Crucigrama: Garfield, el original…

Y la incomprensión de las palabras – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Jim Davis (James Robert Davis) es un dibujante de cómics estadounidense, nacido  el 28 de julio de1945 en Marion -Condado de Grant/Indiana-. Se crió en una granja, por problemas de salud (asma) pasaba largas temporadas en cama, lo que aprovechó para dibujar. Con el tiempo mejoró su técnica autodidacta y comenzó a sumarle texto a sus trabajos. Luego de obtener su graduación universitaria, se casó, ingresó en una agencia de publicidad, más tarde fue ayudante del dibujante Tom Ryan. Creó, con poca divulgación pero extendida durante cinco años, su primera tira (“Gnorm Gnat”). Entonces le dio cuerpo a la tira de prensa que sí United Feature Syndicate le compró y publicó, a partir del 19 de junio de 1978, en principio 41 diarios. Hoy por hoy es la de mayor difusión mundial, 2.500 periódicos, más de 220 millones de lectores, decenas de best-sellers, 2 películas, 3 series de televisión, 13 programas especiales más un merchandising global que incluye videojuegos: “Garfield”.

El protagonista es, obviamente, Garfield. Un gato obeso anaranjado con rayas negras y una forma particular y curiosa de actuar. Su raza es British Shorthair Red (Pelicorto rojo británico, no un persa) de unos 7 años de vida. Las “pasiones” son comer (favoritismo por lasaña y disgusto con pasas y espinaca) y dormir, en abundancia asombrosa, “ver” televisión.  Ha aparecido cazando pájaros (nunca ratones ya que los considera asquerosos como comida). Tiene odio por las arañas y los días lunes, salvo que sea el de su cumpleaños. Su estampa colaboraba con las bromas constantes del resto, incluida su propia balanza, con respecto a su peso. Con el tiempo su figura se estilizó, pero continúo exhibiendo una barriga abultada. A su vez también “adquiere” sensaciones y preocupaciones, podría decirse, más “humanas”.

Su nombre se debe a James Garfield Davis, abuelo del autor, así bautizado en  honor al, asesinado, vigésimo presidente de Estados Unidos James A (Abram). Garfield. Con respecto al estilo la publicación tuvo varia “mudanzas”, en especial desde su lanzamiento hasta 1983, a partir del año siguiente adquirió un aspecto que acentuó la caricatura, por ejemplo caminando con sus patas traseras, los ojos se agrandaron junto a otros “guiños” que le brindaron ventajas de situaciones y movimientos. 

Los personajes principales son el dueño: Jonathan “Jon” Q. Arbuckle (en versiones en español (p.e.: La Argentina y Chile) “Jon Bonachón”), caricaturista, torpe, desafortunado sobre todo en el amor, primer compañero de conversación y habitual blanco de las bromas del felino, que lo obliga a “invertir” mucho dinero en su mantención y reparación de sus “desastres”. Odie, un querible pero poco luminoso perro de pelo amarillo y orejas castañas con constante jadeo que motiva mostrar su gran lengua. No tiene voz, aunque alguna vez se reflejó algún pensamiento y charla en los sueños del ese gato provocador de sus desventuras como ser arrojado de la mesa, originalmente su amo era Lyman (amigo y compañero de casa de Jon, que desapareció en 1983 del cómic sin existir una explicación total, sí el nuevo amo). Asimismo parece “andar” a dos patas con frecuencia desde agosto del 78.

Hay que mencionar ligadas en principio a Garfield: la doctora Liz Wilson, su veterinaria y el eterno amor de Jon. Arlene, su novia de la figura estelar, una gata rosa muy delgada con grandes labios y un distintivo cuello, única cosa viviente que puede hacerlo reír. El osito de peluche “Pooky”, que encontró en un cajón y adoptó como propio, entre otras cosas, para vivir aventuras imaginarias. El “incómodo” “Nermal”, un lindo, elegante y tierno gatito. Mamá, madre de Jon, siempre cocinando y enviándole sweaters. Papá, padre cuidador de la granja familiar, el hermano Doc Boy responsable de los cerdos. Abuela, con apariciones más espaciadas. Irma, camarera y propietaria del “Restaurante de Irma” y Herman Post, el cartero con ansiedad perpetua por posibles ataques al entregar el correo de manera segura.

