Crucigrama: El Cine sonoro Nacional

La primera ¿primeras? película/s… – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.

Canciones de tangos interpretadas por los artistas más populares y exitosos, en tanto los bailarines se mueven a su ritmo, sí, las canciones, tantas que hablan de la seducción de una niña de barrio pobre e inocente por un hombre de clase alta, quien le prometía una vida glamorosa y la abandonó cuando las miradas se perdieron.

También cuentan de un cantor de tango que vivía en Buenos Aires y fue abandonado por su joven novia, que se escapó con el guapo del barrio de antaño. Los pensamientos del cantor eran solo para ella y la va a buscar a París, sin saber que ella seguía aquí.

Una cabalgata musical. Una serie de números musicales con intérpretes populares aplaudidos por el público, que se mostraban cantando y actuando. Una película…reconocida en los años 30 que inauguró la lista de los grandes clásicos argentinos, obviamente en blanco y negro, dirigida por Luis José Moglia Barth, que colaboró en el guión del poeta y periodista Carlos de la Púa (Carlos Raúl Muñoz y Pérez/El “Malevo” Muñoz), a cargo, también, de una búsqueda por los teatros de la ciudad para encontrar a los músicos que pudieran tocar con su protagonista, pese a que ya estuvieran, ni más ni menos, las orquestas de Juan de Dios Filiberto, Osvaldo Fresedo, Juan D’Arienzo y Pedro Maffia.

Una recorrida por los acordes  de la música y las letras de talentos tales como, por ejemplo, Manuel Romero, Sebastián Piana, Rodolfo Sciammarella y Homero Manzi, entre otros.

Reunió las figuras taquilleras y queribles de entonces: Libertad Lamarque, Alberto Gómez, Tita Merello, Azucena Maizani, Luis Sandrini,  Pepe Arias, Mercedes Simone, Alicia Vignoli y Juan Sarcione con Alicia Vignoli y Meneca Tailhade más Edgardo Donato, Ernesto Ponzio, la mayoría de los directores y compositores mencionados y el bailarín “El Cachafaz” (Ovidio José Bianquet).

Primera producción de Argentina Sono Film, estudio cinematográfico fundado poco antes por el citado director Moglia Barth y el comerciante de películas Ángel Mentasti (En el sello del logotipo aparece la leyenda “Selección Mentasti Editor”), que exhibía en su labor fuerte influencia de la técnica de Hollywood.

“¡Tango!” fue, y es, la primera película nacional hablada y cantada, sucedió en la sala Real de la calle Esmeralda al 400, el jueves 27 de abril de 1933. Largometraje con el sistema Movietone de sonido óptico. El costo del emprendimiento fue de 20.000 pesos (de la época) con una recaudación  considerablemente mayor.

En los ’70 las instalaciones de Sono Film se usaron en producir televisión. La empresa peruana Panamericana Televisión de la familia Delgado Parker, estrechamente vinculada con el cubano Goar Mestre, las compró para crear en ellas una filial y coproducir telenovelas con su casa matriz peruana. Desde 1980 hasta el cierre de los  ‘90 pasaron a manos de Telefe (Televisión Federal). Casi con el comienzo del siglo XXI el productor Luis Alberto Scalella la adquirió para retornar al mercado con filmes de humor al estilo de los generados en los ’80 y revivir el sello comercial. A su vez modernizó lo tecnológico, mudó de la mítica calle Lavalle la administración al barrio de Belgrano e instaló allí un moderno estudio que, normalmente alquila y en el cual se efectúan una o dos “cintas” al año.

Autores, estudiosos y críticos, especialistas en el mundo cinematográfico, sugieren (muchos detallan  los hechos) que películas sonoras, con el mismo medio tecnológico, ya estaban finalizadas (producción, filmación, edición, etc.) incluso antes de la gestación de “¡Tango!”, pese a que reconocen, sin dudas, que ésta fue la primera en llegar a sala de estreno.

