Rodrigo Abd obtuvo el Pulitzer de Fotografía por su cobertura de la guerra en Ucrania

El argentino integra el grupo de siete fotógrafos de la agencia de noticias AP ganador en la categoría Noticias de Última Hora.

Una madre llora desconsolada de rodillas sobre el féretro de su hijo muerto. El cielo detrás, la precariedad de la ceremonia, imprimen a la escena aún más dramatismo. La imagen fue tomada por fotoperiodista el argentino Rodrigo Abd, y forma parte de la cobertura de la agencia estadounidense Associated Press (AP) sobre la guerra en Ucrania que acaba de ganar el Premio Pulitzer, el más prestigioso del periodismo global.

Rodrigo Abd obtuvo el Pulitzer de Fotografía por su cobertura de la guerra  en Ucrania

“Veíamos a esa mujer todos los días en la morgue improvisada, vimos cómo reconoció el cuerpo de su hijo, nos acercamos a hablar con ella pero no quería ser retratada, hasta que nos permitió finalmente estar junto a ella y a su hijo cuando en el cementerio”, relató Rodrigo Abd, sobre la escena que capturó en Bucha, la localidad que cobró notoriedad por la gran cantidad de civiles asesinados.

AP fue reconocida en la categoría Fotografía de Noticias de Última Hora por un conjunto de 15 imágenes tomadas por un grupo de 7 profesionales del staff de la agencia, siete fotógrafos y una fotógrafa, que hizo envíos diarios, en distintas etapas y desde diversos puntos geográficos.

“Es un reconocimiento importante para el grupo que estuvimos todo el año cubriendo el conflicto, desde el principio de la guerra en Mariupol hasta Kiev, y también para las personas que lo hicieron posible, en un lugar con tantas dificultades”, detalló Abd, que destacó el trabajo de logística, incluido el cocinero italiano que trabajaba en el hotel.

Dos editores de la agencia tuvieron la difícil tarea de seleccionar solo 15 fotografías entre miles que se despacharon durante los primeros meses del conflicto. Entre las premiadas hay otra más del argentino Rodrigo Abd, y también en Buche, a una hora y media de Kiev.

“La tomé desde arriba de un tanque y quizás me tendría que haber bajado para preguntarle a la mujer que carga ese paquete que parece un pastel en medio de una calle, qué llevaba dentro, pero ahí estaba caminando sobre el aguanieve en medio de la calle regada de tanques rotos, en medio de un paisaje apocalíptico”, describe su propia imagen.

“Fue una cobertura muy amplia, completa y profunda, con los heridos, los masacrados y la gente que se tenía que trasladar”, comentó sobre la materia de su trabajo. Pero a la vez reconoce que fue un ámbito muy competitivo para trabajar. “Fue la cobertura más trabajada de los últimos años, por lo que significa para Europa y la magnitud hicieron que haya mucha cobertura”, agregó.

La masividad de la cobertura no fue la única marca que distinguió a este conflicto que paradójicamente define con muchas restricciones. “Lo que cambió para nosotros fue entender los límites que impone la realidad, pudimos cubrir una parte, cuando teníamos la oportunidad de fotografiarlo, porque está siendo más difícil que nunca de moverse, al punto que nadie pudo contar la guerra desde el punto de vista ruso: hicimos lo que pudimos donde estuvimos”.

La sorpresa por el reconocimiento se mezcla con cierta desazón. “Hoy siento tristeza de ver que todos los días ocurren cosas similares a las que vi, los bombardeos a la población civil, los masacrados de un lado y del otro, y que el drama que no solo no termina sino que parece que se avecina peor“, reflexiona.

Rodrigo Abd comparte el premio con Emilio Morenatti, Felipe Dana, Evgeniy Maloletka, Nariman El-Mofty, Vadim Ghirda y Bernat Armangue. Unos 15 mil dólares y un certificado. Aunque aún no definieron quiénes viajarán a la entrega de premios en la Universidad de Columbia.

“Tengo que ver si puedo estar, porque en dos meses estaré con una cámara antigua, de madera, para contar una historia a dos años de la llegada de los talibanes a Afganistán“, contó el fotógrafo, que en 2013 había recibido un Pulitzer por su trabajo en Siria. “Pero me gustaría por mi hija que sufre la lejanía, que pueda entender la pasión, por qué hago esto”.