¿Qué significa Economía Naranja y en qué beneficia a los artistas?

Economía Naranja: un concepto a nivel global que toma fuerza en la Provincia de Buenos Aires a través de un proyecto de ley.

A través de su proyecto de Ley “Artistas por su Nombre”, la legisladora del Frente de Todos Ayelén Rasquetti hace un aporte para que en Argentina, y particularmente en provincia de Buenos Aires, se empiece a trabajar el concepto de Economía Naranja, que apunta al crecimiento y desarrollo de la industria cultural y la industria creativa como motor de las economías regionales, la generación de empleo y la inserción laboral de las y los jóvenes.

“La economía naranja o economía creativa, es un concepto que nació en Latinoamérica para impulsar a la cultura y la creatividad como generadores de riqueza y convertir al talento en motor del crecimiento económico” explicó Rasquetti, y agregó que “también se destaca por la generación de empleo y la exportación de talento y productos a nivel mundial. Tenemos un Gobernador que cree fuertemente en la cultura, y lo ha demostrado con la creación del Instituto Cultural. Y en nuestra Provincia tenemos una abundancia de capital humano creativo al que debemos darle el apoyo necesario para que desarrolle todo su potencial. Nuestro proyecto de Artistas por su Nombre, es un pequeño aporte a eso y el puntapié de un trabajo más grande que queremos llevar a cabo en ese sentido”.

El proyecto de ley que impulsa la legisladora de Cañuelas surge como respuesta a la necesidad de diversos artistas de la Provincia para ser llamados por su nombre o seudónimo en cada una de sus presentaciones, y tiene como objetivo fomentar, promocionar, apoyar y publicitar la participación de artistas locales en espectáculos organizados por gobiernos locales, provinciales, nacionales y producciones privadas, dentro del territorio de la provincia de Buenos Aires.

“Cada artista es su propia marca, y a partir de esa marca realizan sus trabajos y reciben la remuneración correspondiente” comenzó explicando la diputada del Frente Renovador, y enfatizó en que “tanto músicos, como artistas plásticos, poetas, cantores, actores, bailarines y demás artistas locales son convocados a participar de los eventos, festivales, encuentros culturales y demás instancias que se desarrollan en cada lugar, en donde mayormente son promocionados y nombrados de manera general como artistas locales, y eso es lo que pretendemos cambiar con este proyecto”.

En sus primeros artículos, el proyecto precisa que “A los fines de la presente Ley se entiende por artista local a toda persona que se desarrolle en las siguientes artes: musicales, plásticas, líricas, teatrales, y demás agentes de expresiones artísticas. Los artistas locales deberán ser anunciados por el nombre completo, marca o seudónimo artístico elegido, dándosele la publicidad para todo evento local en el que participen”. También propone penalizaciones económicas a quienes no cumplan con la ley, y lo recaudado será destinado al Fondo Para la Promoción, Fomento, Apoyo y Publicidad de Artistas Locales que tendrá por objeto “el sostenimiento, desarrollo y promoción de emprendimientos y proyectos que contribuyan a la promoción, fomento, apoyo y publicidad de los artistas locales”.

“Como siempre hacemos desde el Frente Renovador, nuestras propuestas apuntan a la integración y fomento de las actividades productivas, a la generación de empleo y a la reactivación económica, porque entendemos que esa es la manera de salir adelante” aseguró la diputada renovadora.

*LA IMPORTANCIA DE LA ECONOMÍA NARANJA*

En su definición, la Economía Naranja es el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual.

Rasquetti explicó que este concepto “se centra en invertir en nuevas capacidades, atraer talentos y nutrirlos. Es una manera de acercar a los humildes con los privilegiados, de cerrar brechas sociales, de crear alternativas y oportunidades” y puso el énfasis en que significa “dar trabajo legítimo, real. Porque se centra en la creación de empleos y riqueza, pero principalmente en dar oportunidades”.

Ya en el año 2007, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) había dicho que las industrias culturales comprenden los bienes y servicios que tradicionalmente se asocian con las políticas culturales, los servicios creativos y el deporte.

“Necesitamos retener, atraer, capturar y reproducir el talento de un segmento de la población, que por lo general se encuentra subvalorado socialmente y mal remunerado económicamente. Tenemos que asumir un compromiso para convencer a ese talento de quedarse, de ser parte de nuestros planes de desarrollo, de crear un ambiente óptimo para la generación del capital intelectual” explicó la diputada Rasquetti, e hizo hincapié en que “las tecnologías digitales en algunos casos han disminuido las barreras mínimas de inversión inicial, y han aumentado el comercio de servicios creativos, por lo que tenemos la responsabilidad de trabajar en la conectividad”.

En nuestro país, hay muchos ejemplos que podemos relacionar con el concepto de Economía Naranja. Uno de los más sobresalientes es el Trap, un género urbano en la música de los últimos años, que tal vez hoy podría ser considerado como el mayor pilar cultural y comercial de América Latina. En nuestro país, emergió allá por el 2014 en circuitos alternativos con jóvenes que querían expresar lo que sentían y lo que les pasaba, y encontraron allí el mejor plafón para hacerlo, teniendo rápida difusión a través de las redes sociales. Artistas como L-Gante, Nicki Nicole, Duki o Cazzu son algunos de los casos más resonantes. Y algo similar ocurrió con Instagramers, Youtubers y Tiktokers, quienes con poco presupuesto y a través de las redes sociales han logrado transformar sus ideas en un trabajo remunerado. En ambos casos, la similitud no solo tiene que ver con la importancia de las tecnologías y la conectividad, sino con que se han convertido en el espacio que utilizan miles de jóvenes para acceder a un empleo genuino y remunerado. Hoy, son miles los y las jóvenes que quieren tener los mismos trabajos que Ronmuralist, Coscu, Momo, Belu Lucius, Mami Albañil o María Becerra, por nombrar a algunos, y lo ven como algo posible porque la inversión inicial es mínima: con un Smartphone se puede empezar.

“En definitiva, este concepto de Economía Naranja engloba enormes posibilidades y también grandes desafíos. Crearía puestos de trabajo, generaría ganancias para nuestro país, sería una respuesta al ingreso de los y las jóvenes al empleo. Pero por parte del Estado, es fundamental generar una buena conectividad en cada rincón de Argentina, y principalmente dotar de herramientas y posibilidades a todo el sector involucrado para convertir ideas en trabajo. Las condiciones están dadas, y ese es nuestro principal desafío de aquí en adelante” dijo Ayelén Rasquetti.