Crucigrama: Deseo o utopía

“Veo, un mundo maravilloso” – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

En la segunda mitad de una década convulsionada por lo político y racial, con aparición de nuevos movimientos y costumbres, en medio de la Guerra de Vietnam, el productor discográfico Bob Thiele junto al compositor y arreglador George David Weiss escribieron una canción que se propuso contar las cosas buenas de la vida. Cuando comenzaron la búsqueda del intérprete, primero se la ofrecieron a Tony Bennet, quien la rechazó, aunque no consiguió desanimarlos. Poco después, lograron que otra estrella de la canción (y la música toda) aceptara: un símbolo y de los gigantes, o “el gigante” del Jazz, el ya veterano Louis Armstrong, el Gran “Satchmo”.

“What a Wonderful World!” (¡Qué mundo maravilloso!), se grabó en 1966 y editó en un simple/sencillo/single de 7 pulgadas, el 1° de septiembre de 1967, por ABC Record (HMV/His Master’s Voice), también ese otoño se produjo su estreno y registro en televisión.

Ese lanzamiento consiguió muy pocas ventas en “suelo americano”, pero, sí, la recepción fue mucho mayor en Gran Bretaña donde en el 70 llegó al Top 1 en las listas. En 1969 se publicó el álbum “Christmas Through the Years!» («¡Navidad a través de los años!»), Armstrong cantaba allí una variedad de canciones navideñas, en algunas acompañado por otros artistas, y en el disco estaba incluida. El 26 y 27 de mayo de 1970 se grabó, finalmente, el disco de Larga duración (Long Play) que llevaba el título del tema.

La canción tuvo una extraordinaria difusión en el mundo, en 1987, al ser incluida en la banda sonora de la película «Good Morning, Vietnam», producida por las compañías Touchstone Pictures y Silver Screen Partners III, con la distribución de Buena Vista Pictures, dirigida por Barry Levinson, guión de Mitch Markowitz, con actuación protagónica de Robin Williams, interpretando el rol del aviador y locutor estadounidense Adrian Cronauer, profesional prestigioso de la radio que tuvo la experiencia de ser Disc-Jockey en la AFN (American Forces Network/Cadena o Red de las Fuerzas Americanas) durante esa contienda bélica. El reparto principal del filme se integraba con Forest Whitaker, Tung Than Tran, Bruno Kirby y J.T. Walsh.

Con el correr de los años, otras producciones cinematográficas la “montaron” en su banda sonora, algunas fueron “Doce monos” (1995), “Conoces a Joe Black” (1998), el documental “Bowling for Columbine” (2002) y, también, “Madagascar” (2005).

Además de “Boca de Valija” (El apócope, en inglés, se convirtió en “Satchmo”), unos cuantos cantantes más la versionaron: Engelbert Humperdinck, Natalie Cole con Plácido Domingo y José Carreras, Anne Murray, ¡Finalmente quien pudo ser el original! Tony Bennett, Joey Ramone, B.B. King, Sarah Brightman, Rod Stewart con Stevie Wonder, Céline Dion, Karamelo Santo, Roupa Nova, la banda uruguaya No Te Va Gustar (versión instrumental), Il Divo (en español) y Dancing Mood. Solo unos cuantos. Por otro lado, es válido señalar que en 2021 fue entonada durante la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, momentos antes de apagar el pebetero.

Curiosamente o no, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 se distribuyó de forma inmediata un documento conocido como el “memorando del Clear Channel de 2001”, emitido por Clear Channel Communications (hoy iHeartMedia) destinado a más de 1.200 emisoras de radio que eran propiedad del grupo. La lista contenía alrededor de 150 canciones cuyas letras por el contexto de los ataques terroristas eran cuestionables por “inapropiadas“. La enumeración no prohibía expresamente la programación de los temas, aconsejaba que durante un tiempo no se emitieran. En su mayoría se trataba de obras que no eran belicistas ni incitaban a la violencia.

Cuando se escucha, o lee, la letra de “What a Wonderful World!”, se puede hacer, luego, con subtítulos en español, es cuando surge, en el momento que vive el planeta por incontables motivos, que los autores han cumplido con el objetivo de “contar las cosas buenas de la vida”, y no hay duda de que las son.

Ver, aunque se mencionen más poéticamente, árboles y flores, el cielo, el sol y la luna, los fenómenos, la gente (extraños o cercanos) con las mejores actitudes entre sí, las palabras, el crecimiento de los chicos. Una síntesis de poco más de un par de minutos de lo mejor que puede pasarnos a todos y cada uno, y en lo que vale la pena reflexionar siempre.

“Qué mundo tan maravilloso», pero mientras llegan las últimas frases del inmenso Louis Armstrong, ronda, en los oídos y el pensamiento, la belleza y tranquilidad que contiene el deseo de todo aquello que soñamos para la vida: Paz, la naturaleza, un medio ambiente limpio y puro, armonía, convivencia fraterna y amable de las personas…

Pero, en un punto, con la historia en la biblioteca, los diarios sobre la mesa o la televisión encendida que dictan puntillosamente los conflictos “eternos” de la Humanidad, desde vaya a saberse cuándo (¿siempre?) hasta las noticias de “ya mismo” tampoco hay manera de negar la discordancia de los sucesos cotidianos con el citado deseo, entonces el carácter utópico es casi imposible de discutir.

¡Siga cantando Maestro! ¡Qué nada haga perder una idealizada Esperanza que acerque, algo al menos, a ver ese Mundo Maravilloso!

A un clic de distancia, del programa “Nostalgies ‘60 ‘70 ‘80” emitido (no existe información sobre más detalles) por el canal BBC Four: Louis Armstrong, su grupo y la canción (para escuchar y leer) de Thiele y Weiss “What a Wonderful World!”. Quizás sirva para no rendirse a la ¿ínfima? probabilidad de “ver un Mundo Maravilloso».

Cuídense.

Norberto Tallón