Crucigrama: El petróleo del Exxon Valdez

Desastre ecológico en Alaska – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

¿Hubo un antes y un después? Tal vez no sea tan rigurosa la existencia de esa línea. Con anterioridad y posterioridad se produjeron, con mayor o menor importancia este tipo de episodios. En estos días, 24 de marzo, surge la historia de aquel 1989, a 34 años de ocurrido.

Ese día, a las 0:04 (6:04 Hora de Nueva York), el buque-tanque “Exxon Valdez” (de la empresa estadounidense Exxon Shipping Company) que transportaba 41millones de litros de petróleo crudo, derramó 37 mil toneladas frente a las costas de Prince William Sound del Estado de Alaska, provocando un terrible desastre medioambiental. La causa: un choque contra el arrecife de coral Bligh Reef. Consecuencia: encallar y naufragar.

Para esa región es la principal tragedia ecológica de su historia. La nave comenzó verter millones de litros del hidrocarburo que se expandieron en una superficie de más de 2.000 kilómetros de costa.

La limpieza de la marea negra provocada necesitó aspiradores, mangueras de agua caliente a presión y el traslado del crudo que permanecía en los tanques a otro petrolero. Al momento, a tres décadas y media, los daños a la fauna y otros patrones del ambiente “aún” son estudiados: Peligro de diez millones de pájaros y aves acuáticas migratorias, centenares de nutrias del mar y otra cantidad de especies de la orilla como marsopas, leones de mar y diversas variedades de ballenas.

La denominación “Exxon Valdez” se debe a la corporación propietaria, Exxon, y Valdez, por el puerto con el que operaba. Había partido de esa terminal en la península un día antes con destino a Long Beach en California.

Un práctico portuario guió a la embarcación a través de los Valdez Narrows (estrechos, pasajes) antes de devolverle el control a Joseph Jeffrey Hazelwood, capitán del barco que inició la maniobra fuera de la ruta, en el intento de evitar la colisión contra la proliferación de icebergs. Luego, cerca de las once de la noche, dejó el puente de mando a cargo del Tercer Oficial de cubierta Gregory Cousins y a Robert Kagan en el timón, dos tripulantes que no habían descansado el tiempo obligatorio antes de su turno.

El barco estaba con piloto automático activado y utilizando el sistema de navegación, instalado por compañía constructora. El trayecto de salida estaba cubierto por los obstáculos mencionados, razón por la que el capitán había solicitado autorización para salir a través de la vía de entrada.

Tras superar Busby Island, el tercer asistente ordenó poner el timón a estribor, sin advertir la conexión del comando automático y el carguero no giró, continuó su avance por el canal y pese a dos advertencias sobre la iluminación demarcatoria no cambió, ni verificó sus órdenes anteriores. Cuando notó lo que ocurría y deshabilitó el mecanismo que lo pilotaba, la evolución de marcha había sido excesiva. Pese al esfuerzo por encausar el pesado petrolero, ya, era demasiado tarde.

El incidente puso en marcha la capacidad de reacción de organizaciones locales, nacionales e industriales ante semejante desastre. El tamaño del vertido y su localización, accesible solo en helicóptero y barco, las amenazas a la delicada cadena de alimentación en que se apoyaba la industria de la pesca profesional de la zona, fueron “agravantes” que surgieron uno tras otro.

“Alyeska”, asociación representante de siete compañías petroleras del puerto Valdez obviamente Exxon entre ellas, asumió la responsabilidad de la limpieza, con la planificación de urgencia del área. Otras organizaciones ayudaron en la operación, en la que se usaron dispersantes químicos, limpieza mecánica, quema de residuos, microorganismos para metabolizar las moléculas de hidrocarburo.

Dos años más tarde, transcurrido el colapso de la fauna marina local hubo corporaciones en bancarrota, los estudios indicaron efectos económicos a corto y largo plazo, sumando la pérdida de deportes de recreación vinculados.

La economía de la ciudad alasqueña de Cordova se vio afectada por el deterioro de las reservas de salmón y arenque en la zona.  El vertido condujo a la aprobación de una nueva legislación medioambiental en Estados de América: La “Oil Pollution Act 1990”.

Crónica de una catástrofe, quizás, en época del crecimiento cuantitativo, cualitativo y de más pronta e inmediata difusión de los medios de comunicación. Una alerta para el mundo todo, sobre una serie/cadena de falencias, errores, imprevisiones, descuidos, etc. atentatorias contra el Medio Ambiente y, sin duda, las personas mismas.

A un clic de distancia, el video (narración en español) “Desastre del Exxon Valdez – Un derrame de petróleo catastrófico”, publicado en su canal de YouTube por Diego Arias. Contiene detalles válidos de conocer en distintos aspectos. Serán unos minutos que “gritan” y cuentan sobre este asunto.

Cuídense.

Norberto Tallón