Crucigrama: Detectives investigando…

Cien años del Género Negro – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Hace, más o menos, seis años esta Columna refería a la historia de la Novela Negra, o Género Negro para distinguirla de la policial, con la que guarda ciertas distancias, básicamente de lugar y entorno. La propuesta, hoy, es sumar datos, tanto de su origen, historia y una actualidad que no la sorprende con el peso de un siglo encima, sino con un impulso constante, siempre con el favor del lector en todo el mundo, sumando zonas y países de influencia, narradores e incesante cantidad de obras. A la vez que no deja atrás nombres insoslayables, porque sus temas más que los escenarios, de una u otra manera, mantienen vigencia.

La Novela Negra surgió en los ‘20 del Siglo XX en Estados Unidos. La existencia de un delito es punto principal, desde allí enfrentamientos entre causantes e investigadores del mismo. Es frecuente que el contenido, además, transite algún tipo de crítica social, sin intento de acercar solución a lo que describe, solo dejar “constancia” de su expreso relato. En sus tiempos pioneros tuvo el protagonismo de gangsters y detectives situados en la interacción de la Gran Depresión, la Ley Seca, mafia y hampa organizada, normalmente en ambientes urbanos, “oscuros”, sórdidos con presencia primordial de la violencia.

Raymond Chandler definió “El simple acto de matar” (ensayo de 1950) a la Novela Negra o Hard-Boiled (carácter duro) como el género del mundo profesional del crimen. El nombre surge de su primitiva publicación en la revista “Black Mask” en Estados Unidos y la colección “Série Noire” de la editorial francesa Gallimard. A pesar de la cuestión de partida resolver el misterio no es el prioridad, sí lo violento del camino y la división entre “buenos” y “malos” carece de una línea clara e inamovible, la mayor parte de los “actores” son individuos derrotados, decadentes, buscando la verdad o, al menos, lo más cercano a ella, en ocasiones, un fracasado y cínico salvándose al final por un sentido personal del honor. La atmósfera común es cierta asfixia, miedo, brusquedad, arrebato, injusticia, inseguridad y corrupción del poder político. Su desarrollo es rápido, movido y cruento, no tan intelectual e inquisitivo como las formas más “policiales”. Detectives y delincuentes “saltando”, rápida y continuamente, la soga de la ética y la corrección. Los móviles del delito son, en general, alguna debilidad humana como la rabia, el poder, la codicia, la lujuria, etc.

El “nacimiento” debe situarse, allá por 1841 -lo que sumaría 80 años más a su existencia-, con la aparición del detective Auguste Dupin en el cuento “The Murders in the Rue Morgue” de Edgar Allan Poe, aunque ausentes “ingredientes propios” ya mencionados, devenidos en épocas posteriores. La “iniciación” definitiva es a partir del revistas baratas o “Pulp” (papel de pulpa o pasta de celulosa), en especial “Detective Book”, para un público lector trabajador o proletario con, tal lo señalado, lenguaje directo con eje en lo social, sitios urbanos marginales, suburbios e “impresiones” de la corrupción política y moral. Los diálogos pasan, asiduamente, por el Slang (lunfardo) callejero.

Puede considerarse los Padres del Género, hacia 1922, a Carroll John Daly (Race Williams), Dashiell Hammett (Sam Spade y Nick Charles) y Raymond Chandler (Philip Marlowe). Entre paréntesis la mención de “sus detectives”.

Una gran cantidad de autores transitaron por él y las citas son mera orientación: Los de habla inglesa como Jim Thompson, Mickey Spillane, James M. Cain, James Hadley Chase, Ross Mc Donald, Patricia Highsmith y más aquí en el tiempo Michael Connelly, Ed McBain, Rex Stout, Ellery Queen, John Le Carré, Stephen King, Graham Greene y Craig Russell.

En Europa los españoles Francisco González Ledesma, Manuel Vázquez Montalbán (Pepe Carvalho) y Rosa Ribas, El belga George Simenon (y su Inspector Maigret) y el parisino Boris Vian (con el seudónimo de Vernon Sullivan), ambos en lengua francesa, y los italianos Andrea Camilleri (comisario Montalbano) y Leonardo Sciascia. En América Latina: el cubano Rodolfo Pérez Valero, el chileno Roberto Ampuero, el mexicano, nacido en España, Paco Ignacio Taibo II y los peruanos Mario Vargas Llosa y Santiago Roncagliolo.

La Argentina aportó a Raúl Argemí, Mempo Giardinelli, Ricardo Piglia, Juan Sasturain, Rodolfo Walsh (El comisario Jiménez y Daniel Hernández), antes Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges (bajo el seudónimo «Honorio Bustos Domecq») publicaron varias colecciones de relatos policíacos protagonizados por Isidro Parodi, un genio que desvela los más enrevesados enigmas desde una celda de la cárcel donde cumple condena.

Asunto aparte es Escandinavia. Desde la influencia del novelista y dramaturgo sueco Henning Mankell, con la saga del inspector Kurt Wallander, tomó un “sillón” en la mesa central desde entonces, con los creadores, entre otras y otros, Ása Larson, Maj Sjöwall, y en el ingreso del Tercer Milenio con la “explosión” a través del superéxito de Stieg Larsson, autor de la trilogía “Millenium”, más aquellos, con trascendencia previa, que son absoluto presente, tal como Jo Nesbø, Ruth Lillegraven, Jon Lier Horst y, es justo agregar, la notoriedad más cercana, de la impecable Camila Läckberg se convirtió en, hoy, la zona del mundo donde la Novela Negra se transformó con identificación propia (Nórdica) y un género editorial absolutamente popular, cotidiano y éxito de librería en todo el planeta.

Un par de acotaciones. Stieg Larson (Millenium) murió luego de la publicación de su trilogía. Se habló de “Pulp” como designación de las revistas y, sin duda, “Pulp-Fiction”, además de un nombre genérico de aquellas ediciones, es el homenaje de Quentin Tarantino a lo que se ha contado.

Las más importantes asociaciones vinculadas son el inglés Detection Club y la Mystery Writers of America, el Premio Edgar en todas sus modalidades, se considera el más importante galardón en Estados Unidos. La Asociación Internacional de Escritores Policíacos otorga anualmente el Premio Internacional de Novela Dashiell Hammett durante la Semana Negra de Gijón -Asturias/España-, a la mejor novela policial escrita en español.

Página a página… Detectives investigando…

A un clic de distancia, “Las 5 claves para hacer novela negra”, un breve “tutorial” en video, publicado en su canal de YouTube, por el escritor, catedrático y periodista colombiano Mario Mendoza Zambrano, compartiendo su experiencia. Cuídense.

Norberto Tallón