Crucigrama: El discurso

Todas las palabras más allá de una gran frase – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Hace casi dos años, en esta columna, se habló del doctor Martin Luther King (Premio Nobel de la Paz 1964). En lo básico fue una síntesis biográfica sobre su origen, estudios, debate y lucha social y política persiguiendo la obtención de igualdades negadas y, obvio, se mencionó aquel histórico discurso del miércoles 28 de agosto de 1963, hace casi medio siglo.

“Yo tengo el sueño de que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada y toda la carne la verá al unísono. Esta es nuestra esperanza”, decía este pastor y reverendo ministro Bautista en un momento de los casi dieciocho minutos de la alocución.

Ocurrió ante doscientas mil personas, entre ellos otros líderes por los derechos civiles, al culminar la Marcha por el Trabajo y la Libertad sobre Washington DC en el monumento a Abraham Lincoln frente al Capitolio.

La arenga tuvo como objetivo primario la denuncia. De todas y cada una de los ofensas, excesos y abusos que, al menos, por una centuria sufrió, por el conflicto racial en la historia de Estados Unidos, el colectivo afroamericano. También la exigencia de aquellas carencias primordiales a lo que únicamente tenían acceso los ciudadanos blancos norteamericanos.

El pensamiento de King tenía, en sus pilares, los principios de Desobediencia Civil y No Violencia por los cuales poseían la legitimidad, inherente al pueblo, a desobedecer las leyes injustas y arbitrarias, siempre a través de esos medios: pacíficos, constantes y activos, la igualdad, libertad y orgullo racial.

La marcha sobre el distrito capital del país y lo que allí y entonces expresó ante la multitud, tuvo una decisiva influencia en la aprobación de la Ley de derechos civiles (1964).

En 1965, el 7 de marzo se inició una marcha en Alabama, en el escenario del Movimiento por el Sufragio, desde Selma con destino (54 millas) en la capital Montgomery, conocida por sus consecuencias como “Domingo Sangriento”, ya que los 600 manifestantes fueron atacados en el Puente Edmund Pettus, al dejar la ciudad, por tropas del estado y el pelotón del condado, con porras y gas lacrimógeno, pese a estar desarmados. La segunda se desarrolló el 9 de marzo, al encontrarse las tropas, policía y los participantes, los soldados abrieron el paso, King (a la cabeza de misma) los guió en retorno a la iglesia, en búsqueda de protección de una corte federal.

A la noche, un grupo blanco mató a golpes al activista, James Reeb, ministro de Boston, arribado especialmente para el periplo, al igual que muchos clérigos y simpatizantes de todo el país. La tercera partió el 21 de marzo y arribó el 24 de marzo, con miles de participantes que se unieron.

Estos acontecimientos impulsados por el deseo de la comunidad afroamericana de ejercitar la elección de autoridades y en desafío a la represión segregacionista, logró la consagración de otra ley, ese mismo año, la del Derecho a voto.

La ruta es conmemorada como “Sendero del Derecho al Voto de Selma a Montgomery” y, a su vez, es un Sendero Histórico Nacional.

En ese llamamiento de quien, en los ‘50 y ’60 condujo diversas protestas no violentas, sintetizó su sueño con la Libertad, la Justicia, la Igualdad y el deseo que “nadie” tuviera que soñarlas, ni él para sus pequeños hijos, y todos pudieran vivir en una nación “que no los juzgara por el color de su piel, sino por el valor de su carácter”.

En definitiva, un futuro con gente de tez negra y blanca que vivieran en armonía y como iguales.

A un clic de distancia, El discurso, sin duda, para la historia del mundo de Martin Luther King. Versión completa, subtitulada tanto en inglés como español. Imposible de soslayar, publicado por Vicjai Carort en su página en YouTube.

Cuídense.

Norberto Tallón.