El “Staff” secundario son: los vecinos Hubert y Reb, la Señora Feeny. Un actor de televisión: El payaso Binky, Ellen, la “pretendida” serial de Jonathan. Ralph, ayudante del establecimiento, ordeña vacas y cuida gallinas. El ratón “Floyd”, habitante de un agujero de la casa junto a otro ratón, supuestamente “Squeak”. También recurrentes arañas. Naturalmente la balanza, el televisor y el despertador, al igual que el “amigo invisible” Clive y “Stretch”, el pollo de goma del gato, regalo de su sexto cumpleaños (1984). “El vengador de la capa”: la otra personalidad de Garfield, muy parecido a Superman, aunque bastante cobarde, evadiéndose ante cualquier tipo de peligro.

Las series y películas ya citadas son: “Garfield y sus amigos” y “El Show de Garfield” (Televisión). “Garfield, la película” (2004) y su secuela “Garfield 2” (2006), en el cine.

El 6 de agosto de 2019, el conglomerado americano Viacom (Hoy Paramount Global) anunció la adquisición de Paws, Inc., lo que incluyó los derechos de la franquicia de Garfield (tiras cómicas, marketing y series animadas). Davis siguió en la realización y produjo una nueva entrega para la subsidiaria Nickelodeon.

El subtítulo de esta columna es: “Y la incomprensión de las palabras”. Esa es la dirección y está vinculada, al menos en su disparador, con lo narrado hasta aquí. El Diccionario de la Real Academia Española define el vocablo “plagiar”, procedente del latín tardío “plagiare”, básicamente en su primera acepción: “Copiar en lo substancial obras ajenas, dándolas como propias”.

Desde otro ámbito, sobre el mismo asunto, el artículo 172 del Código Penal Argentino considera el como un delito, fija su pena, lo considera de acción pública, por lo que puede iniciarse de oficio o denuncia.

La descripción de la Academia de lo que hoy, sin un afán “interesado” y lucrativo, muchos hacen (el famoso Copy&Paste) es absolutamente clara y precisa y sucede sin duda en todo en mundo, pero si cada uno que está leyendo estas líneas, solo se concentra un poco o hace un mínimo esfuerzo de memoria, rápidamente identificará por “estas tierras” a un personaje, gatuno también, con su mote también con la misma inicial que el animal en cuestión, sumando una gran similitud, tanto en lo “dibujado” como en cuestiones de estilo. Se “imprime” diariamente, tiene  libros, especiales, etc. y las apariencias es que los norteamericanos, todavía al menos, no han presentado reclamo alguno.

Sin embargo de la misma forma en que no se menciona a quien produce esto cotidianamente, tampoco se lo hará con una pléyade de historietistas, dibujantes de nuestro país y el mundo, que poseen un “establecido” concepto de quien lo hace (Sí y el mundo y hay muchas pruebas) que fueron elegantemente, no siempre, casi, pongamos casi, “copiados y pegados”.

El susodicho suele guardar, en lo atinente a estos sucesos, un silencio que supone lo protege, y así será. Fácil es tomar conciencia que tiene una incomprensión sobre las palabras y lo que comunican o prefiere tenerla. Es posible, habría que consultar un abogado, quizás sea engorroso y costoso encarar una querella de ese tipo con el degaste mental que acarrea y se agrega a la indefensión el forzada que su trabajo sea provecho  económico de un “adaptador” de lo ajeno. Tal vez fácil ni siempre estar entrecomillando dibujos.

¿Pasa aquí solamente? ¿Este es un caso que circula en ediciones marginales? ¿Es el único? La respuesta para todo es “No”. Ocurre en todos lados, en medios gráficos de todo tipo contemplando a partir de los de mayor prestigio a los más pequeños. Por supuesto no es un “emprendedor” solitario. En su personal y propia Ética, fundamentalmente, quien lo emprende se auto describe perfectamente.  

A un clic de distancia, 2 minutos 36 segundos para el tráiler en español latino y subtitulado del film de animación, antes detallado de 2004, “Garfield y sus amigos” o “Garfield, fuera de casa”.

Cuídense, en todo.

Norberto Tallón