Óperas primas para descubrir y disfrutar en el Festival de Cine de Mar del Plata

MIRÁ LOS TRÁILERS. El gran encuentro de cinéfilo de la región presenta una decena de debuts, con una fuerte presencia de directoras. Un repaso por algunos de los estrenos más destacados en diálogo con sus realizadores

Óperas primas para descubrir y disfrutar en el Festival de Mar del Plata

El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata -esta vez online, gratuito y accesible para todo el país- es una oportunidad para encontrar producciones nacionales e internacionales de calidad y constituye, además, una primera pantalla para directores y directoras noveles. En esta 35º edición, hay una decena de óperas primas que vale la pena descubrir, cuatro de las cuales están dirigidas y protagonizadas por mujeres.

Mamá, mamá, mamá, de la argentina Sol Berruezo Pichon-Rivière, es una de ellas. “Estoy muy emocionada de formar parte de la curaduría de un festival tan prestigioso”, dice la directora a Infobae Cultura. La película presenta la historia de Cleo, una niña de doce años que afronta una pérdida, y es acompañada por sus primas -Nerina, Manuela y Leoncia- mientras su tía intenta consolar a su madre. En ese trasfondo, cada una de las niñas refleja distintas etapas de la madurez femenina: Nerina busca atraer al primer hombre que ve cerca, Cleo tiene su primera menstruación, Manuela se pregunta cómo es un primer beso y Leoncia mantiene la picardía y la inocencia de la niñez.

“Mamá… propone un punto de vista distinto, ver otras facetas de la infancia que a veces son tabú, como la tristeza. La película retrata puntualmente el pasaje de la infancia a la adolescencia, pero en el mundo femenino”, señala Berruezo, cuya cinta ganó el primer premio del concurso ópera prima del INCAA y la mención especial del jurado internacional en la sección Generation Kplus del Festival de Berlín.

No solo el elenco está solo integrado por mujeres, sino también el equipo de rodaje. Lo explica la directora: “Como la idea era contar la intimidad de una niña, me pareció una linda decisión artística que fuera un set de mujeres, sobre todo para cuidar a las actrices, y como una forma de demostrar que es posible cubrir todos los roles con mujeres y que es necesario incorporar la mirada femenina en el cine”.

La competencia internacional lleva otras tres producciones cuyas directoras y protagonistas son mujeres, todas ellas con matices autobiográficos. Son Sophie Jones, de Jessie BarrSeize printemps, de Suzanne Lindon, y Moving on, de Dan-bi Yoon. Esta última forma parte del boom del cine coreano y está basada en la vida familiar de la joven cineasta, cuando de chica debió mudarse con su papá y su hermano a la casa de su abuelo tras el divorcio de sus padres.

Sophie Jones, protagonizada por Jessica Barr, prima de la realizadora, trata sobre una adolescente, su despertar sexual y el duelo por la muerte de su madre. Sophie es tan tímida como caprichosa, tiene una voz irritante y encuentra en el sexo una forma de seguir adelante. Pero su personalidad se forma y se deforma y, en el camino de experimentar, empieza a ser juzgada por su entorno y a perder amigas y amigos.

La película es autorreferencial por partida doble. “Perdí a mi padre por cáncer cuando tenía 16 años, que es la misma edad que tenía mi prima Jessica cuando perdió a su madre. Mi prima y yo llevamos el nombre de nuestra bisabuela. Compartimos el nombre y la pérdida de un padre a la misma edad -indica la directora, nacida en Los Ángeles, a Infobae Cultura-. Empezamos a escribir juntas el guion que se convertiría en Sophie Jones. Hacer esta película fue una forma de convertir nuestro dolor en arte y en esperanza”.

Sophie Jones

Sophie Jones

Con una trama distinta, pero en una línea similar, Seize printemps tiene a su propia directora -incluso con su nombre- en el papel de Suzanne, una adolescente parisina que se enamora de Raphaël, actor de teatro veinte años más grande que ella, al que conoce en el camino entre su casa y la escuela. Centrada en la fascinación del primer amor y la incertidumbre que eso mismo genera, la cinta formó parte de la Selección Oficial del Festival de Cannes. Tras su proyección, la crítica francesa fue unánime: la sensibilidad, la cadencia y la estética de la primera película de Lindon recuerdan a lo mejor del mítico François Truffaut.

