“¿Una puta? Sí, pero una traidora, ¡Nunca!” “No sé si en el futuro se me recordará, pero si así fuera, que nadie me vea como a una víctima, sino como a alguien que nunca dejó de luchar con valentía y pagó el precio que le tocó pagar”. (Frases que se le atribuyen durante su juicio).
No parece ser aventurado considerar el recorrido de vida de la neerlandesa Margaretha Geertruida Zelle, también conocida como Mata Hari y/o Lady Gresha MacLeod, un tránsito entre las plataformas de streaming de Netflix (o cualquiera otra similar) y The History Channel (también algún otro medio análogo) porque los sucesos, momentos, situaciones, todas reales, pueden pendular en ese espacio.
Ahora, en contravención con el formato habitual de la columna, las palabras son: A un clic de distancia, el documental de 18:04 minutos “La Trágica Historia de Mata Hari, la supuesta espía de la Primera Guerra Mundial”, realización de “Historia Incomprendida” publicado en su sitio de YouTube, que contiene puntuales y numerados segmentos acerca del transcurrir de este personaje y su andar desde su origen, su ascenso en el ambiente artístico de París de la época, su paso de mujer audaz y seductora para con los hombres más poderosos de entonces y la marcha constante sobre el filo de la navaja. Realidad, arte, guerra, espionaje (entre Netflix y The History Chanel).
La invitación para compartir sobre hechos conocidos es que “Ahora Mismo”, sea accionado este link y… después sigue la charla.
Quizás valga reiterar o agregar que, ya en 1903, intentó posar como modelo desnuda para artistas en la Ciudad Luz, luego bailarina erótica y exótica, alta, atractiva y dispuesta a actuar en público protagonista de espectáculos de striptease, se transformó en un éxito inmediato y una estrella, además con el respaldo de la literatura romántica de finales del siglo XIX hizo popular una imagen imprecisa, tal vez, oscura y poco real de la cultura oriental con el baile de danzas sagrados, vestida con velos traslucidos que iba desprendiendo hasta quedar solo con una malla, que simulaba la desnudez sin mostrar sus pechos, color piel.
Con el inicio de la Primera Gran Guerra, ciudadana de un país neutral, obtuvo del permiso de residencia en Francia. Comienzo de otro capítulo, ¿El del espionaje? ¿Doble agente?, que el anterior video ya relató.
El 13 de febrero de 1917, fue detenida en su habitación en el Hotel Elysée Palace en los Campos Elíseos parisinos, juzgada el 24 de julio, acusada de espiar para Alemania y, en consecuencia, causar la muerte de al menos cincuenta mil soldados. Pese a las sospechas ni Alemania ni Francia pudieron presentar pruebas definitivas en su contra.
El territorio galo fue sacudido con gravedad por “Grandes Motines” de su ejército. En julio del 17, llega un nuevo gobierno de Georges Clemençeau en carácter de primer ministro, con el compromiso de ganar la guerra. Entonces poseer un espía alemán a quien poder culpar de lo que fuera era absolutamente conveniente. El historiador canadiense Wesley Wark, en una entrevista de 2014, comentó acerca de lo valioso de lo señalado para “disimular”, al menos, los fracasos militares. Igualmente la británica Julie Wheelwright declaró: “Realmente no transmitió nada que no pudieras encontrar en los periódicos de España” y la caracterizó como “una mujer independiente, una divorciada, una ciudadana de un país neutral, una cortesana y una bailarina, lo que la convirtió en un chivo expiatorio perfecto para los franceses, que estaban perdiendo la guerra”. Una tesis muy aceptada se basa en que los alemanes, a los que resultaba molesta, gestaron su eliminación a manos del propio enemigo, con una trampa al contraespionaje francés.