La segunda realización sonora nacional se presentó a los espectadores el viernes 19 de mayo de 1933, a las tres semanas, en el cine Astor de la calle Corrientes, protagonizada por Luis Arata, Sandrini y Luisa Vehil. Participación en el elenco de músicos como Aníbal Troilo y Osvaldo Fresedo con el título de “Los tres berretines”, producción de Lumiton, primera empresa del género creada en nuestras tierras que instaló sus estudios en Munro (Vicente López) , cordón industrial del Gran Buenos Aires.

Sus fundadores, un grupo de médicos, con conocimiento y experiencia, pues eran pioneros de la radiofonía, aquellos que concretaron el 27 de agosto de 1920 la primera transmisión radial de la historia (Día de la Radiodifusión Argentina y que siempre reivindicaremos como la primera cotidiana del mundo, aún ante cierto cipayaje nativo), desde el Teatro Coliseo de Buenos Aires: Enrique Telémaco Susini (¡Sí! ¡También participante -como camarógrafo- de la primera de televisión, desde exteriores, en vivo y directo de televisión para el Canal 7, el 17 de octubre de 1951!), César José Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica.

Produjo unas 180 películas, entre ellas “La chismosa” (1938), primera obra argentina en recibir un premio internacional (Copa de Plata del Festival de Venecia en la itálica Mostra Veneciana).  En el mismo tiempo construyeron nuevas y modernas instalaciones diseñadas, en especial, para  originar filmes y con los últimos adelantos técnicos importados de Europa y contrataron al fotógrafo húngaro John Alton (Johann Jacob Altmann) que aportó una singular trascendencia en esos momentos primarios. Entre los directores destacados que se desempeñaron en Lumiton, se encuentran el mismo Susini, Manuel Romero, Francisco Mugica y Carlos Hugo Christensen. Se disolvió por problemas económicos y políticos en 1952.

Ese trabajo de “tres semanas después” convirtió a Luis Sandrini en la primera estrella del cine nacional. Unos pocos días hacen la diferencia para no discutir a “¡Tango!” como la “dueña” de la primera premier en el rubro de “boletería abierta” pero, de la misma manera, parece absolutamente lógico que “Los tres berretines”, en principio una obra teatral en que los berretines (afición, pasatiempo, ¿fanatismo? eran el tango, el fútbol y la radio, en el argumento fílmico el cine reemplazó a la radio ya que hubo una historia relatada: de una familia de clase media porteña, que vivían de una ferretería, negocio familiar, que motivó las quejas del padre por las “conductas” adoptadas individualmente llevando a desatención y abandono, sin embargo él terminará siendo “cautivado” por esas “costumbres”.

El gran Luis Sandrini debutó en el cine en su nacimiento en las dos primeras realizaciones: la primera estrenada (“¡Tango!”) y la más temprano filmada “Los tres berretines”, con las actuaciones de Luis Arata, Luisa Vehil, Florindo Ferrario, Benita Puértolas y Héctor Quintanilla en los roles principales. Música de Enrique Delfino. En los créditos no figura el nombre del director, Susini, ni del guionista y el personal técnico solo la leyenda: “Versión cinematográfica, fotografía, sonido y laboratorio, Lumiton”.

Pregunta definitiva en general: ¿Cuál es la primera? Depende lo que se priorice para determinarlo. En realidad las dos… ¡Casi mellizas! Aunque, en este tema,  suele escucharse que el que nace último es el mayor y primogénito.

A un clic de distancia, ¡Tango! La película completa publicada por “Vivimos Cine ¡Argentino!” en su sitio en YouTube. 1 hora, 19 minutos y 20 segundos de historia pura, un museo a la vista. Vale recordar, para que nadie se “queje”, que su fecha de “nacimiento” es de hace más de 90 años y todos sabemos  lo que en esas nueve décadas ocurrió con la tecnología en todos los ámbitos.

Cuídense mucho, muchísimo más, como no lo han hecho antes. Si lo hicieron pensando en un límite que decía “nunca”. Lo borraron.

Norberto Tallón