcanzó el éxito radial con el tema “Festa no Interior”, de Moraes Moreira y Abel Silva.

Durante las décadas del ‘80 y ’90 siguió grabando discos, muchos de los cuales fueron éxitos comerciales como “Baby Gal”, “Profana”, «Bem bom» y “Lua de mel Como o diabo gosta”,»Plural»,y el «Acústico MTV».

En 2011, con el álbum “Recanto”, compuesto y producido por Caetano, Gal se reinventó nuevamente con un repertorio con música electrónica y funk carioca.

Después de la pandemia, estuvo de gira con el espectáculo “Los diversos extremos de una estrella” en el que revisaba el popular cancionero MPB. Además de la gira por Brasil, tenía programada todavía una gira por Europa para noviembre.

Gal Costa: la partida de una artista bandera contra lo instituido

Gal Costa, figura fundamental de la Música Popular Brasileña (MPB) y también símbolo de mujer potente capaz de desafiar con la belleza de su voz y su figura, murió hoy a los 77 años dando el paso final de una trayectoria condenada a la leyenda.

Parte de un Olimpo generacional y creativo de la canción que también integran Caetano Veloso, Gilberto Gil y María Bethania, entre las más relevantes presencias, ese elenco logró consolidar una obra novedosa y genial que de las partituras a los instrumentos estalló en sus voces y fue defendida con los cuerpos.

Se trató de un colectivo estético que puso en acto un cancionero propio y diverso que en principio se inscribió en el Tropicalismo (un movimiento que se expresó entre 1967 y 1969) y luego continuó regenerándose en contra -y muy a pesar- de las dictaduras militares que asolaban a Brasil y a gran parte del continente.

En ese abanico artístico capaz de abrevar en el samba y el bossa nova sin renunciar a otras expresiones, Gal fue una voz estupenda pero también un emblema de mujer capaz de exhibir las que en su tiempo se presentaron como 2las piernas más bellas del mundo» no ya como atributo físico sino como un reto al poder instituido.

Desde ese cuerpo en acción, la artista bahiana nacida el 26 de septiembre de 1945, fue una intérprete que usó el escenario como hábitat, como bandera y como manifiesto para combatir con un solo gesto la censura y la pacatería, mientras algunos de sus colegas padecían el exilio.

«Hoy veo todo lo que hice en el pasado, exponiendo el cuerpo, las piernas, metiéndome con todo lo que estaba prohibido en las cabezas de la gente, por el Gobierno. Lo hice con espontaneidad y cierta ingenuidad. Fui espontáneamente libre. Veo elegancia y pureza en estas imágenes mías», reflexionó un año y medio atrás durante un reportaje con el diario El País, de España.

Sin todavía datos precisos acerca las causas de su fallecimiento, medios locales especularon con la cirugía a la que se sometió tres semanas atrás para extirparse un bulto de la cavidad nasal como posible razón de la muerte, aunque de momento esa intervención si fue el motivo que la privó de ser una de las animadoras del desembarco en San Pablo del festival internacional Primavera Sound.

La invitación a ser parte de ese nutrido y diverso staff dio cuenta en tiempo actual de la vigencia de una artista que se lanzó profesionalmente a los tablados en 1965, contando para ello con el aval e impulso de su madre.

De joven conoció la obra de Joao Gilberto mientras trabajaba en una tienda de discos y poco después, a principios de la década de 1960, le presentaron a Caetano Veloso, con quien mantendría un vínculo personal y artístico que duraría toda la vida.

Su carrera, que se extendió durante 57 años, comenzó con la interpretación de temas inéditos de sus contemporáneos Caetano Veloso y Gilberto Gil. Todavía era Maria da Graça cuando lanzó «Eu vim da Bahia», la samba de Gil sobre los orígenes de la cantante y compositora.

Después, siendo aún muy joven, junto a Caetano, Gil y Bethania integró el mítico grupo Doces Bárbaros, responsable de un cancionero de música popular brasileña de la década de 1970.

Tenía poco más de 20 años cuando participó en el álbum «Tropicália: ou Panis et Circensis», piedra fundamental del movimiento tropicalista que revolucionó aquella movilizada escena.

Desde entonces, su voz se volvió cada vez más popular con canciones como «Modinha para Gabriela», «Folhetim» de Chico Buarque y «Paula e Bebeto» de Milton Nascimento y Caetano.

Fue en esta etapa que su voz se incorporó más al mainstream. En 1981, con “Fantasía” alcanzó el éxito radial con el tema “Festa no Interior”, de Moraes Moreira y Abel Silva.

Durante las décadas del ‘80 y ’90 siguió grabando discos, muchos de los cuales fueron éxitos comerciales como «Baby Gal», «Profana», «Bem bom» y «Lua de mel Como» o «Diabo gosta»,»Plural» y el «Acústico MTV».

En 2011, con el álbum «Recanto», compuesto y producido por Caetano, Gal se reinventó nuevamente con un repertorio con música electrónica y funk carioca.

Y ese año, además, se hizo acreedora al Grammy Latino por el conjunto de una obra que abrevó en las tradiciones y novedades sonoras de su país sin descuidar tampoco otros géneros planetarios como el jazz y el rock.

Después de la pandemia, estuvo de gira con el espectáculo «Los diversos extremos de una estrella» en el que revisaba el popular cancionero MPB. Además de la gira por Brasil, tenía programado un tour por Europa para noviembre.