El 9 de julio de 1816, 29 representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata reunidos en la casa de Francisca Bazán, San Miguel de Tucumán, participantes del Congreso de Tucumán, tras largas deliberaciones, hasta altas horas de la noche, firman (entre ellos Francisco Narciso de Laprida -San Juan-, Juan María Boedo -Salta- y José María Serrano -Charcas-) el documento que declara la ruptura con los “violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, para ser “una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”, días después se agregó “y de toda otra dominación extranjera”. Adquiriendo “amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia”. Un cierre documental para el período revolucionario surgido el 25 de mayo de 1810 con un “¡Viva la Patria!” y culminado aquella jornada y madrugada de invierno.
El intendente Francisco Seeber, en su breve gestión de un año, reflotó la idea de la construcción de una arteria que atravesara la Ciudad de Buenos Aires de norte a sur. En 1895 el Concejo Deliberante de la ciudad aprobó una presentación al respecto del arquitecto e ingeniero Juan Antonio Buschiazzo (Giovanni Antonio Buschiazzo, italiano, en nuestro país desde los cuatro años), entonces director del Departamento de Obras Públicas de la Municipalidad. Más tarde se la incluyó en diversos planos y prospecciones, pero recién en 1912 se convirtió en la Ley Nacional Nº 8.855. Ésta autorizaba al municipio porteño a expropiar con fines de “utilidad pública” las manzanas comprendidas entre las calles Cerrito-Lima y Carlos Pellegrini-Bernardo de Irigoyen, desde el Paseo de Julio (hoy Avenida del Libertador) hasta Brasil en el barrio de Constitución).
La calzada tendría 33 metros de ancho, flanqueada por dos calles laterales ensanchadas y edificios públicos o privados “de estilo caracterizado y arquitectura especial” construidos en ciertos sectores, cuya venta sería parte de los fondos de financiación, junto a un empréstito emitido por la Municipalidad y un 10% de la contribución directa del gobierno nacional. La parte central era el eje norte-sur, complementada por avenidas en dirección este-oeste y con dos rotondas: una en el cruce Avenida de Mayo y otra en el de Corrientes.
El jefe municipal, sancionada la norma, Joaquín Samuel de Anchorena Riglos, se dedicó a su cumplimiento con el propósito de ser inaugurada, en 1916, en ocasión del Centenario de la Independencia. Primero comenzaron a adquirirse las propiedades comprendidas por el plan de la traza. La carencia de instrumentos legales y financieros suficientes desaceleró el ritmo de las obras. El atraso acarreó degradación en la zona a causa de los edificios expropiados abandonados y demolidos.
Como sí faltaran más problemas en esa cuestión que generó una crisis muy importante, estalló -para agravarla-, la Primera Gran Guerra, la proximidad de las primeras elecciones democráticas, renuncias y cierre del órgano legislativo local en 1915. Sin embargo, lo planificado se sostuvo en 1925, sumando además las diagonales Norte y Sur, configurando en sus extremos dos focos monumentales. Traspasado el muy difícil trance financiero de 1930, el gobierno del presidente, general Agustín Pedro Justo, avanzó con un vasto esquema de obras públicas para celebrar los 400 años de la primera fundación de Buenos Aires (Pedro de Mendoza/1536).
Carlos Della Paolera fue vocero destacado e impulsor, designado al frente de la Dirección del Plan de Urbanización y elaboró un programa urbanístico racional y científico. A iniciativa de concejales del socialismo independiente, en el comienzo de la administración del ingeniero Mariano de Vedia y Mitre, especializado en Urbanismo en París (Francia), recomendó elaborar un estudio integral y minucioso, que contemplara al conjunto que llamaba, ya, Gran Buenos Aires. Uno de los acentuados: un gran eje central de comunicación hacia los nuevos puntos urbanos extendidos hacia Tigre y La Plata, diseño de conexiones norte-sur y este-oeste, unidas a una red de parques.
Para ello era necesario reestructurar fuertemente el centro tradicional. Tarea a largo plazo que comenzaría por la zona de mayor aglomeración, los espacios baldíos alternados con edificios abandonados, provocando un aspecto ruinoso. A lo largo de todo este tiempo la “futura 9 de Julio” fue mantenida en discusión dentro de un ámbito técnico profesional.
En 1932, el arquitecto Fermín H. Beretervide, efectuó un proyecto para la futura avenida Norte-Sur. La propuesta de solución al problema del tránsito sería crear una vía central de 33 metros de ancho a bajo nivel (tránsito rápido, sin cruces), flanqueada por dos calzadas laterales a nivel y una franja continua de edificios de igual altura (8 pisos) que servirían para albergar a los centros cívicos nacional y municipal de la ciudad. Así, en el área delimitada por la Avenida Belgrano y las calles Bartolomé Mitre, Tacuarí y Salta, la localización de un conjunto monumental constituido por plazas y edificios públicos. Durante la década emergen distintos tipos de sondeos desde comercios y jardines en dos pisos a una avenida parque, grandes remates y expropiaciones.
En 1934 se inició la construcción de un edificio para el Ministerio de Obras Públicas, a la altura de la Avenida Belgrano, ante el “previsto” paso de la Norte-Sur, pese a la advertencia de De Vedia y Mitre que esa traza no tendría construcciones la obra concluyo en tiempo récord.
