Sentado, cómodo, frente al televisor, cualquier tarde o noche, mirando y escuchando con atención, existe un (muchos) puntos de quiebre en la percepción de imagen y audio. Porque se ve algo y se oye lo que no se ve. Entonces… surgen las preguntas. Cuando los relatores elaboran (en un seguro plano de la fantasía, desparpajo y metáfora “mentirosa” del subtítulo) oraciones que reúnen uno, alguno o todos los elementos indicados. Cuentan a cada rato sobre intentos de conversión a través o por “el segundo piso de la cancha”.
Antes de conclusiones se indican las consultas. A ellas. “Las Reglas del Juego” (Última publicación de FIFA). La Regla 1- El Terreno de Juego. Describe refiriendo (a la cancha, en definitiva) los requerimientos sobre la superficie (tanto natural o artificial deberá ser verde). Calidades. Forma, dimensión, su marcación y la aclaración que forman parte de las zonas demarcadas (Líneas de banda, meta, las dos mitades y centro del campo dentro de un círculo, cuadrantes de ejecución de tiros de esquina, dos áreas penal con un punto a 11 metros del centro de los arcos y dos semicírculos exteriores). Postes con banderines en los cuatro ángulos de su totalidad. Por decisión del International Football Association Board se detallan los requisitos de las áreas técnicas (fuera de los límites) y admite modificaciones en las porterías que usen el sistema de Detección automática de Goles (DAG).
La regla 2 es sobre el balón, la 3 número de jugadores, 4. Indica el equipamiento de los mismos, las 5 y 6 acerca del árbitro y asistentes. De allí en más, hasta la 17 y última, las distintas instancias de la disputa del juego en sí. El reglamento no hace mención a ningún segundo piso en su configuración y, mucho menos, de una anotación producida en “un algo” que obviamente no existe. Seguir este mito o fábula, que conlleva un nuevo interrogante, se podría suponer que esa “zona” remite al “aire” a partir, aproximadamente, de la altura del travesaño de los arcos (2m 44 cm).
Totalmente obvio y probado es, sí, el piso del terreno es la “Planta Baja” (de intentarse una división y nomenclatura inmobiliaria) tanto que (hoy no es tan así) a la zona vinculada a los vestuarios se denomina túnel (Lenguaje inmuebles: sótano), aparece lo inevitable: ¿Dónde está el “Primer Piso”?. Por sí no está, se deja aclarado la referencia no es sobre el estadio, sus tribunas, etc. Se ha esfumado… ¿Existió en alguna oportunidad? ¿Puede haber un segundo sin un primero? (Restar invenciones de hoteles o edificios que omiten un número específico por razones, generalmente, supersticiosas). Menciones de la prensa al uso de un Primer Piso, siempre, son hallables en el sector excluido y con fines específicos: sala de prensa, museo, gimnasio, vivienda de un jugador retirado, cuidador del césped.
No solo los narradores audiovisuales son difusores de esa, insisto, fantasía, desparpajo y/o metáfora “mentirosa”, asimismo algunos periodistas gráficos lo han escrito en sus, diferentes, medios: “… sus disparos caían en el segundo piso de la cancha” (Mundo Azulgrana/22-07-2008); “… imponiéndose en el segundo piso de la cancha” (Noticias Club Atlético Lanús/16-05-2016); “… voló alto y ganó en el segundo piso de la cancha”. (Diario Popular/ 09-05-2021). Solo ejemplos.
El “Segundo Piso” carece de apariencia y continente, de existencia en definitiva, el “Primer Piso” nunca fue. Investigación esclarecedora, quizás, a la vez que inútil porque, se supone, que sólo creen en ellos los que pretenden funcionar en “modo poetas” (solo muy pocos tienen ese arte y talento), más poeta que el que cualquiera pueda admirar.
Un par de temas más sobre esas “frases fabricadas” con demasiada ficción, no se afirmaría que buena, pero engañosa. La periferia es citada habitualmente y, de la igual manera, explota la duda: ¿Periferia de qué? El diccionario de la Real Academia de la Lengua (Edición de Tricentenario/Actualización 2021) connota el vocablo procedente del latín tardío y éste del griego, con estas acepciones: 1) Contorno de un círculo, circunferencia. 2) Término o contorno de una figura curvilínea. 3) Parte de un conjunto alejada de su centro, especialmente la de una ciudad. Ninguna de estas posibilidades es evidente en un encuentro de fútbol, excepción de intervención de otra desconocida dimensión de la realidad.
Final para estas apostillas. Los que describen que el arquero ha jugado la pelota con “la de bowling” (nombre adjudicado al movimiento), temo que en su vida han jugado y como profesionales se han interesado en el mencionado deporte. No hay manera de practicarlo correctamente con esa “jugada” del guardameta. Estarían “reventadas” las pistas por estrambóticos piques. No hay manera de lanzar una bola, que pretenda un correcto resultado, tomándola de la parte inferior, mucho menos, salvedad de algún “manazas”, tomar “la de fútbol” en una mano con dominio pleno para que no se vaya a la… (¡Perdón! No quise…).
Cierre: ¿Es imprescindible que lo visible y entendible deba ser explicado más allá datos básicos y muy puntuales? (Ejemplo: Messi, Tiro Libre, Mengano expulsado). No es radio, por favor. ¡Ah! El asunto de los apodos queda para otra ocasión.
A un clic de distancia, vinculado con goles convertidos desde el tiro de esquina o envíos de altura al área penal, un video con hermosos tantos de cabeza de Messi.
Cuídense. La Pandemia no terminó.
Norberto Tallón.