Hugh Schofield, corresponsal de la BBC en París, en el centenario de su muerte cuenta: “En la mañana del 15 de octubre de 1917, un vehículo militar gris salió de la prisión de Saint-Lazare, la más espeluznante, en el centro de la ciudad. En él, acompañada por dos monjas y su abogada, iba una mujer neerlandesa de 41 años, con un abrigo largo y un amplio sombrero. Una década antes, esta mujer tenía a las capitales de Europa rendidas a sus pies. Fue una legendaria “femme fatale”, conocida por sus bailes, y entre sus amantes había ministros, empresarios y generales. Pero cuando comenzó la Guerra, el mundo cambió. Ella pensó que podía seguir cautivando a todo el continente. Pero los hombres con sombrero de copa querían algo más que sexo, Querían Información. Llegando al Chateau de Vincennes, en las afueras, fue llevada a un poste frente a un pelotón de fusilamiento formado por 12 soldados. Algunos reportes dicen que se negó a vendarse los ojos y el sargento de la formación, impresionado, murmuró “¡Por Dios! Esta mujer sabe cómo morir”. El comandante dio la señal, se oyó el sonido del fuego que la desplomó. Un oficial se acercó con su revolver y le disparó una vez en la cabeza”.
Existen estudiosos que argumentan que los franceses hacía tiempo que habían descifrado el código de comunicación de los mensajes y los alemanes lo sabían, sin embargo el agregado militar en Madrid (España) Arnold Von Kalle envío un telegrama. Vale decir pretendían que Francia lo leyera y actuara de la forma en que sucedió.
Sin embargo, otra teoría, se pregunta ¿Por qué hay sólo una traducción de los archivos? ¿Dónde está el telegrama original? ¿Pudieron ser los propios franceses los inventores del documento inculpatorio? y con ello satisfacer a la opinión pública. En ambas “especulaciones” se muestra a Mata Hari como víctima.
A cien años del “hecho final” el Ministerio de Defensa francés publicó los secretos documentos que brindan nuevas luces. Asimismo puede verse un telegrama antes mencionado que condujo a su arresto y fue prueba clave considerada en el breve proceso judicial. Transcripciones de los interrogatorios del contraespionaje, de los cuales algunos se exhiben el Museo Fries, en su natal Leeuwarden, en Países Bajos. Hans Groeneweg, curador del mismo afirma: “Incluso sin el espionaje, Mata Hari sería recordada hoy por lo que hizo en la capitales de Europa en la primera parte del siglo pasado. De una manera u otra ella invento el striptease como forma de danza. Tenemos su álbum en la exhibición y hay montones de recortes de periódicos y fotografías. Era una celebridad”.
Muerta a la edad de 41 años en 1917, Mata Hari sigue siendo un personaje de leyenda. Pese a la distancia no hay “acercamientos” a su persona que la dibujen claramente, tal como era. Unos hablan de una mujer amoral dispuesta a lo que fuere para poder seguir viviendo con lujo, otros creen sobre una mujer inconsciente víctima de circunstancias difíciles.
Su cuerpo no fue reclamado nunca, en consecuencia, se utilizó para estudios médicos. Su cabeza fue embalsamada y mantenida en el Museo de Anatomía de París. En 2000, los archivistas descubrieron su ausencia y/o pérdida, posiblemente en 1958, cuando el museo se reubicó. Hasta el día de hoy sigue desaparecida. Para las feministas, ella fue el chivo expiatorio perfecto porque el “libertinaje” hacia fácil etiquetarla como enemiga.
En el tiempo, junto a otras muestras, el arte la tuvo como protagonista. En el cine “Mata Hari! (1931) dirección de George Fitzmaurice y protagonizada por Greta Garbo. El filme español “La reina del Chantecler (1962), dirección de Rafael Gil, con Sara Montiel, que incluye una versión novelada de la bailarina a cargo de la actriz danesa de origen chino Greta Chi. “Mata Hari” (1985) de Curtis Harrington, rol principal Para Sylvia Kristel.
En televisión, el telefilm francés de Alain Tasma: “Mata Hari, la vraie histoire -Mata Hari, la verdadera historia-“ (2003), actuaciones de Maruschka Detmers, Bernard Giraudeau y Michel Aumont. La serie “Mata Hari” (2016). Producida por Dennis Berry para StarMedia, intérpretes Valeria Giocante y Christopher Lambert. Emitida por Amazon Prime.
La música con la canción “Mata Hari” (1976) de la cantante noruega Anne-Karine StrÆm, participando del Festival Eurovisión.
En Literatura: “La espía”, la novela del brasileño Paulo Coelho, Editorial Planeta y Grijalbo (2016).
Una aventura gráfica para PC basada en su vida desarrollada por la compañía alemana Cranberry Productorion GmbH.
Cuídense, en todo.
Norberto Tallón.