Crucigrama: Éramos pocos y llega el VAR

¿No es para bien de ninguno y mal para todos? – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

A comienzos de esta semana que finaliza la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) presentó el Centro de Tecnología y Desarrollo Arbitral, un edificio de 900 metros cuadrados en Ezeiza, que cuenta con 7 salas VOR (Video Operations Room). Allí se asistirá el arbitraje de todos los partidos, en forma centralizada, de la Liga Profesional de fútbol. Es el arribo oficial del VAR a las canchas de la Primera División.

El “Árbitro Asistente de Video”, más conocido por la sigla inglesa (VAR) de “Video Assistant Referee”, es un sistema de asistencia arbitral, con la finalidad de evitar flagrantes errores humanos que condicionen el resultado de los partidos, de acuerdo con las manifestaciones oficiales sobre el tema. En su transcurso uno o varios jueces de video, en las mencionadas salas, observan la señal de televisión y acceden a la repetición de jugadas. Están comunicados con el árbitro principal a través de un auricular. Ante una acción polémica, revisan e informan a éste para que tome la decisión final. La revisión está limitada a cuatro casos.

La FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado) establece que su uso es para cuatro acciones que pueden cambiar el rumbo del juego: goles, penales, expulsiones directas (no doble tarjeta amarilla) y confusión de identidad de amonestados. En ninguna otra oportunidad que esos supuestos habilitan a interrumpir movimientos que conlleven peligro de conversión.

La activación se produce cuando el árbitro central o el juez de video solicitan la revisión. En la Sala de Operación se observa, entonces, la repetición instantánea y el juez, en el campo, es informado y posee dos opciones: aceptar el criterio recibido o ver él mismo (en la cabina lateral en centro exterior del terreno), y tomar su propia decisión que es la que prevalece. Si un jugador o entrenador reclama su uso o bien interrumpe la revisión puede recibir una sanción. Si hubiera una situación de peligro se debe aguardar al final de la maniobra para atender o impulsar la verificación. El sistema de detección automática de goles (un “reloj” en la muñeca del árbitro) sigue en vigencia para saber si la pelota ingresó en el arco.

Hasta aquí todo muy bien, digamos, pero (Y deriva al título de esta columna), también se señala que “El objetivo final del VAR no es garantizar una precisión total en las decisiones arbitrales…” y sí el objetivo (aunque utópico y lejano) no es la perfección hay un problema o varios…

El sistema suma más “visiones”, las de los actuantes a en el mismo y, obvio, la tecnología nunca criticable porque, de mejor o peor manera, replica lo sucedido y las herramientas especificas como el trazado de la línea de la posición adelantada. Sin embargo las reglas siguen otorgando el fallo final e inapelable al razonamiento, perspectiva y “antojo” por carácter de “presencialidad” a una sola, una, persona (De no ser así se estaría violando las Reglas del Deporte, aunque supongo en bien de su equidad podría modificarse la que promulga la “infalibilidad” del “portador del silbato”.

Por otro lado, quedan “agujeros negros”, asimismo flagrantes y decisivos en tantísimas oportunidades como infracciones (manos – vaga de definición en sí-), intervenciones violentas, etc. cuando no ocurren en el transcurso previo a que se produzca un gol. La valoración de la gravedad para medir entre un apercibimiento, amonestación y/o expulsión continúa con un carácter altamente subjetivo (eso sí: con más voces opinantes).

En otros deportes que, como en éste, llevan tiempo con la utilización del video se otorga, bajo riesgo de perder oportunidades de no tener razón, una “equis” cantidad de pedidos a los contendientes (¿capitán, entrenador?) ante incidencias evidentes no “advertidas” por quienes tienen esa facultad y deber. (¡Sí ya sé! Escribí que si lo hacen son pasibles de penas y casualmente o causalmente es una barrera de mejora.

Durante un siglo y medio se apostó a (en primer y claro lugar por carencia de elementos) “el error forma parte del fútbol”. Ahora que, de 2016 para acá básicamente, se reconoció la utilidad y existencia de instrumentos adecuados… ¿Cuál es la razón para no perfeccionar en vez iniciar otra eterna etapa de negación? ¿Será que es preferible dejar huecos para que el “bien” o el “mal” prosigan, y algunos gocen o sufran de ello?

A un clic de distancia, un breve video “Los momentos más locos y divertidos del VAR”, publicado en YouTube por “Fútbol y Curvas” (futbol [email protected]).

Como siempre cuídense, la Pandemia no terminó.

Norberto Tallón