Murió Irrfan Khan, actor indio de «Quién quiere ser millonario» y «La vida de Pi»

MIRÁ LOS TRÁILERS. Tenia 53 años. El actor Irrfan Khan, conocido por sus papeles en Slumdog Millionaire y Jurassic World, ha muerto este miércoles a los 53 años

Irrfan Kahn fue Pi. Y sólo por ello su muerte, tal y como se anunció el miércoles, resulta aún más contradictoria que sólo la muerte. En la película, el actor indio nacido en 1967 en Jaipur, en el centro del bello e inquietante Rajasthan, daba vida a Pi, pero ya mayor y convertido en un hombre. Él era el que contaba su historia de joven en un bucle casi infinito. Ang Lee, él era el director, relataba en ella el cuento de un naufragio. En sentido literal y figurado. Adaptaba la célebre novela de Yann Martel que desde su publicación en 2001 ha vivido un permanente acoso cinematográfico. El libro cuenta los infortunios de un chaval, él mismo, solo (o casi) en una barca en medio del océano. A su lado, un tigre de bengala. Tan absurdo.

Eso sobre el papel. En realidad, toda la cinta no era otra cosa que una de las más cuidadas, envolventes, serias y emotivas reflexiones que ha dado el cine contemporáneo sobre, precisamente, la propia posibilidad de la narración. Lo que en un tono entre la fábula y la ensoñación acertaba a contar Irrfan Kahn en ‘La vida de Pi’ era algo tan elemental de que somos lo que somos en virtud precisamente del relato que acertamos a elaborar de esa extraña sensación dura que es la propia existencia. Tan grave como suena. Y en este relato, Irrfan Kahn era la voz; una voz que justo al final de la película, en un giro milagroso, proponía al espectador la relectura completa de la película, pero con otro sentido. De repente, todo vuelve a empezar. Como en el cuento de Cortázar ‘La noche boca arriba’ también aquí había dos historias discurriendo a la vez; dos relatos que se necesitan, se niegan y se sueñan el uno al otro. Un hombre que viaja en moto sufre un accidente, imaginaba Cortázar, y en el duermevela del ‘shock‘ se imagina dentro de una civilización antigua. O al revés. Un hombre se imagina, en la película, compañero de un tigre y en mitad de la nada también se ve completamente solo. Los dos cuentos son verdad con la misma claridad con la que mienten. Sólo la propia posibilidad de ser una narración les da sentido, les hace reales, que no verdad. O sí. Y en medio, la voz; la voz de cualquier narrador, la voz de Irrfan Kahn atrapada entre la vida y la muerte para siempre. Eterna por mortal. Y al revés.

La biografía oficial coloca su logro mundial más famoso en ‘Slumdog millionaire’, de Danny Boyle. Y a su modo, es justo que así sea. No en balde, el director británico hacía coincidir en su melodrama ocho veces premiado en la ceremonia de los Oscar de 2008 las tradiciones de un lado y otro, del Hollywood más evidente con el Bollywood más vistoso. Y es ahí, de nuevo en medio, donde se colocó la voz y la carrera entera de Irrfan Kahn.

Él fue una estrella popular de esa película mil veces repetida que soporta la industria entera del cine indio y una estrella minoritaria del lado de Occidente. Debutó en ‘Salaam Bombay!‘, de Mira Nair, en 1988 y eso, de alguna manera, marcó todo lo que vino después. En efecto, también la primera película de la directora fue antes un éxito en Cannes y en la taquilla europea que en su país origen. Y también estuvo nominada al Oscar.

Sus ojos enormes y siempre atravesados por la inquietud y la duda (y hasta la crueldad) hicieron de él un perfecto villano. La parte menor conocida por aquí de su trabajo la componen largometrajes tan populares allí como irrenunciables en cualquier lado. Títulos como ‘Maqbool‘ (2004), ‘Life in a Metro‘ (2007), la biografía del atleta Paan Singh Tomar (2011), Piku (2015) o ‘Hindi Medium’ (2017) son sólo una parte del inmenso iceberg que soporta la otra parte, la visible por estos predios. Y aquí, además de las citadas ‘La vida de Pi’ o ‘Slumdog Millionaire‘, destacan sus colaboraciones en ‘The Warrior‘ (2001, el debut de Asif Kapadia; ‘The Namesake’ (2006), de Mira Nair de nuevo; ‘Viaje a Darjeeling’ (2007), de Wes Anderson; la antología ‘New York, I love you‘ (2009); ‘The amazing Spider-man‘ (2012); Jurassic World (2015), o ‘Inferno‘ (2016), sobre la saga ideada por Dan Brown.

El miércoles moría a los 53 años Irrfan Kahn aquejado de un cáncer que le fue diagnosticado en 2018. Dos meses después de descubierta la enfermedad, el actor hizo pública una carta en la que reflexionaba sobre la intensidad dolor del tratamiento por culpa del tratamiento y la incertidumbre de la propia vida. Como en ‘La vida de Pi’, al final todo vuelve a empezar. Y ahora quizá cada página de todo lo leído es ahora distinta y se impone volver a leer desde el principio. Contemplado el último fotograma, ‘La vida de Pi‘ vuelve a contarse. Y así, una y otra vez, consciente de que sólo nos queda la belleza del necesario fracaso de todo esto. «En la mentira infinita de ese sueño…», que diría Cortázar.

Fuente: El Mundo