“Tenía 15 años cuando empecé a escribir el guion. Realmente quería actuar, pero era muy tímida para decirlo, porque mis padres son actores (Vincent Lindon Sandrine Kiberlain) y necesitaba sentirme legitimada. Así que tuve la idea de escribir mi propio rol. Durante la adolescencia, vivía más en mis fantasías que en la realidad, estaba un poco aburrida de la gente de mi edad y quería enamorarme. Esos sentimientos y el deseo de convertirme en actriz me inspiraron para esta película”, relata Lindon, de tan solo 20 años.

Y concluye: “Es un film muy personal que en realidad es universal. Escribí sobre lo que conocía, pero al fin y al cabo estoy contando la historia de una joven que descubre el aburrimiento y el amor. Y estos sentimientos conciernen a todo el mundo. Al público argentino, me gustaría contarle que esta es mi manera de representar la vida adolescente parisina y espero que, dados los tiempos difíciles que estamos atravesando, les sirva para ver imágenes distintas y escapar de esta dura realidad”.

Martín Sappia es otro de los directores que debuta en esta edición del festival. Para su primer trabajo, Un cuerpo estalló en mil pedazos, eligió enfocarse en el arquitecto, actor y artista cordobés Jorge Bonino, quien formó parte de la generación del Di Tella y de quien, sin embargo, quedan pocos registros tras su muerte en 1990. “Me sedujo el fantasma que envuelve a su personaje”, explica Sappia y aclara: “La película es un intento de ir tras los rastros, los fulgores de Jorge Bonino. Me gustaría que sea leída como un viaje con más preguntas que respuestas, no fue pensada como una biografía”.

El festival fue la primera oportunidad que tuvo el film de encontrarse con el público, si bien fue de manera virtual. “Estrenar en Mar del Plata es muy importante. Es un festival que en los últimos diez años ha consolidado una programación y una manera de ver el cine con la que me siento muy próximo. Ser parte de esa programación con mi primera película es una alegría muy grande, aunque falten la sala, el sonido, la pantalla, la gente, las butacas, la tensión, el silencio, el bullicio, las risas o las huidas de los espectadores cuando algo no les gusta”, dice. Tanto Sappia como Sol Berruezo participan de la competencia argentina.

Dentro de la competencia latinoamericana, se encuentra la ópera prima del uruguayo Alex Piperno, Chico ventana también quisiera tener un submarino, que también pasó por la Berlinale de este año. El film presenta tres escenarios realistas: un crucero en la Patagonia, el departamento de una mujer y la selva de las Filipinas. Pero incorpora elementos que escapan de todo sentido y explicación plausible, empezando por una puerta mágica en el crucero con la que el protagonista puede cambiar de locación.

La idea surgió en las idas y vueltas en buque entre Montevideo y Buenos Aires, donde vive desde hace 15 años, cuando vio una escena que le llamó la atención: un hombre y una mujer en extremos opuestos del barco se levantaron a la vez y se perdieron en el fondo. “En el origen de la película, estaba la sensación de que el barco podía unir infinitos mundos por vías fantásticas”, afirma Piperno a Infobae Cultura.

“Si Montevideo era un lugar cercano y distante, la conexión con un territorio en las antípodas era la radicalización de ese procedimiento. Los personajes de esos lugares cercanos y distantes tendrían que encontrarse y el mundo darse vuelta como una media. La película no trata estos elementos fantásticos como excepcionales, sino más bien que los integra a la realidad orgánica del universo del film, así como los personajes también lo hacen”.

En ese sentido, a Piperno, le interesaba explorar la posibilidad que ofrece el cine de devolverle el misterio al mundo y la capacidad de no entender al espectador: “Hay un éxtasis en el cine que tiene que ver con atestiguar un mundo cuya lógica nos resulta imposible”.

La 35º edición del Festival de Cine de Mar del Plata continúa hasta el domingo 29 de noviembre y cuenta con un catálogo de más de cien películas. Para acceder a la programación, es necesario registrarse en la página del festival y reservar la entrada a la sala virtual, compatible con los navegadores Edge (Internet Explorer) y Safari. La oferta se renueva a las diez de la mañana de cada día y las películas estarán disponibles durante 72 horas desde el momento de su publicación.

Fuente: Infobae