Crucigrama: Bix

Leyenda de un pionero – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Casi con el comienzo del siglo XX, en Davenport (Iowa/Estados Unidos), hijo de inmigrantes alemanes de tradición luterana (Bismark Herman Beiderbecke y Agatha Jane Hilton), el 10 de marzo de 1903, nació el músico, pianista, cornetista, trompetista y compositor de Jazz Tradicional Leon Bismark Beiderbecke. Su infancia fue en un hogar sin dificultades económicas, padre rico comerciante de carbón y madera y madre organista en una iglesia presbiteriana.

Una de las primeras figuras (pioneros) de la historia del Género, a la vez que un innovador en plena Era del Dixieland. Tenía un distintivo y elegante tono, además de una enfático y original estilo de improvisación. Para cierto público y críticos fue el “adversario” blanco de Louis Armstrong en los ’20, comparación no válida por las diferencias estilísticas y de sonido, que existía entre ambos.

“Bix” (supuesto sobrenombre de su Bismark o su nombre real -Hay, aún, discusión sobre el asunto-) se inició temprano en la música, se sostiene que a los tres años ya tocaba “un poco” el piano (instrumento al que “llevó” a que su madre considerara frívola su elección posterior). Se educó en la Davenport Central High School. La influencia de escuchar a Nick La Rocca, hace se dedique al Jazz. En 1921 lo enviaron a la militar Lake Forest Academy, cercana a Chicago. de la que fue expulsado por reiteradas ausencias.

Esa ciudad donde recaló la mayoría de los artistas de Jazz de Nueva Orleans, con la vigencia de la Ley Seca, se tornó en el centro del Jazz. Allí se implantaron diferentes mafias, que financiaron lugares y expansión, al tiempo que sumaban a sus principales ingresos, como la extorsión y la protección, el alcohol, la prostitución, el juego y las drogas. Bix, luego con escapadas desde la academia, se “enganchó” con el alcohol, que le costaría pausas y, claro, mucho más.

Tras un período en casa, se convirtió en músico profesional. Por el 23, fue el cornetista estrella de los Wolverines y, un año después, comenzó a grabar con el grupo, que abandonó para integrar la orquesta de Jean Goldkette y Eddie Lang. Esto no prosperó por su incapacidad para leer música. Pronto intentó aprender, nuevamente en Chicago. La continuidad de su carrera fue en San Luis, con la orquesta de Frankie Trumbauer.

1927 sería un gran año, volvía con Goldkette, registró su obra maestra al piano, “In a Mist” (uno de cuatro originales inspirados en Debussy), también dejó grabados algunos temas clásicos con un pequeño grupo con Trumbauer al frente (incluye sus grandes solos “»Singin’ the Blues”, “I’m Comin’ Virginia” y “Way Down Yonder in New Orleans”), enseguida firmó con la importante orquesta de Paul Whiteman, junto a él, con sus solos se sucedió una etapa con breves momentos casi mágicos. Todo transcurrió así pero, en 1929, el alcoholismo “resucitó”, tuvo que descansar para reaparecer en los meses finales del año. Ya en el 30, en Nueva York (También para Columbia Records, la discográfica de siempre) realizó algunos trabajos para el disco con el compositor y pianista (luego también actor) Hoagy Carmichael que carecieron de trascendencia, La última fue, en septiembre, “Georgia on my Mind”.

Se le otorgaron, en forma póstuma, tres premios Grammy por sus “Singin’ The Blues”, “In a Mist” y “Georgia on my Mind”. Se conocen seis temas de su autoría. El material discográfico es amplio ya que participó en sesiones con diferentes agrupaciones y orquestas. Como Bix Beiderbecke and His Gang lanzó su labor en 1927, en la orquesta de Whiteman lo hizo entre 1927 y 1929. También hay que señalar las ediciones posteriores sobre esos años: “Bixology” (1924/30), “Bix Beiderbecke, Volumen 1: Singin’the Blues” y “Real Jazz Me Blues”.

En el sitio web Bixography se publicó, recién en 2001, un documento oficial, nunca antes revelado, provisto por el profesor Albert Haim, que relata un arresto y posterior fianza, pagada por la familia por una denuncia de abuso sexual en su contra. El delito descripto como acto lascivo al haber acariciado por sobre la ropa a una niña, lo cometió, a poco de cumplir 18 años, en abril del 21.

Bix fue uno de los mejores músicos de jazz de la década del ‘20 y el primer músico blanco en obtener el respeto de los jazzeros de Nueva Orleans. Con el transcurso del tiempo, sin duda, tanto Miles Davis o Chet Baker desarrollaron la semilla, entonces, sembrada en formas acabadas. Beiderbecke tocaba en rangos medios, en busca de explorar las melodías y armonías más que en deslumbrar a los oyentes, a quienes incluso pretendía no involucrar, con tendencia a mirar, en lugar de la sala, sus propios pies. Sus maneras de hombre algo inhibido fraguaron su personalidad, poco común y, casi, extraordinaria para aquellos años espectaculares del Género.

Estaba en pleno síndrome de abstinencia (vómitos, sudoración, temblores e insomnio) cuando en el departamento de su amigo y colega Frankie Cush, en el barrio neoyorquino de Queens (Long Island), el edificio se conmovió por sus gritos producto de alucinaciones (aparente síntoma de Delirium Trémens). Así murió ese 6 de agosto de 1931. El certificado de defunción indica como causa oficial neumonía lobar y extraoficialmente las consecuencias del alcoholismo. La escena del jazz se sacudió.

Su trágica muerte, su juventud y su talento artístico crearon un mito en torno a él que, finalmente, lo definió como una leyenda, quizás, la del trompetista maldito. El pintoresquismo, vertiginoso ascenso y la caída le habían dado, antes del desenlace, una caracterización especial.

Tenía, solo, 28 años de edad.

A un clic de distancia, el audio (sobre una fotografía de la etiqueta original del disco) publicado en el sitio “Atticus Jazz” de YouTube de “Fidgety Feet”, su primera grabación. Integra en la corneta la Wolverine Orchestra, junto a Al Gandee (trombón), Jimmy Hartwell (clarinete), George Johnson (saxo tenor), Dick Voynow (piano), Bob Gillette (contrabajo), Min Leibrook (tuba) y Vic Moore (batería). Registro en Richmond (Indiana) el 18 de febrero de 1924. El tema fue compuesto por tres de los cinco fundadores de la Original Dixieland Jazz Band: el trombonista Eddie Edwards, el clarinete Larry Shields y el cornetista Doménico “Nick” LaRocca.

Cuídense, de todo.

Norberto Tallón