Crucigrama: Astor

El Gran Piazzolla – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar. 

Nació en Mar del Plata, el 11 de marzo de 1921, con el Nombre de Astor Pantaleón Piazzolla, y murió en la ciudad de Buenos Aires el 4 de julio de 1992, a los 71 años de edad.

Bandoneonista, pianista, compositor, arreglador y director de orquesta. Uno de los músicos más importantes del Siglo XX y de los creadores más trascendentes de Tango, en todo el mundo. También incursionó en el Latin Jazz y el Tango Jazz.

Desde muy joven se crió en la ciudad de Nueva York, su padre le regaló un bandoneón que comenzó a tocar desde niño. Conoció a Carlos Gardel en Manhattan, en 1934, cuando le llevó un regalo de su padre. Al “Morocho del Abasto” le cayó muy bien el “muchacho” que le resultó útil para realizar compras en la ciudad, ya que éste la conocía muy bien y dominaba el inglés. Al año siguiente lo invitó a participar en la película “El día que me quieras”, como un “canillita” (vendedor de diarios).

Luego tomó clases con Alberto Ginastera. Tocó y realizó arreglos orquestales para Aníbal Troilo. Viajó a Europa para estudiar con la compositora y directora francesa Nadia Boulanger. Fue muy criticado por los tangueros ortodoxos, cuando comenzó a innovar el género en ritmo, timbre y armonía, también en la melodía y orquestación. Algunos lo consideraron “asesino del tango”, a lo que respondió con una nueva definición: “Es música contemporánea de Buenos Aires”. Su música, casi, no era difundida en la radio.

En la etapa final de su vida lo reivindicaron intelectuales, jazzeros y rockeros de todo el mundo, así como los nuevos referentes del Tango. Hoy se lo considera uno de los grandes músicos argentinos. Asimismo compuso música para unas 40 películas. Sentía devoción por Agustín Bardi y Eduardo Arolas. Consideraba a Julio De Caro y al violinista Elvino Vardaro como los reales innovadores, tenía admiración por Osvaldo Pugliese.

En 1955 formó el Octeto Buenos Aires, un seleccionado de músicos con arreglos atrevidos y timbres poco habituales. “Su” formación de la primera parte de los 60 fue, básicamente, el quinteto. Su público estaba integrado por universitarios, jóvenes y el sector intelectual. Con “Adiós Nonino”, “Decarísimo” y “Muerte del Ángel” inició un camino con picos como su concierto en el Philarmonic Hall de Nueva York, musicalizar poemas de Borges o la época con Horacio Ferrer para la operita “María de Buenos Aires”, “Balada para un loco” o “Chiquilín de Bachín” entre otras obras.

En sus últimos años se presentó como solista con orquesta sinfónica, compuso y tocó con el saxofonista Gerry Mulligan, se presentó en algunas actuaciones con su quinteto o noneto. Así recorrió el mundo con la magnitud de su arte. Dejó como legado unos cincuenta discos y la enorme influencia de su estilo.

A un clic de distancia, el placer de “Otoño Porteño”, grabado en vivo en el Montreal Jazz Festival de Canadá, el 4 de julio de 1984. Él con su bandoneón, Oscar Lopez Ruiz (guitarra), Fernando Suarez Paz (violín), Pablo Ziegler (piano) y Hector Console (contrabajo)… Cuídense.

Norberto Tallón.

Twitter: @betotallon