Crucigrama: El fin de una guerra…

Comienzo de una amenaza global – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

7 de mayo de 1945, el jefe del Estado Mayor de Alto Mando de las Fuerzas Armadas de Alemania, general Alfred Jodl, firmó en el Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada (Reims/Francia), el Acta de Rendición Incondicional de la Alemania Nacionalsocialista ante los aliados. Era el cierre de un gran capítulo, pero no del “Todo”, ya que la Segunda Guerra Mundial continuaría al Pacífico enfrentando al imperio del Japón.

Incursiones aéreas sobre la isla, batallas en el mar y las costas, diferentes operaciones antecedieron, este domingo se memoran los 78 años, al 6 de agosto de 1945 y el bombardeo atómico a Hiroshima. Tres días después otro sobre Nagasaki. Dos ataques nucleares (los primeros y hasta hoy únicos en la historia) ordenados por el presidente de Estados Unidos Harry S. Truman.

Hiroshima. La bomba “Little Boy” fue arrojada a las 08:15 de la mañana (hora local), y estalló cerca de 600 metros sobre la ciudad. La detonación creó una explosión equivalente a 16 kilotones de TNT, la temperatura se elevó, en forma instantánea a más de un millón de grados centígrados, incendió el aire circundante, creó una bola de fuego de alrededor de 256 metros de. Un segundo después se expandió a 274 metros. En tanto, el bombardero “Enola Gay” se alejaba a toda velocidad de la ciudad. El copiloto, capitán Robert Lewis, comentó: “Dios mío”, ¿qué hemos hecho?”. El operador de control de la NHK en Tokio se dio cuenta de que la estación de Hiroshima había cesado súbitamente su emisión, por lo que intentó restablecer la programación a través de otra línea telefónica, pero también falló. Dieciséis horas después, el presidente Harry S. Truman anunció públicamente, desde Washington DC, el uso de una bomba atómica.

Nagasaki. Bombardero B-29, “Bockscar”, bomba de plutonio “Fat Man”, no pudo ser lanzada sobre Kokura (blanco principal). Una brecha entre las nubes permitió al capitán Kermit Beahan, a las 11.01 de la mañana, tener contacto visual y el artefacto fue soltado sobre la ciudad de Nagasaki (objetivo secundario) a las 11:01 de la mañana. 43 segundos más tarde explotó a 469 metros de altura. Detonación equivalente a 22 kilotones, generó una temperatura estimada de 3.900 grados y vientos de 1005 km/h.

A casi una semana de la explosión en Nagasaki, el 15 de agosto, el Imperio japonés anunció su rendición incondicional formalizada el 2 de septiembre, ante el general Douglas MacArthur, comandante supremo de las Fuerzas Aliadas, a bordo del USS Missouri. Finalizada la guerra del Pacífico y, obviamente, la Segunda Gran Guerra del siglo, el territorio nipón fue ocupado por fuerzas aliadas de Estados Unidos con la contribución de Australia, India británica, Reino Unido y Nueva Zelanda, adoptándose los “Tres principios antinucleares”, que le prohibían poseer, fabricar e introducir armamento nuclear.

Al pie de esta columna es posible ver un documental que, en poco más de quince minutos, relata enfrentamientos y disputas, en el tiempo, de ambas potencias. Por esta razón, aquí, se cuentan solo algunos detalles básicos.

El arte ha recordado y sigue haciéndolo, de una u otra manera, este suceso. En la música, el compositor polaco Krzysztof Penderecki, por 1959, realizó la composición “Treno (canto fúnebre o lamentación) a las Víctimas de Hiroshima” ​para 52 instrumentos de cuerda frotada. Obtuvo el tercer premio en la Competición Grzegorz Fitelberg en Katowice. El grupo PopRock británico Wishful Thinking grabó (1971) la canción antibelicista “Hiroshima” que tuvo luego versiones del checoslovaco Jaromir Mayer y la alemana Sandra. Andy McCluskey integrante de la británica OMD (Orchestral Manoeuvres in the Dark) publicó como simple “Enola Gay”, tema de su segundo álbum “Organisation”. En 1983 la banda española de Heavy Metal Barón Rojo incluyó, en su tercer trabajo “Metalmorfosis”, la canción “Hiroshima” que critica el uso estadounidense de la bomba nuclear. Los Punk norteamericanos Box Car Racer, surgidos como un proyecto alternativo a Blink-182, entre 2001 y 2003,​ adoptó su nombre por el B-29 Bockscar, bombardero lanzador de la bomba en Nagasaki. Tangerine Dream, grupo electrónico alemán, entre 2007 y 2010, publicó​ una pentalogía de álbumes inspirada en estos hechos “The Five Atomic Seasons”. El grupo de Power Metal Sabaton hizo, también, una canción, en 2006, “Attero Dominatus”. En el ámbito cinematográfico se filmaron al menos 16 películas referidas o refiriendo, de maneras distintas, al terrible acontecimiento.

Para conmemorar la devastación nuclear se creó, en 1950, el Memorial de la Paz de Hiroshima, de libre acceso al público, designado en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO (1996). Conocido, también como la Cúpula de Genbaku, formado por la estructura del único edificio que permaneció en pie en las cercanías del lugar donde explotó la bomba, con otros construidos posteriormente, se ubica en el Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima.

A un clic de distancia, lo comentado: el valioso y clarificador documental “Hiroshima y Nagasaki en 15 Minutos”, publicado por TheRadiophobia, en su lugar en YouTube. La canción presentación es “Going Home”, compuesta e interpretada por John Murphy para el álbum “Soundsystem01”.

Esos días de agosto del 45 son, sin objeciones, un hito de la historia universal. El cierre de la segunda gran contienda del siglo pasado pero, en el mismo instante, la apertura de una época que aún vivimos, más allá de pactos, realidades y fantasías de consensos, acuerdos, teléfonos rojos o lo que fuera, la, al menos, “inquietante” amenaza global que lo que pueda ocurrir no tenga regreso.

Cuídense.

Norberto Tallón