La avenida 9 de Julio es, sin duda, una de las vías de tránsito fundamentales de la (ahora, tras la reforma constitucional de 1995) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se asienta la capital de la República Argentina. Un recorrido de cerca de tres kilómetros en su centro “institucional”, enlazando los nudos de transporte y las principales terminales ferroviarias Retiro y Plaza Constitución. El nombre de la avenida es en honor a la Declaración de independencia de la Argentina del 9 de julio de 1816, tiene dos colectoras, asimismo carriles extras: las calles Bernardo de Irigoyen/Carlos Pellegrini hacia el norte y Lima/Cerrito hacia el sur. Totalizan un ancho de 140 metros, lo que la transforma, de acuerdo con comparaciones, como la “Más ancha del mundo”.
Tiene la distinción de mantener en toda su extensión la misma designación y no posee numeración. Un único edificio posee acceso por una de sus veredas, el ya mencionado Ministerio en su intersección con Belgrano y no existen otras edificaciones en las calles perpendiculares. Para cruzarla enteramente a pie es necesario, por sus características, mucha precaución y paciencia, y como ventaja el disfrute de sus plazoletas con variedad de árboles, entre los que destaca una alineación original de altas Tipas, los Palos borrachos y el Jacarandá, árbol distintivo local, originarios del norte argentino y alguna otra especie nativa. También grandes estacionamientos subterráneos (una modernidad técnica sin precedentes) y seis calzadas a nivel para el tránsito vehicular
La parquización fue diagramada por el arquitecto Carlos Thays (Jules Charles Thays, botánico y arquitecto nacido en París) con una plantación de jacarandás, ceibos y mil cerezos donados por Japón. Fue inaugurada en su etapa primigenia, por el presidente Justo, el 12 de octubre de 1937. Un año antes se “mostró” en el punto medio de su cruce con Avenida Corrientes: el Obelisco, monumento histórico que recuerda el sitio en que fue izada por primera vez la Bandera Nacional en la capital en 1812, donde, entonces, se hallaba la iglesia de San Nicolás de Bari. Esa naciente Plaza de la República sería una especie de refundación la circulación céntrica.
En este tiempo, se extiende desde la Plaza Constitución en el sur, hasta Avenida del Libertador en el norte. Continúa en dos autopistas, por un extremo la “Presidente Frondizi” y al otro la “Arturo Illia”, que desemboca en Avenida General Paz y la Autopista Panamericana. De esta manera, se ha convertido es una de las más trascendentales, con el agregado de su paisaje urbano atrayente para el turismo y un eje vial verde.
Entre 1940 y 80 se habilitaron una cantidad de nuevos tramos (ensanchados), en 1950 llegó a la calle Paraguay, en el 71 hasta las avenidas Independencia (sur) y Santa Fe (norte), hasta San Juan en 1973 y luego Caseros. Durante la dictadura militar se la “integró” a la Autopista 25 de Mayo y en el nuevo Puente Pueyrredón. Por ese tiempo, asimismo, fueron las adicciones hasta Arenales y luego Arroyo; esto implicó la destrucción y pérdida de uno de los lugares más bellos: el Pasaje Seaver, tanto por su arquitectura y formas, como ubicación, comercios y/o viviendas con especial sentido artístico y cultural.
Algunos, como decimos siempre, solo algunos lugares a la vera de la “9 de julio”. Campus de la Universidad Argentina de la Empresa, Grand Boulevard Hotel, Ministerio de Salud y de Desarrollo Social, Club Español, Gran Hotel Argentino y los hoteles Bristol, República, Crowne Plaza Panamericano, Teatro Colón, Plaza Libertad, Edificio del Plata, Centro Argentino de Ingenieros, Dirección Nacional del Antártico, Embajada de Francia y el Palacio Álzaga Unzué, anexado con suites de lujo a una cadena hotelera internacional.
La línea C del Subte transita casi dos tercios de su marcha por debajo del eje de las calles Carlos Pellegrini y Bernardo de Irigoyen, realizada previo a la inauguración de los carriles centrales. Las líneas A, B, D y E poseen estaciones que tienen intersección, las B y D bajo el Obelisco, con dos galerías comerciales subterráneas y las estaciones Carlos Pellegrini, Diagonal Norte y 9 de Julio. En octubre de 2012, el gobierno autónomo porteño anunció la instalación de un corredor de Metrobús (carriles exclusivos para transporte público con estaciones similares a los trenes) sobre la avenida, entre Retiro y Constitución.
A un clic de distancia, “4K DRIVE Buenos Aires ARGENTINA 4K video 9 de Julio SUNSET”, capítulo de la serie de Sunset Driving-Canal de Viajes (con conducción de automóviles en diferentes partes del mundo). Estos son los 29 minutos, en 4K y solo audio de ambiente, ”andando” la Avenida 9 de julio, al atardecer, desde Libertador hasta Constitución, vuelta a la plaza, terminal de trenes y regreso. Los edificios y monumentos que tiene en ella o la rodean. Todo registrado con la elogiada y especial cámara Go Pro Hero 9.
Cuídense.
Norberto Tallón